"Solo es necesario que todo lo que creías estable se desmorone para empezar a vivir de verdad tu vida"
Eso es lo que le pasó a Aura Simons cuando su pareja la deja por aburrida y en una noche intentando olvidar las penas una desconocida la entrega u...
Los días fueron pasando. Hasta llegar el fin de semana, se hicieron algo "habituales" madrugaba para ir a trabajar, aprovechaba para salir a comer con papá , volvíamos a la oficina hasta las ocho de la tarde ,iba a casa , cenaba y me echaba a dormir hasta el día siempre.
Así hasta el fin de semana. El sábado llamé a Loren quien vino a cenar a casa, cenamos algo de comida italiana con un buen vino mientras veíamos unas pelis en el salón.
El domingo fui a casa de papá y mamá a comer como había dicho que iría. Decirle a mamá que había dando fin a mi relación con Daniel fue duro. Ella no se lo imaginaba, además , adoraba a Daniel de la misma forma que papá lo hacía, así que fue un duro golpe para ella. Pero al final mamá aceptó aquello, me preguntó si estaba bien, y me recordó que a ellos los que más les importaba era que yo fuese feliz. Me querían, y jamas les importaría quien estuviese a mi lado.
Finalmente llegó el Lunes. Ayer ya me había avisado papá de que la persona que me sustituiría empezaría , así que aveciné que estaría tiempo de más en la oficina, y como no, no había olvidado mi cita con aquel hombre. Recordé que le había prometido ir cada vez más sexy a nuestras "quedadas" pero hoy no sería posible. Solo me coloqué un vestido negro ajustado , sin magas y con una pequeña abertura desde un poco mas abajo de mis rodillas hasta mitad de mis muslos. Unos tacones negros y una chaqueta de cuero carmesí
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Aquella mañana me encontraba algo antes en las oficinas. Eran las 8:30 de la mañana y ya estaba encendiendo el ordenador , con mi café de la cafetería de abajo a un lado. Revisé mis correos pendientes. Eran solo veinticinco, algo normal. Comencé a responderlos hasta que dieron las 9. Papá abría la puerta como cada mañana, como si un reloj de cuco se tratase , marcando cada en punto con su característico sonido.
Pero esta vez , su paso al despacho era acompañado. Levanté la cabeza del ordenador al escuchar la puerta abrirse. El primero en pasar fue papá, tras él Thomas , sonreí al verle, y tras Thomas una joven castaña, delgada. Vestía una falda ajustada verde esmeralda, una camisa blanca y una chaqueta de traje del mismo color que la falda, le dedique una mirada y una pequeña sonrisa, ella me sonrió de vuelta
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