Capítulo VII: Una historia antes de dormir

113 40 11
                                    

Todo estaba en silencio en la habitación ni una sola voz se escuchaba, sólo el sonido del aire que permanecía encendido. Como esperé, mis padres fueron a verificar que ya estuviéramos dormidas siempre lo hacían en pijamadas anteriores lo que significaba que ya iban a dormir y se aseguraban de que todo estuviera en orden.

Se asomaron por una rendija y luego desaparecieron otra vez y unos segundos después abrí los ojos y saqué una linterna de debajo de la almohada.

- ¿Chicas alguna sigue con vida?.

- ¡Ay por dios! morí y no me dí cuenta, ni siquiera pude besar al primo Darius -se levantó Maggie sobresaltada de un tirón.

- Maggie fue una expresión.

- Ay que susto Abigail, pensé que la huesuda me había adelantado la fecha sin cumplir mi objetivo.

- ¿Tu objetivo final es besar a un primo tuyo? -contestó Evelin semi dormida.

- Otra sobreviviente.

- Para sus informaciones, el primo Darius está uff y siempre entrena provocativamente delante mío, me puse como meta hacerle algo en algún momento.

- Maggie busca un sacerdote, lo tuyo no es enfermedad ya es posesión diabólica.

Me burlé un poco del comentario de Evelin y después comencé a acomodarme para la actividad siguiente.

- Ayane aún sigue dormida.

- Déjamelo a mí Evelin yo la despierto -Maggie carraspeó unos instantes- ¿AYÁÁÁÁÁNEE! -gritó de repente.

- ¡Maggie mis padres!.

- Perdón me dejé llevar.

- Y no funcionó por lo que veo -comentó la rubia.

- Si que tiene el sueño pesado.

- Descuida Abigail yo sé como despertarla -Evelin se acercó a al oído de Ayáne-. ¡No lo creo!, es Toño -susurró.

- ¡Dónde! -despertó la chica de un salto.

- Lo ven, ni un reloj es tan efectivo.

- Es idea mía o todas aquí necesitan un psiquiatra.

- Ah si, ¡Oh por dios! Aiden encendió la luz de su habitación! -exclamó Maggie.

- Qué, imposible -me levanté rapidamente para comprobar pero no era sierto y cuando me volteo veo a las chicas riendo con complicidad-. Muy graciosas -me vuelvo a sentar sobre mi saco de dormir.

- No lances piedras al vecino si tu techo es de cristal.

- Sabias palabras Maggie, sabias palabras -apoyó Evelin.

- ¿Qué ocurre?, ¿por qué están? despiertas? ¿pasó algo?, ¿ya es hora?.

- Nada de eso Ayáne, es sólo que es el momento más importante de la noche -aclaré.

- ¿Ah si cuál?, pensé que ya era hora de dormir.

- ¿Y saltarnos lo más emocionante? imposible, ¿no es así Evelin?.

- La verdad Maggie es que...yo tampoco sé nada de estas cosas.

- ¿Cómo?, ¿es su primera pijamada?.

- No puedo hablar por Ayáne pero al menos la mía si, del lugar de dónde vengo nunca hacíamos estas cosas.

- ¿Y qué solías hacer con tus amigas? -comentó Maggie.

- Nada, es que ni permitido teníamos salir, era una de las reglas principales del...-guardó silencio por unos instantes como si por poco decía algo indebido-. Pero en fin apenas estoy experimentando estas nuevas cosas.

The Night (Libro:1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora