Capítulo: Demasiado cerca

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El resto de la tarde la pasamos tratando de unir las nuevas piezas a todo el rompecabezas pero nada adquiría sentido, esta nueva revelación del Señor Fisher daba mucho que desear y nuevamente todo era un torbellino de preguntas sin responder. El lunes había llegado y con él el retorno a la vida que se deja pausada el fin de semana, todos menos yo naturalmente quien todavía debía estar postrada sobre la cama en "absoluto repiso" como orientó el médico al cuál le he hecho tantas maldiciones mentales que de no tener un accidente dentro de poco, no le hice ninguna.

- Al menos con todo esto me da tiempo de analizar el caso con más calma -hablé sentada de pies cruzados en el centro de la cama con las anotaciones del caso McGlagen01-. Haré una especie de esquema para hubicar algunas cosas y si, ya estoy en el punto de que hablo sola -parloteo conmigo misma-. Ahora bien -tomé una hoja de papel en blanco y comencé a escribir-. Bien, por un lado está el Señor Fisher -escribí su nombre en un extremo-. Y los McGlagen por el otro -anoté-. Tenemos al Coyote -coloqué en el centro y debajo del nombre hago una flecha apuntando hacia el centro donde coloco la palabra misterio y la encierro en un círculo.

Me quedé allí observando la hoja de papel pero tenía la mente en blanco y aún con todo lo que tenía a mi favor parecía no ser suficiente, los McGlagen tienen un perverso secreto que han ocultado durante décadas y el Coyote los descubrió y me quiso alertar, eso está bien ¿pero y el Señor Fisher que tiene que ver con todo esto? Además de que esas supuestas noches de cazeria me traen ansiedad más cuando los McGlagen casi nunca están en la noche ¿habrá algún club de cazerias o algo más?. Respiré profundo ante la falta de coherencia con todo esto, sin duda un oscuro hilo entrelazaba toda esta historia pero algo faltaba-. ¿Qué será lo que no estoy viendo?.

Sentí unos pasos por el pasillo e inmediatamente cubrí la hoja de papel con otras cosas que había sobre la cama y en ese instante mamá entró a la habitación con un vaso con agua y la pastilla del tratamiento la cuál me tocaba con irregularidad.

- ¡Abigail que haces levantada! -exclamó con sobresalto.

- No estoy levantada, sólo estoy sentada -aclaré.

- ¿Y puedo saber qué es tan importante? -expresó ya estando al frente de la cama.

- Eh...tareas -inventé-. Estoy adelantando trabajos, tareas pendientes y...

- De ninguna manera -dictaminó Mamá colocándose el frasco de pasilllas en la misma mano donde traía el agua y con la otra recogió de golpe las cosas que tenía sobre la cama y las llevó al escritorio mientras yo rezaba porque no le diera por leer lo que escribí y por fortuna no lo hizo-. No es necesario que estés preocupandote por eso ahora, hablé con tus maestros y me dijeron que no había problemas con las clases y recuerda que estas en...

- Absoluto reposo, ya lo sé mamá lo repites todo el tiempo -completé la frase que siempre usaba como pretexto parará evadir cualquier asunto-. Pero eso no me impide estar sentada.

- Yo no soy enfermera y tú aún no decides que estudiar así que el médico es el que decide y si él dice absoluto reposo quien soy yo para cuestionar, me comprometí a que cumplirías el ciclo de descanso, y reposo absoluto es completamente absoluto, o sea acostada sin moverte - expresó.

- Mamá sólo es reposo no una enfermedad terminal y la verdad creo que estás exagerando, al menos déjame bajar y sentarme en la sala o tomar un poco de aire en el patio -sugerí.

- Aire -repitió- Abigail el cuarto se pasa climatizado todo el día ¿que aire esperas tomar?.

- Ese aire es ficticio y con los climas fríos que están empezando a aparecer últimamente me terminaré resfriado si no tomo un poco de sol en vez de reposo deberé estar en cuarentena -protesté.

The Night (Libro:1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora