13. La mafia DiAngelo

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UN AÑO Y MEDIO ATRÁS...

Marco DiAngelo.

Ahí fuera todo está tranquilo y me preocupa que hoy no haya aparecido por casa. Hace dos días se fue de aquí furioso, harto de nuestro padre y sus demandas; y no he vuelto a verlo.

Maldito Eathan, por ser el menor de la familia es el protegido de papá. Jamás ha ligado un golpe suyo, no le interesan las conexiones turbias ni las lealtades implacables que conllevan este mundo, y se niega a portar armas. Y aún así, el malagradecido no es capaz de valorar lo que se le da, pero sigue teniéndolo todo. Es una pieza extraña en esta familia. A diferencia de nosotros, sus hermanos, no tiene el fuego ardiente de la mafia corriendo por sus venas. Prefiere la tranquilidad y la sencillez, un rechazo silencioso a las expectativas que nuestro apellido conlleva. No le gusta la forma en que las cosas funcionan aquí, y a menudo lo encuentro perdido en sus libros, buscando una vía de escape a través de las páginas. Eathan es un alma libre atrapada en las redes de este mundo, una maraña de la cual papá insiste en que no puede escapar.

Es un hombre de pocas palabras, pero cuando habla, sus palabras llevan un peso que desafía su juventud. Prefiere las conexiones reales a las alianzas forzadas, y su corazón late con una independencia que a menudo choca con la autoridad de nuestro padre. No es que no le importe la familia; simplemente, ve el mundo de manera diferente, desafiando la lógica oscura que ha mantenido a nuestra familia en el poder.

Él ilusamente cree que podrá escapar de aquí antes de cumplir los veintiseis, sin saber que ya tiene un destino trazado. Pobre Eathan... en cierto sentido, me irrita su falta de aprecio por lo que se le ha brindado, pero por el otro, lo entiendo. A veces desearía no tener que arrebatar la vida a personas inocentes como él se niega a hacerlo. Cuando suplican por sus vidas, sé que podría optar por dejarlos vivir, pero también comprendo que la única opción sensata es exterminarlos para acabar con el problema.

—¿Hace cuanto tiempo no ves a tu hermano? — mi padre interrumpió mis pensamientos.

—No lo sé, ¿dos días?

—¿En dos días no te has encargado de ir a buscarlo a donde sea que esté, Marco?

—Ya sabes como es, padre. No puedo hacer nada contra sus revelaciones, se pone insoportable. Debe estar sumergido en alguna de sus historias, déjalo; ya volverá.

—Mmm, no — negó con el dedo mientras caminaba nervioso por la sala, sus anillos de oro y diamantes reflejan la luz del sol en ellos —. Presiento algo, Marco, algo malo.

—No empieces con tus cosas, viejo.

Más que mafioso es una especie de brujo... cada vez que presiente algo, termina por suceder. De repente, mi hermano mayor interrumpe la conversación, algo agitado y con una expresión grave en su rostro.

—Padre... Es... Eathan —balbuceó.

Sus palabras resonaron en la habitación creando un silencio tenso. Giovanni es rápido, ágil y sobre todas las cosas tiene la palabra fácil. Por eso mismo nos preocupa su balbuceo.

—¿Qué? ¿Qué pasa, Giovanni? —pregunté tratando de contener la preocupación.

—Estuvo a punto de subirse a un avión cuando nuestros hombres lo interceptaron para traerlo a casa, pero algo sucedió.

—¿Un avión? ¿Pero cómo podría haber hecho eso él, a nuestras espaldas? —mi padre, nervioso, se dejó caer sobre el sofá.

—Eathan ha estado en contacto con gente de poder y... quiere irse de aquí, Marco — me miró, ignorando las preguntas de mi padre.

Contra nuestras reglas; FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora