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TW: Si eres sensible a la sangre o a los temas relacionados con armas de fuego, este fanfic no es para ti. Se recomienda leer con discreción.

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Que sepan que todos aquellos que están en mi lista van a morir. Y que cada lágrima que solté será derramada nuevamente en forma de sangre por parte de los conformistas. Que mi nombre, Michael, quedará tatuado en la piel de la mayor gente posible; y en la de quienes tendrán la dicha de salir ilesos también.

Pido perdón a quiénes quiero y serán lastimados por esto. Le pido perdón a Dios y a aquellos que me caen bien y aún así serán heridos o muertos. Y le pido perdón a mis compañeros góticos y a mis padres quiénes no me enseñaron esto y son quiénes más condena social tendrán.

No doy más.

Me levanté por la mañana de ese 13 de agosto con un pesar en el cuerpo, uno que hacía un esfuerzo para que mi obligación de ir a la escuela ese día no me superara y me hiciera levantarme de la cama.

El día se acompañaba también con unas nubes que anunciaban tormenta, y el mal humor de mi hermano Bradley quién recorría la casa con impaciencia ante mi tardanza.

Y es que la alarma no quiso sonar; es como si nada quisiera que ese día fuese al colegio.

Como soy una persona que no tiene prisas, entré a todas mis redes sociales y lo primero que me aparecía en toda aplicación a la que entraba era este posteo de Michael. No me sorprendió para nada, él tiende a ser así. Le gusta escribir y expresar su disgusto en redes sociales, sin importarle que otros viesen lo que publicaba.

Shelley Marsh le escribió.

"Me gusta como escribes, Mike. Me gustaría que mañana me expliques en que te inspiras para hacer escritos tan buenos."

Anoche, nos juntamos con los muchachos en mi casa a causa de la ausencia de mis padres. Miramos películas de terror y comimos snacks, pero con el tiempo el ambiente se puso tenso y tanto Pete como Michael se tornaron insoportables y peleadores entre sí.

Y fue por una razón muy estúpida, a decir verdad. Pete nos explicó la posibilidad de abandonar el grupo de los góticos para así ir a terapia y poder reintegrarse a la sociedad, cosa que a Michael no le cayó para nada bien. Dejar de ser gótico significaba dejar de ser su amigo, traicionarlo y despreciar todo esfuerzo que haya podido hacer para mantener la amistad en pie.

En la mesa hay cigarrillos y patatas fritas. A medida que Michael se va alterando, la mesa va moviéndose y todo sale volando. Pete en un momento se para y levanta las manos en una señal de que Michael se tranquilice, pero no le veo cambio alguno.

— Mike, tienes que escucharme. Ese chico me gusta mucho, y lo voy a perder si no hago un cambio ya.

— ¡¿O sea que cambiarás para ser un conformista?! — le gritó. Pete mantuvo una pausa larga — ¿Quién es ese chico?

— ¿En serio quieres saberlo?

— ¡¿Quién es ese?! — le gritó. Tomé el brazo de Michael y él no me miró, continuó con Pete.

— Kenny. — confesó — y no lo hago por él. Lo hago más que nada por mí. Me cansé de que mi personalidad se base en estar triste, ¡Esta mierda va a acabar conmigo y a tí no te importa!

— ¡Me importa, carajo! ¡Me importa que tú vayas a convertirte en lo que tanto criticabas por un chico!

— ¡Yo también quiero tener amigos, Michael!

Silencio. Michael estampó su puño en la mesa y, finalmente, la caja de los cigarros y el pote con nachos salieron disparados de la mesa. Firkle corrió a recogerlos del piso.

Síndrome del sobreviviente ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora