Capítulo XXXI : Dejando las cosas claras II

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Camine hacía al auto ,Jai me abrió la puerta para que subiera, él se dio la vuelta y entro también, sin decir nada, lo puso en marcha y la radio empezó a sonar.

"Conseguir mucho de mí
Conseguir mucho de ti
Caminando por las calles y apenas y te conozco
Parece como si estuviéramos predestinados
Tomarnos de las manos cuando salimos en las noches"

-Perdóname, no debí tratarte así en la mañana-Comenzó a decir mientras la canción seguía sonando-Pero... Me enferma la idea de pensar que él te toque, se que es tu novio y que yo solo soy un extraño en tu vida, que ni siquiera nos conocemos bien- Guardó silencio mientras le tocaba un semáforo en rojo-Ssólo no puedo procesar esa idea, lamento mucho haber perdido los estribos por favor perdóname-

-No me gusta que me trates como un objeto, se que nuestra... - Busqué la palabra que más se acercase a lo que fuese que Jai y yo tuviésemos... Pero ninguna era lo suficientemente específica para asemejarse a ello- Lo que sea que tengamos, empezó de forma extraña, pero eso no te da derecho a que me trates así-

-Lo sé, estoy muy arrepentido...- Agachó su cabeza aún mirando fijamente a la carretera-

- Y después, ¿Qué fue todo ese despliegue de hombría en el ping pong?-

-Una forma muy infantil de... demostrar quién es el mejor-

-Eso no se demuestra así Jai, no necesito un súper macho a mi lado-

-¿Me perdonas?- Preguntó con cara de arrepentimiento desviándola por un segundo de la carretera-

-Lo voy a pensar y ahora si en serio-

-¿Qué tengo que hacer para que me perdones?-

-Comportarte como un adulto que eres y pensar con la cabeza y no con el hígado-

-Lo intentare- Murmuró-

-Cuando lo hagas, entonces hablamos- Dije firme finalmente llevando mi mirada a la ventanilla-

Llegamos al supermercado y él se bajó a abrirme la puerta, me tendió su mano para que me apoyara, no pude negarme a su gesto y cuando salí del auto quedamos cerca mirándonos, pero yo desvié la mirada y comencé a caminar sin esperar a que cerrara la puerta del coche.
Después él me alcanzo y entramos al lugar.
Tomó una canastilla y me guió por uno de los pasillos.

-¿Qué venimos a comprar?-Pregunté caminando a
su lado-

-Todo lo necesario para la cena, ya mañana nos vamos, así que hoy haremos un festín-

-¿Y cuál será el menú?-

-Pasta y ensalada, sin faltar un buen vino-

-Pero, falta el postre-

-Cierto, ese te toca a ti-

-¿Te gusta el flan napolitano?-

-¿Sabes prepararlo?-

-Por supuesto, mamá me enseñó ha hacerlo hace años-

-Eso quiero verlo, habrá flan entonces-

Le sonreí y caminamos al pasillo a buscar los ingredientes para el flan, incluido el molde porque me dijo que no tenía. Después fuimos al área de frutas y verduras, escogimos una lechuga verde y una morada, pequeños tomates, uvas y finalmente fuimos por la pasta, el queso y el vino.

-Qué bonita pareja, seguro acaban de casarse, me recuerda a nosotros hace cuarenta años-

Escuché que una señora le decía al que debía ser su esposo, él asintió y le dio un dulce beso en los labios, mi corazón se oprimió y por primera vez en mi vida me visualizaba de anciana y solo había un hombre con el que quería llegar a esa edad.

¿Estás libre esta noche? (Jai Courtney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora