Y entro al portal, escuchando los gritos de igual manera, nada varoniles del híbrido, escucho como Auron soltaba una risa burlona ante los gritos.—¡Cállate pelotudo!
Soltó una risita ahogada, para luego ver cómo el híbrido desaparecía, eso significaba que ya había llegado a Tortillaland, cerro los ojos, esperando poder pasar al portal.
Y lo hizo, pero un mal presentimiento paso por su mente al escuchar como el híbrido maldecía.—¿Qué mierda?..
Al abrir los ojos, rápidamente su visita paro en su "santuario" que estaba vuelto ceniza.
Sus ojos se cristalizaron a los segundos de ver los escombros, corrió, hasta quedar enfrente de las cenizas, y rápidamente se puso de rodillas, cubriéndose la cara con frustración.
¿Por qué le pasaba todo esto a el? Dios, el no había hecho nada malo para merecer esto...
Bueno, tal vez si, pero su lado egoísta no lo quería admitir.
Trato de hablar, pero no podía, y solo escuchaba pequeños sonidos que salían de su boca, pero nada se parecía a unas palabras, una oración, una pregunta, ni una respuesta. Parecía como si le hubieran cortado la voz.
Bramó con desespero, pero lo único que podía hacer ahora era llorar y ver lo que una vez fue su santuario.
De repente, un pensamiento nublo su mente.
El puto profeta.
El había hecho esto, el lo había hecho... ¡¿Por qué mierda lo hizo?!
Su mente se nublo con pensamientos negativos. Pero estos fueron interrumpidos por el brazo de Auron, quien al parecer le hablaba, pero simplemente no lo escucho.
La voz del híbrido también le hablo, agachándose hasta ver los ojos llorosos del castaño, y este simplemente se paró de golpe, no quería parecer un puto débil.—voy a hablar de esto con el profeta, el hijo de puta me las pagará...
El azabache trato de hablar, pero fue interrumpido por Auron, quien rápidamente reprochó al Hechicero.—¿¡Pero es que no ves que el hijoputa está loco!?
Apretó su mandíbula, pero sintió el contacto del español, quien lo detenía del brazo.—¡Ustedes no comprenden mi puto dolor! Si es posible, lo mataré con mis propias manos, es una puta amenaza, y como es una, debe ser tratado como un monstruo.
Los dos chicos se quedaron callados, y esto basto para que Juan continuará su camino.—esper—trato de hablar la voz del argentino, pero obviamente fue interrumpido por el hechicero quien estaba suficientemente harto de todo como mandar a todos a la mierda.
Se volteo, sus ojos tenían frustración, mordía fuertemente su labio inferior mientras miraba a Spreen con una molestia, no una molestia fingida, si no una molestia de verdad.—¡Déjenme en paz!
Sin antes esperar una respuesta, se dió la vuelta, hacia las malditas escaleras.—por qué mierda aún no puedo volar, esto me haría más fácil todo.—gruño en un susurró, mientras bajaba dos escaleras de un paso, sabía que se podía caer, pero de igual manera, su vida estaba destruida.
Su mente estaba hecha un caos, sabía que tenía que mantener la puta calma, ¿Pero como mierda la iba a mantener cuando acaba de perder su santuario? ¿El lugar que había gastado miles de minutos y horas?
Pero una idea apareció del montón, y era la serpiente.
Paro de caminar, para ver a la serpiente, quien al parecer estaba igual de enojada que el.—Dios, estoy hasta la mierda de todo, supongo que tú igual...—dijo con la voz entrecortada, y el animal soltó un siseo.—¿Puedes llevarme a dónde está el profeta de una vez por todas? Así todos mis putos problemas por fin desaparecerán.
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┌ミ¿𝙌𝘶𝘦́ 𝙩𝘢𝘭 𝙪𝘯𝘢 𝙖𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢?━𝙎𝘱𝘳𝙪𝘢𝘯
RomanceSipnosis: Juan, un Hechicero algo arrogante siente admiración por Spreen, quien de un momento a otro al parecer lo odia, es un arrogante narcisista a la vista del castaño. No quiere arriesgar su dignidad tan fácilmente, ¿Qué tal una apuesta? Por si...