Capítulo: XXIII Verdad o Fantasía

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Me desperté acurrucada entre las sábanas cosa que últimamente era un reto ya que todas las noches ellas se iban de fiesta dejando la cama sola y después las veías en el suelo con la resaca en la mañana, me levanté y me estiré un poco y después respiré, mientras restregaba mis ojos me di cuenta de que en la cama había alguien más durmiendo conmigo lo cual me extraño.

- ¿Mamá? -expresé confusa al verla dormida a mi lado. Ella parpadeó un poco para despertar y luego al verme sonrió.

- Buenos días floresita, ¿como amaneciste hoy? -expresó con voz ronca pero dulce.

- Bien -dije dejándome caer otra vez sobre la cama para estar frente a ella-. ¿Dormiste aquí anoche?.

- Una parte de ella ¿no te acuerdas?, tuviste otro ataque de pánico -comunicó.

- ¿Otro? -dudé-. No lo recuerdo.

- Anoche me desperté a causa de tus gritos y salí corriendo de mi habitación porque pensé que te había pasado algo y te encontré en medio de una crisis, llamé a tu padre y te pudimos estabilizar, estabas en un episodio fuerte -comunicó.

- ¿Ah, si? -traté de recordar y ya me empezaban a llegar imágenes a la cabeza-. ¿Estaba tan mal?.

- Nunca te habías puesto así -declaró-. ¿Tan malo fue el sueño?.

-...Me voy a bañar -dije solamente levantándome de un tirón, demasiada interacción por hoy y ya sé esto por donde viene.

- No puedes escapar del tema siempre -la escuché decir a mis espaldas.

- Yo no estoy escapando de nada -respondí volteandome hacia ella quien ahora estaba sentada sobre la cama.

Mamá tenía el cabello color castaño oscuro ondulado, tiene los ojos verdes avellana, el rostro es redondo con un mentón fino y muchas personas dicen que me paresco mucho a ella y que seríamos tomadas de gemelas si tuviéramos la misma edad, muy por el contrario de papá quien era pelirrojo y tenía los ojos azules con un cabello ondulado y rebelde, en fin rostro de mamá, cabello de papá y ni tanto ya que no soy legalmente pelirroja del todo, al menos me liberé del exceso de pecas en el rostro como las personas de esa genética.

- Desde ayer estás evadiendo el tema y si te pregunto es porque me preocupo por ti, ¿me vas a decir que esa crisis tan fuerte fue producto tambien de una película de terror? -exoresó.

- Pues...si -mentí-. Mamá, no sucede nada en serio, ayer vi un documental de plagas de ranas y me puse nerviosa y soñé que me querían lanzar a una piscina llena de ellas y cuando me soltaron desperté -inventé de la nada, la verdad no me agradaba mucho mentir pero era necesario, no me imagino hablando con mamá sobre sabotajes, ojos arrancados y sueños sin contexto, sería raro.

- Bueno -expresó levantándose de la cama con el cabello revuelto y la pijama puesta-. Voy a creerte porque quiero creerte ¿está bien?, aunque no esté muy convencida -informó tomándome de las manos cuando estuvo frente a mi-. Aunque si me quisieran lanzar a una piscina con ranas moriría ahí mismo -rió de forma graciosa y yo correspondí el chiste-. Pero ya tomandolo en serio, por tu bien nada de películas de terror, horror o documentales antes de dormir, ¿entendido?.

- Si -respondí satisfecha.

- Bueno, tomate las pastillas y yo iré a cambiarme y preparar el desayuno -comunicó estampando un beso en mi frente para después salir de mi habitación-. Pero que tarde es, Felipe se fue sin avisar, pobre -iba diciendo mientras se iba.

The Night (Libro:1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora