4. Frankenstein Posmo

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"¿Por qué sus orejas eran tan lindas? Tan suaves..."

"Puto furro de mierda, ¿Qué shampoo usará? Su cabello es tan suave, ojalá dormir cerca de su cabello, abrazarlo, acariciarlo..."

"¿Qué coño estoy pensando?"

"¿Qué chingados me está pasando?"

Spreen lo miro a los ojos mientras movía sus manos frente a el.—Che pelotudo, ¿Estás bien?—pregunto el azabache con una voz entre preocupada y burlona.—Te quedaste parado de la nada y dejaste de hablar, ¿Acaso el ratón te comió la lengua?

Rápidamente dejo de lado sus pensamientos, contestando algo asustado.—¿Eh?-callate pendejo...—respondio de manera agresiva, mientras tanto apartó las manos de Spreen.—Estaba pensando en algo.

Arqueó una ceja, obviamente dudando sobre las palabras del contrario.—¿Se puede saber en qué estabas pensando?—pregunto el azabache con obvia duda.

El hechicero frunció el ceño. ¿Por qué coño se mentía en sus pensamientos? Obviamente no le iba a decir que estaba pensando en dormir junto a el mientras le acariciaba el pelo, era raro...

Rio en su interior ante la palabra «raro». Era una »Cuarteto referencia»... Se estaba yendo de las ramas, odiaba ser así.

Lo miro con cierta molestia.—A ti que te importa pendejo—se quejo el castaño haciendo que Spreen lo fulminara con la mirada.

Dejo de ver a Juan para luego seguir caminando, no sin antes decir: "Yo solo me preocupe por vos, malagradecido".

Obviamente Juan se sintió mal al momento de esto, y rápidamente corrió hacia el mientras le pedía perdón de mil maneras... Y por fin, el oso acepto las disculpas después de hacerle un pequeño drama como antes.

Y bueno, realmente así estuvieron durante todo el camino, pelearon, se disculparon, se insultaron... Ect, hasta que llegaron a la casa del amigo de Spreen, y bueno, aun no era casa, aun la estaba construyendo.

Y realmente les estoy mintiendo si les digo que Juan fue el primero en socializar, Spreen lo obligo a hacerlo.

Le dió un leve empujoncito mientras le susurraba en el oído—Socializa pelotudo—le regaño, mientras volvia con su amigo.

Coloco una de sus manos en la nuca, mientras se acercaba al chico de pijama.—Este-¡Hola! Soy Juan cubito, hechicero Supremo, amo y dueño de las realidades—dijo mientras le daba la mano.

Carrera rio levemente, mientras le daba un apretón de manos.—Un gusto Juan, soy Carrera—respondio sonriendo.

¿Por qué habían tantos argentinos? ¿Acaso era una invasión? Era raro.

Le sonrió de vuelta, mientras le soltaba la mano.—Un gusto señor carretera—dijo, no sin antes recibir un golpe de parte de Spreen.

Lo miro con molestia.—respeta boludo—le regaño mientras lo fulminaba con la mirada.

Juan lo volteo a ver, mirándolo molesto.—¡Tú respétame a mi pendejo!—frunció el ceño.

Y bueno, se preguntarán sobre carrera, y yo les diré que estaba parado mirando todo el show, entre confundido y a la vez entretenido.

El azabache lo miro con superioridad.—¿Yo por que chota debería respetarte a ti cuando vos no me respetas? Eso es una injusticia—gruño el oso mientras se acercaba un poco más a el.

Y bueno, Juan, siendo un orgulloso obviamente no iba a perder esta batalla, así que también se le acercó a el.—¿Tú qué pinche furro culero?

Se escucho en el fondo un "¡Lo que te dijo!" de parte de Carrera, quien al parecer no estaba de lado de nadie, solo estaba disfrutando el show.

┌ミ¿𝙌𝘶𝘦́ 𝙩𝘢𝘭 𝙪𝘯𝘢 𝙖𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢?━𝙎𝘱𝘳𝙪𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora