Khaotung Thanawat Rattanakitpaisarn, siempre había soñado con tener un buen amor , el cual se sintiera cálido y mutuo , pero su realidad fue otra, teniendo una relación con un hombre el cual le prometía un amor eterno . . . Más no sabía que para te...
Khaotung se encontraba en una habitación branca, completamente blanca sin color alguno, al igual que su vestuario solo era el color puro del blanco que lo rodeaba, estaban en el suelo abrazando sus piernas, lleva asi un rato, se sentía aturdido, escuchaba las voces de su familia, hasta logro escuchar la de First pero no lograba comprender lo que decían, no sabía lo que estaba pasando, se sentía asustado.
—¿ Será está mi partida? — se repetía una y otra y otra vez.—¿ Será este él momento? — miro lo único que estaba en esa habitación, una puerta con el pomo dorado, desde que llegó ahí se pregunta ¿ Que es lo que había detrás de esa puerta? Al principio no se atrevió a abrirla , pero ya se encontraba tan cansado que quieria ir y averiguar.— Ni siquiera puedo despedirme de ellos —se abrazo más a sus piernas y escondía su rostro en ellas . — No quiero irme así .
—No tienes por qué irte — la voz de un niño se escucho, lentamente Khaotung levanto la mirada y ve a un niño vestido de blanco frente a él. —puedes quedarte.
—Pero no quiero ir y sufrir más — ve que el niño nego con una sonrisa.
—Ya no sufrirás, si eliges irte o quedarte, ya no sufrirás como antes.— el niño se sentó a su lado y se recostó en él. —Crei que no iba a lograr verte, pero he pedido este permiso para hacerlo, se que querías deshacerte de mi en un principio pero luego de saber que si me amabas, me emocione tanto. . . Pero termino en algo lamentable. . . —Khaotung miraba la puerta, con lágrimas. —Ojalá pudiera pasar más tiempo contigo.
El niño se puso de pie nuevamente y se colocó enfrente de él extendiendo su pequeña mano, Khaotung no dudo en tomarla y se puso de pie , el niño lo llevo hasta la puerta y se detuvieron.
—Papi, este es mi adiós, ojalá pueda renacer y logré estar contigo para sentir todo ese amor que estaba dispuesto a darme — Khaotung se dejó caer y abrazo al niño, acariciando su cabello y moviéndose a los lados.
—Déjame ir contigo, déjame jugar contigo.—el niño negó.
—En mi próxima vida lo haremos.
—Arthit — dijo aquel nombre que había puesto entre la larga lista de nombre que hizo con su madre, la verdad ese nombre era el que más le había gustado, entre unos que su madre también había elegido.
— Siempre fue ese nombre ,tengo muchos amigos aquí, ojalá pudiera ir con todos a tu mundo, no te preocupes, no estoy solo, nos volvemos a ver —Khaotung negó, y las gotas de las lágrimas volaban.
—¿ Que haré ahora? Eras lo único que tenía que no me hacía sentir solo. . .¿ Que haré sin ti?.
—Ser feliz, aún si llegas a olvidarme— el niño seco las lágrimas y de apoco el niño iba desaparecido al igual que la puerta, Khaotung se inclino más hasta el suelo y sus llantos no cesaban.
—Jamas podría olvidarte, aún si mi mente intenta hacerlo, en mi corazón siempre estarás, por favor. . . No te vayas. . .
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