13. ¿Qué tal una apuesta?

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Un Juan muy apenado bajo la mirada, haciendo que la persona frente a el alzará una ceja.

<—A ver, déjame ver si entendí, ¿Juan va a participar?—pregunto la voz del castaño, Mariana, quien subía de nuevo la mirada hacia Auron, quien tenía los brazos cruzados.

<—Si, ¿Hay algún problema?—pregunto la voz firme del más alto, y el de lentes tartamudeo.

Este bajo la mirada, cómo el hechicero la tenía hace unos minutos.—n-no, claro que no, solo le tendré que preguntar a Spreen, el es el encargado y yo soy el secretario—respondio la voz temblorosa y con miedo de un mariana intimidado.

Juan subió la mirada y lo vio con una cara de confusión, pero aun así se guardo las palabras.

Mariana simplemente mordió fuertemente su labio inferior.—este-compermiso—dijo rápidamente y empezó a caminar a una dirección, o mejor dicho, a la dirección de Spreen.

El hechicero pudo ver de reojo como paraba de correr frente a una silueta, quien al parecer era el híbrido, este traía una camiseta amarilla, con corbata negra y un pantalón azabache, ¿Por qué se estaba vistiendo tan bien?

El híbrido volteo, y en un movimiento rápido el castaño miro disimuladamente hacia este, quien al parecer estaba visiblemente preocupado.

Pero una voz lo saco de sus pensamientos, era auron.—Se nota que estás enamorado eh—le dijo mientras soltaba una risita burlona.

Este bufo frustrado, pero no respondió y simplemente se dedicó a ver el pasto verde.

¿De verdad estaba haciendo lo correcto? Tal vez lo correcto era alejarse de Spreen y ocultar sus sentimientos, pero su corazón no lo entendía.

Quería hablar con Spreen, quería que este entendiera de que no le quería hacer daño, pero la verdad es que ya le había hecho daño, lo había golpeado...

Esperaba q no lo haya hecho tan fuerte, se sentía culpable, se sentía una mierda, era un monstruo.

Soltó un suspiro, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por unos pasos cerca de el.

Y era de nuevo, Mariana.

<—El señor Spreen dice que quiere hablar con el señor Juan—hablo la voz algo preocupada del mexicano, causando que el español alzará una ceja.

<—pues muy bien, ¿Dónde se encuentra?—pregunto el azabache, causando que Mariana bajara la mirada.

<—estem-el señor Spreen solo quiere hablar con Juan y—respondio entre tartamudeos.

Pero la voz de Auron lo interrumpió.—prefiero ir con Juan, es probable que está vez el muy hijo de puta le rompa las costillas a mi amigo, así que, ¿Dónde se encuentra ese oso?

El castaño subió la mirada.—en la sala privada, es decir, a la par del juego—respondio, está vez más tranquilo, pero aun así seguía con los músculos tensos.

<—pues muy bien, gracias señor—le dijo en un tono sarcástico, a la vez que agarraba al Hechicero del brazo, quien simplemente se dedicó a ver el espectáculo.

Este rápidamente reaccionó.—¡Verga! Yo qué chingados le diré al puto oso, ¿Y si—fue interrumpido antes de continuar la oración.

<—pues dile lo que planeamos, animal—respondio en un tono burlón, para luego parar de caminar y arrastrar al castaño.—se supone que aquí debería estar.

Una pequeña casa improvisada de madera estaba frente a ellos, y tenía un cartel mal hecho que decía «zona VIP».

Auron rodo los ojos debido al cuarto mal hecho, pero aun así dió un paso adelante, no sin antes ser jalado por el castaño.—¿Me prometes que si pasa algo nos vamos?

┌ミ¿𝙌𝘶𝘦́ 𝙩𝘢𝘭 𝙪𝘯𝘢 𝙖𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢?━𝙎𝘱𝘳𝙪𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora