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Las tazas de suicidio en menores de edad que han perdido a un amigo son altas si no se recurre al tratamiento adecuado. Se incrementan si se trata de alguna muerte violenta.
Realmente se sentía raro el no escuchar a Clyde bromear después de lo que pasó, y todos ignoramos eso como si se tratase de un bajón, nada más. Ahora Clyde está muerto y es irreversible.
Aunque en esta historia no hay buenos o malos. Solo personas más o menos afectadas.
Desde ya, gracias a ese foro de buenas y para nada trastornadas personas que se dedican a hablar sobre tiroteos escolares. Supongo que deja de gustarte imaginar tragedias como una película cuando te pasa.
Me recuerda a lo que Bertha dice cuando se lamentan mucho por Red, su hija. "Es lo que le tocó vivir. Y a mí me tocó tener que acompañarla hasta que vuelva a ser ella."
Que lo dudo. No hay día donde me despierte y no piense en esas ocho caras que solía ver todos los días en el colegio. Siete de ellas eran mis compañeros de colegio, mis amigos de toda la vida. De estar en el jardín de infancia y a unos metros Wendy con su largo cabello negro y largo que siempre envidié, Craig con ese gorrito que nunca se sacó, Kyle con esos rulos rojos llamativos, Tolkien con esa sonrisa hermosa que tenía, Kenny con su característico rompe viento, y aquellos amigos que llegaron después. Éramos un curso unido, con nuestras idas y vueltas, pero en cuanto uno necesitase salir de algún aprieto siempre iba a tener a todos para ayudar.
Quiero hablar con ellos. Necesito saber su versión de la historia, y lo peor; es que lo más cercano que tenemos son aquellos fragmentos que quedaron de lo que antes eran mis compañeros. Chicos traumatizados, temblorosos, que no están dispuestos a hacer cosas que antes hacían con mucha regularidad.
Y solo son lápidas. Y todos se olvidan que esas personas y las víctimas en general, eran amigos, hermanos, hijos, primos, amados y extrañados a más no poder.
Y fueron los respectivos regalos de sus padres, que los adoraron y los hubieran protegido de estar ahí. Es una pena que no pueda decir eso del que yo consideré mi regalo. Mike.
Algo que le gustaba mucho a Michael era escuchar música. Donde fuera, siempre llevaba consigo un pequeño parlante donde reproducía las mismas bandas de siempre; o eso creí, hasta que un día le revisé el celular cuando estaba distraído y entré a su lista de reproducción.
Entre tantas canciones que le provocaría un bajón de azúcar a cualquier vieja religiosa, encontré "Tears in heaven" de Eric Clapton. La historia del porqué el músico escribió esta canción es triste; un día, su hijo cayó de un edificio en Nueva York y murió. Depositó su dolor en esta canción, tocada en acústica y vuelta una de sus obras más reconocidas.
Personalmente me gusta más "Even in death" de Evanescense. Es más de mi estilo, y explica perfectamente lo que siento hacia Michael y el amor hacia él que nunca me va a abandonar. Ese amor que no me permite insultarlo por casi dispararle a mi hermano, y no me permite odiarlo por arruinar mi vida.
"Hola. Lamento no contestar."
Le escribí a Tricia, después de un día sin haberle dicho nada con respecto a su pregunta.
"Creo que Michael no lo hizo solo. Tiene un cómplice, él era un "perejil" del autor intelectual."
Me da cierta risa que le digan "perejil" a Michael.
"¿No será que lo dices porque es tu amigo, y quieres restarle responsabilidad?" me respondió.
"No." le dije "Tricia, si me das un tiempo te explicaré todo a profundidad en la escuela. Mañana, a la salida, en donde me suelo juntar con mi grupo."
"Está bien." aceptó Tricia, pero se le notaba ansiosa por no saber que iba a pasar más adelante.
Después cerró el chat y bajó al comedor de su casa. Se encontró a su papá, Thomas, recostado sobre la mesa y dormido. Aparentemente cansado por estos días agitados que está teniendo.
