Capítulo VI: La pijamada

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Pasamos el resto de la tarde con una buena sesión de películas que Ayáne había traido, y de excelente elección. Tendímos un edredón en el suelo y acompañadas de variadas golosinas y helados de varios sabores que trajo Evelin pasamos hasta que cayó la noche y comenzamos a jugar un poco.

- Bien -comenzó a decir Maggie de pié ante nosotras como una maestra mientras estábamos las demás sentadas en el sofá. Tenia puesta una ropa de dormir que consistia en un camisón de tela fina de color amarillo con estampados de flores naranjas que le llegaba a no menos cuatro dedos por debajo de la cadera y un chort corto a juego de la misma tela-. Es hora de los juegos y propongo un juego de imitación -expuso.

- ¿Un juego de imitación? -repitió Evelin.

- Así es, un juego de imitación es cuando todos fingen ser otra persona y los demás tratan de adivinar de quien se trata -explicó la castaña.

- ¿Y a quién imitaríamos? -preguntó Evelin, su pijama era más simple, se trataba de una bata no tan larga de color azul celeste que hacía resaltar sus ojos.

- Bueno, -dijo Maggie y después se acercó al escritorio y abrió uno de los bolsillos de una de las mochilas y de ésta saca una pequeña cajita. La ajitó varias veces y luego volvió a ponerse delante de nosotras-. Aquí está -mostró-. Dentro de esta cajita hay varios nombres de conocidos, ustedes anónimamente seleccionarán un papel con ún nombre y sas a imitar.

- ¿Por qué siento que tenías premeditado esto desde antes de llegar? -comenté.

- Ya me conices, bueno empiecen -nos extendió la cajita.

Todas tomamos un papel doblado entre muchos otros y Maggie tomó el último.

- ¿Bien, quién empieza? -expresó Maggie.

- Yo lo haré -se ofreció Evelin poniéndose de pie y colocándose al frente y Maggie tomó su lugar en el mueble-. Bien ejem.. .-carraspeó-. Siempre estoy de mal humor -comenzó a actuar cambiando la voz y haciendo caras graciosas-. Odio a todo el mundo, odio el suchi, el brócoli, el calentamiento global y me gusta jugar a los espías.

Maggie comenzó a reír a carcajadas como una loca mientras que Ayáne y yo la examinamos algo extrañadas

- Esa sin duda es Abigail -carcajeó.

- ¿Yooo?.

- Si, también lo pensé, la imitaste igualita -agregó Ayáne.

- Eso es exagerado, yo no actúo de esa forma ¿o si?.

- De hecho...

- Como sea, mi turno -expresé rápidamente, levantándome como un rayo del sofá y empujando a Evelin para que se sentara-. Bien voy yo -leí el papel y luego me preparé para actuar- Em..Hola..

- ¡Lucio!... -gritó la rubia.

- ¡Evelin! -agregó Ayáne mirándola sorprendida. El pijama de Ayáne era el más abrigado de todos, era un traje de tela fina de mangas largas y pantalón de color blando con detalles como el cueyo los botones y el falzo de las mangas de los brazos y pies en color negro.

- No hacía falta ser un genio, Ayáne te toca -expresé tomando asiento en el suelo sobre el edredón que aún estaba ahí tendido.

- Buen -se levantó y se acomodó los anteojos, leyó el papel y luego respiró. Su rostro adquirió una sonrisa más que inusual ya que Ayáne no era de sonreír a las anchas lo cuál era raro y extraño y después comenzó a dar saltos cómo si fuera una loca-. ¡Soy muy, muy, muy feliz!, y me encanta atormentár y contagiar con mi alegría a todo el mundo.

- ¡Maggie!, Esa es Maggie...-expré rápidamente entre risas.

- ¿De verdad yo soy así?.

- Normalmente sueles ser peor pero bueno reina del drama, te toca -aclaré.

The Night (Libro:1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora