Y ahí estaba, teniendo quinientas preguntas pero ninguna maldita respuesta, estaba harto.
En primer lugar, ¿Por qué Auron y casi todos los ciudadanos de Karmaland perdieron la memoria?
En segundo lugar, ¿Estaban en un universo alterno o en el mismo universo de Tortillaland?
En tercer lugar, ¿Quien coño era Luzu, Fargan (sin contar a Rubí) de Tortillaland? Hasta ahora solo tenía teorías, pero realmente ninguna respuesta era firme.
En cuarto lugar, ¿Por qué tuvo esa visión? Bueno, tal vez podría ser una idea de los Dioses para ayudar a personas y por fin tener el maldito glorioso propósito.
En quinto lugar, ¿¡Que verga debería decir!? Ahora estaba apunto de entrar a la supuesta habitación donde estaba Auron y Luzu, ¿Qué respuesta tendría que dar? Se supone que el era un hechicero, el debería saber todo.
Mordió fuertemente su labio inferior, para luego levantar la vista. Debía actuar normal, además debía preguntar sobre la perspectiva de ambos chicos.
Abrió la puerta torpemente, sentía la mirada del chico de casco atrás de el, quien los acompaño sin despegar la gusta de estos dos, no quería perder su trabajo.
Escucho la voz del español, que al parecer le estaba diciendo algo al de pelo castaño.-¡Le pinte las escaleras de colores! Literalmente casi me mata por hacerlo, pero te jur-fue intrrumpido debido a la presencia del Hechicero, quien solo frunció el ceño.
Este mismo rodo los ojos frustrado.-putas escaleras de mierda-bramo en un tono enojado, mientras fulminaba al moreno con su vista.
Este mismo le sonrió vanidosamente, así que mejor lo ignoro y movió su mirada a la del castaño.-¿Por qué coño nos llamaste señor alcalde?-pregunto en un tono pasivo agresivo, conocía la historia de este, y pensándolo bien no era una mansa paloma.
El alcalde alzo una ceja, estaba desconcertado debido a la reacción del chico de lentes.-necesito respuestas, eso es lo único que necesito-dijo en un tono de voz átona, causando que el castaño bufara.
Se sentó en el sillón de cuero donde antes había estado Auron al darse cuenta que solo había una silla en el escritorio de Luzu.-yo también las necesito, pero para eso necesito escuchar sus dos versiones, ¿Saben?-le respondió en un tono frío, mientras le hacía una señal a Spreen para que se sentará junto a el, y este como un perro obedeció no sin antes bufar.
Una ligera sonrisa apareció en su rostro, para luego volver a ver al alcalde, y pudo notar como este volteaba la mirada hacia el policía.-alexby, porfavor sal de la habitación, necesito hablar a solas con ellos-le ordenó y el chico de casco obedeció, para luego cerrar la puerta.
Sintió como la mano del híbrido tocaba la suya, por Dios, ¿Por qué coño sus manos eran tan suaves? Las amaba, juraría quedarse dormido si esas manos le acariciarán el pelo. Sintió un ligero rubor en sus mejillas y trato de ocultarlo, poniendo una de sus manos en su quijada.
El alcalde volvió a voltear la mirada hacia el hechicero.-bueno, ¿Quien empieza?-pregunto refiriéndose a Auron y a el. La verdad es que no tenía idea de quién.
Pero tuvo que responder al sentir las dos miradas de los chicos.-E-eh... ¿Auron?-
-dijo con la voz entrecortada y algo nervioso.El azabache rápidamente retomo la conversación.-a ver, yo estaba en una mina... Porque estaba molesto por algunas cosas, empecé a luchar con un esqueleto y me tiró una flecha en la pierna, perdí el conocimiento y luego desperté en un pueblo desconocido para mi, tenía el cuerpo de mi yo de diecinueve y encima lo único que recordaba eran las veces que pelee con mis padres o las veces en las que estuve de pueblo en pueblo-menciono el español, causando que el Hechicero frunciera ceño, la historia no era así, y Auron lo sabía bien.
ESTÁS LEYENDO
┌ミ¿𝙌𝘶𝘦́ 𝙩𝘢𝘭 𝙪𝘯𝘢 𝙖𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢?━𝙎𝘱𝘳𝙪𝘢𝘯
RomanceSipnosis: Juan, un Hechicero algo arrogante siente admiración por Spreen, quien de un momento a otro al parecer lo odia, es un arrogante narcisista a la vista del castaño. No quiere arriesgar su dignidad tan fácilmente, ¿Qué tal una apuesta? Por si...