- Capítulo VII -

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Yuri se despertó y lo primero que sintió fueron nauseas. Por suerte logró controlarlas, abrió los ojos gruñendo. Miró a su alrededor y comenzó a preocuparse porque no sabía dónde estaba. Lo último que recordaba era que discutió con Valeria en la terraza del evento de la empresa, pero ni siquiera lograba recordar por qué.

En la mesita de noche vió un vaso de agua y estiró el brazo para tomarlo, a su lado habían dos pastillas. Yuri miró a su alrededor, estaba cien porciento segura de que estaba en la casa de Valeria, pero una pequeña parte de ella sintió ansiedad por si quizás no era así.

Se levantó de la cama y miró por la ventana reconociendo la calle donde había dejado a Valeria con su coche en varias ocasiones. Por un lado, sintió alivio por estar a salvo, pero por otro lado, sintió absoluto terror de tener que hacer frente a la otra mujer.

Sabiendo que estaba en un lugar seguro tomó las dos pastillas que supuso que eran aspirinas, se bebió el vaso de agua de un solo trago. Miró su vestido arrugado y puso cara de disgusto, se sentía increíblemente incómoda, pero como si Valeria hubiese leído su mente, observo el pequeño montón de ropa que había a los pies de la cama con una toalla limpia debajo.

Yuri agradeció inmensamente aquel gesto, tomó la ropa dirigiéndose a la puerta que había frente a la cama y comprobó que efectivamente era un baño. Se miró en el espejo, puso cara de desagrado viendo su reflejo.

Su pelo era un desastre y todavía llevaba el maquillaje de la noche anterior, su cabeza le dolía horrores, pero no sabía que era peor, el dolor de cabeza, las náuseas o la abrumadora vergüenza que sentía por haberse emborrachado de aquella manera delante de Valeria.

La mujer se dió una ducha tratando de organizar sus pensamientos y tratando de recordar la noche anterior, pero todo era tan borroso que no lo consiguió, no recordaba como habían llegado hasta allí, pero si logró recordar cómo había llorado sobre el hombro de Valeria en la terraza. Volvió a poner cara de disgusto mientras dejaba que el agua recorriera todo su cuerpo.

"Eres un desastre" Dijo hablando para sí misma.

Salió de la ducha y se envolvió en la toalla volviendo a mirarse en el espejo. Con la ducha el dolor de cabeza y las náuseas se habían disipado, pero la vergüenza era mayor que antes. Secó un poco su pelo con la toalla antes de ponerse la ropa que Valeria había dejado para ella.

En aquel montón había una camiseta, unos pantalones deportivos grises y ropa interior, Yuri sintió como sus mejillas se ponían coloradas mientras se colocaba la ropa de Valeria. Se miró una vez más en el espejo, ahora su pelo estaba mojado y aquella ropa ajena cubría su cuerpo.

Recogió su vestido, dejó la toalla en la cesta de ropa sucia que había junto al lavabo y salió del baño regresando a la habitación. Dejó el vestido doblado sobre la cama y se acercó a la puerta que estaba entreabierta, trató de escuchar algo, la casa parecía estar en completo silencio, pero con atención pudo escuchar el murmullo de una televisión al fondo del pasillo.

Yuri no quería hacerlo, quería desaparecer y no ver a Valeria nunca más, pero sabía que antes o después tendría que afrontar a la otra mujer así que tiró de la puerta, y se dirigió por el pasillo hacia la que creía que era la zona común, efectivamente, llegó a un amplio lugar que tenía una cocina preciosa y que se extendía hacia una sala de estar, era precisamente allí, sentada en el sofá donde vio la figura de  Valeria sentada de espaldas a ella mirando una televisión encendida que tenía el volumen bajo.

Yuri vio que en la mesita que había delante del sofá Valeria tenía una taza de café y el aroma hizo que su estómago hiciera un sonido, necesitaba un café urgentemente, pero primero tenía que hacer frente a Valeria.

Secretos | Adaptación YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora