15: Primera noche

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— ¿En serio es un lugar seguro al cual irás? — Sollozó Mitsuri, pues temía que pudiera sucederle algo malo.

— Es muy seguro, no tienes de qué preocuparte — De manera calmada le respondió la de mechones violetas al momento de cargar sus maletas — Estaré bien, prometo llamarte cada noche.

Ya saliendo de la habitación mientras cargaba sus maletas se oyó la voz de Iguro.

— ¡Shitoī, el taxi acaba de llegar! — A lo lejos la voz del de mirada heterocromática resonó.

— Bueno, creo que es hora de marcharme — Se despidió de su querida amiga dándole un fuerte abrazo para luego seguir con su camino.

Ya a unos metros de la puerta principal se encontraba el azabache quien simplemente la observaba.

— Cuídate mucho shitoī, si necesitas alguna cosa no dudes en pedirnosla — Habló de manera seria.

— Cuídense mucho — Suspiró al decir aquello para posteriormente seguir con su camino.

Al llegar hacia el taxi, el chófer le ayudó con sus maletas y de ese modo la joven de mirada violácea se había marchado de la vida de aquella pareja que tanto amor se tenían.

En todo el camino la joven se mantenía muy pensativa respecto a todo lo que venía sucediendo en su vida.

Se encontraba tan sumergida en sus pensamientos que no notó lo pronto que habían llegado al departamento del azabache de mirada azulada.

Ya pasaban de las cinco de la tarde, pues estaba por anochecer. El azabache le había pedido que regresara a aquella hora, pues le confesó que tenia mucho que limpiar y quería tener todo listo para cuando ella regresara.

Al bajar del vehículo y luego de pagarle al conductor de este mismo solo caminó en silencio hacía la entrada principal del departamento.

Mientras tanto en el interior de su departamento el azabache se encontraba sumergido en sus pensamientos, no podía creer aún lo que había hecho. Aunque bueno, no se quejaba de ello.

Prontamente oyó el sonido del timbre en la puerta, sabía perfectamente de quién se trataba así que simplemente se dirigió a abrir la puerta a toda prisa.

Al verla ahí parada en completo silencio y con solo dos maletas a su costado no pudo evitar preguntar — ¿Eso es todo tu equipaje?

— Podría decirse que sí.

— Ven, pasa yo llevaré tus maletas hacia tu habitación — Dijo abriéndole paso a la muchacha para que esta ingresara al interior.

El azabache cerró la puerta con llave, había cambiado la cerradura de la puerta, por ende la llave ya no era la misma, de ahora en adelante compartiría el mismo techo que Shitoī y no quería ser interrumpido por el de cabellera cobriza si a este se le ocurría ir de sorpresa algún día.

Ahora todo se había vuelto algo incómodo para Giyuu, pues sabía sobre los sentimientos de su compañera, y ella los suyos, pero nada había cambiado entre ambos, no obstante, la gran tensión era evidente al tenerla cerca.

— No tenía idea de que esta habitación existía — La oyó decir en voz baja justo detrás suyo mientras este bajaba las maletas para dejarlas junto a la cama de la habitación.

La habitación era pequeña y no contaba con un baño privado, solo tenía un futón en medio de esta misma y una pequeña mesita de noche que yacía a un costado.

— No es mucho, pero es todo lo que puedo ofrecerte por ahora, Shitoī — Dijo algo apenado, pues en efecto, la habitación estaba vacía.

No esperaba alguna respuesta de su acompañante, pero la sorpresa invadió su rostro al oír su pronta respuesta.

Lazos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora