La verdad es que muchas cosas quedaron en su mente. Los dioses no decidían su futuro, el futuro lo decidía el...
¿Qué pasaría si se sacrifica? ¿Qué pensarían las personas que el quiere? ¿Lo extrañarían?
Muchas personas decían que el era un problema, que era una molestia, bueno, la verdad esto lo decían más sus enemigos o sus propios pensamientos.
Tal vez tenían razón, ¿Debería hacerlo? Todo sería mejor si se sacrificaba, de igual manera, nadie lo merecía, el era un estorbo y un problema.
Pero una imagen se le vino a la mente, Spreen, ¿Qué pasaría con el? Apenas estaban declarando su amor, si moría... El quedaría solo, además, el ha demostrado con sus acciones que lo ama, tal vez es una fachada, pero es una fachada hermosa.
No sabía que pensar, su mente estaba tan nublada que ni siquiera se podía concentrar en las cosas que realmente valían la pena, por ejemplo, llegar de nuevo a Karmaland vivo. Ahora estaba perdido en el aparente bosque, y lo peor es que el cielo estaba oscureciendo...
Sus párpados se sentían tan cansados, solo quería dormir, quería dormir y nunca más despertar, o bueno, era lo que pensaba ahora mismo.
"Parezco un puto dramático, me doy asco..."
Antes de seguir amargándose, camino hacia un árbol y se apoyo en este, para luego sacar su mochila y buscar algo que le ayudará a saber dónde mierda estaba, o que por lo menos le fuera de ayuda para calmar su puta ansiedad.
Y gracias a Dios, encontró su teléfono y sus audífonos, no tenía internet, pero tenía música y una playlist con canciones demasiado depresivas, amaba todo.
Puso la primera canción, sonando "martes otra vez" le prestó atención al ritmo triste de la canción para luego seguir caminando como si nada.
Estaba tan distraído, tan ansioso, no sabía que hacer primero, ¿Debería cuidar su salud mental? Bueno, la cuidaría luego de pensar y arreglar todos los demás putos problemas.
No quería pensar tanto en ese tema del profeta, y gracias a Auron se dió cuenta de algo muy raro, el bebé de la visión se parecía a el... ¿Y si el es el hijo del profeta?—¡No le jodas! ¿¡Mi padre es el profeta, mi madre xena y mi abuela qué!? ¡¿Es satanás?!—pregunto con la voz chillona, sintiendo como su vista se volvía a nublar debido a las lágrimas en sus ojos.
Por lo visto, Xena estaba en otra dimensión, o mejor dicho, en el antiguo Tortillaland.
Así que con ella no había ningún problema por ahora, pero si con el maldito profeta. No entendía porque todas las cosas malas le pasaban a el, ¿Qué coño hizo en su puta vida pasada para recibir todo este puto castigo?
El profeta es una persona muy poderosa, o bueno, por lo menos así se veía, su bastón tiraba rayos a quienes no le hacían caso, ¿Qué más podía hacer el hijo de puta? La verdad no sabía, pero obviamente iba a tener un punto bajo, no sabía cuál, pero iba a tener una debilidad.
Por ahora no puede hacer nada con el, prácticamente solo prepararse para lo peor y esperarlo, así que lo mejor sería dejar ese tema atrás, aunque no podía, le dolía.
La canción cambio a doble identidad, puta playlist más acertada.
Sacando el tema del sacrificio, maldito sacrificio, tenía la idea de usar el glorioso hechizo para poder matar al profeta y así moriría de una vez por todas, doble premio eh.
Soltó una risita ahogada, y algunas gotas de agua cayeron de sus ojos, malditas lágrimas.
Bueno, la verdad para el sería mejor morir de una puta vez.
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┌ミ¿𝙌𝘶𝘦́ 𝙩𝘢𝘭 𝙪𝘯𝘢 𝙖𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢?━𝙎𝘱𝘳𝙪𝘢𝘯
RomanceSipnosis: Juan, un Hechicero algo arrogante siente admiración por Spreen, quien de un momento a otro al parecer lo odia, es un arrogante narcisista a la vista del castaño. No quiere arriesgar su dignidad tan fácilmente, ¿Qué tal una apuesta? Por si...