Con cuidado de no despertarlo, Tricia se levantó e intentó caminar hacia el refrigerador, pero Thomas acabó despertando por el ruido de los zapatos de Tricia.
— C-Craig... — susurró. Luego de unos segundos cayó en que estaba despierto, y su hija volteó a mirarlo — ah, hola Trish.
— ¿Otra vez? — preguntó Tricia. Thomas asintió.
— A puntito de darle un abrazo. Me despertaste.
Sintió cierta pena por sacar a su padre de esa fantasía. Con lentitud pero segura de sí misma, lo abrazó y Thomas correspondió, muy fuerte. Tricia describe los abrazos de su padre como de oso, similares a los que daba su hermano.
Cuando ella era chiquita y jugaba con las muñecas, Craig se acercaba solo para abrazarla y no soltarla durante un rato. En su tiempo le molestaba, y ahora quiere volverlo a abrazar.
— Gracias por ser mi fuerza, Tricia. Me caería totalmente si no fuera por tu mamá y tú. — le halagó su papá — ojalá poder recuperar toda esa luz que me falta para cerrar esta pesadilla de una vez.
Con la frase "recuperar la luz", Tricia tuvo la idea de desarrollar opciones para la mejoría mental de sus padres. Pensó, entonces, en todo el amor que todavía tenían para dar y en lo que les faltó darlo a Craig. En esa necesidad de abrazar a todos que adquirieron a causa de la ausencia del chico.
El primer día donde su hermano no estuvo, Tricia se la pasó dibujando en la casa de su abuela.
"— Abu. ¿Crees que debí acompañar a mi hermano a la sala de informática?
Su abuela respondió.
— Un héroe no siempre puede salvar a todos, Trish. Por supuesto que no le tocaba, pero puedes estar tranquila de que tú no hiciste nada malo y de que lo que amamos a esa criatura jamás, nadie va a poder destruirlo."
Otra frase. "Lo que amamos a esos chicos nunca nadie nos lo va a poder sacar.". Familiares dicen mucho este tipo de frases, sobre todo porque les sacaron todo lo que podían y, ya en el piso, les aplastaron la dignidad de sus hijos y los difamaron sabiendo que ellos no podrían saltar a contar la verdad. No hay nada peor que esa sensación de que te tiran al piso y que saquen turnos para pegarte patadas.
Misma sensación que los góticos llevamos viviendo toda la vida, solo que ahora toma una importancia por un tema que no debió haber ocurrido en primer lugar.
Ese mismo día, Tricia fue de nuevo a la casa de su abuela Christina como le era costumbre cuando sus padres rompían en lágrimas y no se veían capaces de hablar con nadie. Allí, su abuela le preparó una merienda y se sentó frente a ella, esperando que le diga algo.
— Abuela. ¿Qué te parece si le pregunto a mis padres sobre adoptar?
La mujer mantiene silencio, confundida.
— ¿Un perrito?
— Humano. — responde Tricia — un bebé, abuela. Mi mamá se hizo con la costumbre de ir a una guardería a cuidar bebés y mi papá tiene sueños donde toca a mi hermano y parece que lo quiere llevar a algún lado. ¿Será que mis padres podrían llegar a canalizar ese profundo dolor con otra vida?
A pesar de las buenas intenciones de Tricia, algo había claro. Y es que Craig fue y es irreemplazable.
Pero aquella idea prendió el foco de la señora Tucker, y respondió a la pregunta de ella.
— Entonces me pondré manos a la obra, Trish. Cuentas conmigo.
Tricia sonrió y suspiró con alivio.
Ahora tocaba la parte más difícil, que su padre decida abrir su corazón y hablar con la mejor amiga del asesino de su hijo.
Nota de Akemi:
Nuevo capítulo. Espero les guste.
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Síndrome del sobreviviente ▸South Park Fanfic◂
FanficFanfic sobre Henrietta Biggle. Henrietta sufre de prejuicio social por el acto cometido por su mejor amigo, Michael, hace un año. ▸ Probabilidad de shipps. ▸ Puede diferir un poco del canon original. ▸ También escribo novelas originales, por lo tan...