Síndrome del sobreviviente ▸South Park Fanfic◂

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Timothy Burch

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Es imposible ver la situación actual de Tweek y no pensar en Timothy Burch, la víctima de la que menos se habla de la masacre. Quizá porque sus padres tampoco pueden hacerlo; y eso me hace acordar un poco a la mamá de Tolkien. Tener tanto dolor guardado en su corazón pero no poder expresarlo con nada ni nadie porque te toman de padres de mierda. Padres de mierda por no querer justicia a lo bruto como Sheila Broflovski, o padres de mierda por no llorar a los gritos como Sharon Marsh.

Junto con los padres de Tolkien, los papás de Nichole y Timmy (los cuales no dudo que hayan amado a sus hijos con locura) fueron excluidos del grupo de padres y juzgados como malos por no querer mediatizarse ni darse a conocer. Querían sufrir en silencio aquello que de la nada pasó.

Como los dos papás de Timmy son discapacitados, una persona cercana en sus capacidades mentales tuvo que acercarse y encargarse de todo. Fue la mamá de Jimmy.

Sarah tuvo el privilegio de tener a su hijo con vida por un pelo, pero ir a reconocer al mejor amigo de este.

Insisto en que mi mejor amigo no era ni fue un monstruo. Se convirtió en uno en el momento donde comenzó a disparar indiscriminadamente. No confirmo su estatus de monstruo porque estoy segura que él no quería dispararle a Timmy, pero dió la casualidad que el lugar donde disparó era su lugar de escondite por su silla de ruedas.

Realmente no se sabe si la masacre estuvo planeada o fue impulso, pero todo parece indicar que sí; siguiendo la visión que las personas tenían de él.

Michael sin embargo odiaba a todo el mundo y la felicidad de los demás. Él la estaba pasando mal. No tenía miedo en decírmelo, pero pasar tanto tiempo con él y haber estado más presente en su etapa de gótico me hizo creer que él era realmente así. Árbol que nace torcido, nunca endereza su tronco.

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Tweek está acostado en esa camilla y sedado totalmente. Tarda en reaccionar, incluso cuando escucha a su mamá entrar y acariciarle el cabello.

Por detrás mío pasa Richard Tweak. Tiene, para la situación tan tensa por la que está atravesando, una sonrisa grande y tenebrosa. Esa que hace que no puedas mirarlo más de cinco segundos. Quizá es parte de su personalidad, su esposa tiene la misma sonrisa.

— ¡Hola! — saludó el tipo. Lo escuché de reojo — soy el papá de Tweek. ¿Cómo está mi hijo?

— Llegaste a tiempo. — le indicó el doctor. Richard asintió — nada de esto figura bien, señor Tweek.

Continuó forzando la sonrisa aún así. El doctor bajó la mirada y fingió leer los papeles, con tal de no verle la cara al señor.

— Su hijo tiene... una lesión en la médula espinal. — y Richard la siguió. El doctor suspiró — si quitara esa sonrisa, sería tan feliz y tan fácil explicarle...

Richard lo hizo.

— Resumen rápido. Tiene una herida de bala en lo que en inicio pensamos que era en una zona poco arriesgada. Pero fue en la médula espinal.

— Oh, no. Pero... se curará, ¿No?

— Tendrán que aceptar que les tocará estar toda la vida cuidándolo por su paraplejía.

Entonces Richard cambió de habitación y entró a la de Tweek. El chico comenzó a despertar en ese momento.

Helen se asustó de ver a su esposo sin sonreír como un idiota, tanto que la suya también se borró. El ambiente de la habitación se transformó en algo tan aterrador, que hasta a mí me dió miedo.

— Dijo el doctor que nunca volverá a caminar.

Helen miró a su hijo: volvió a sonreír.

— Ay, Richard. Mira el lado positivo. Tenemos a nuestro hijo y quizá podremos cobrar una pensión por discapacidad.

Ver al hombre volver a poner su estúpida sonrisa me provocó ganas de quitárselas a golpes, tumbarles los dientes. Genuinamente no puedo creer que existan padres que se sientan felices de la discapacidad de su hijo y que sobre todo, le saquen algo positivo al hecho de que su hijo no va a volver a caminar. Quizá les alegra recibir un poco de dinero del gobierno; tampoco me sorprendería que se alegraran si Tweek hubiera muerto en vez de Craig, "así cobramos el seguro de vida de Tweek". Como si tuvieran problemas económicos, vaya.

Tweek se despertó. Miró hacia todos lados y después se sacudió en tics que llamaron la atención del matrimonio.

Lo primero que vió Tweek después de reaccionar fue a sus dos padres acercándose a él. Tweek sintió cierta incomodidad.

— ¡Hola! — saludó Helen, alargando la "a" de manera que parecía a propósito — ¿Quieres la noticia buena o la noticia mala?

— No entiendo, mamá. ¡Ah! ¡Mis piernas! ¡No las siento! ¡Ahhh!

Richard y Helen compartieron una mirada. Y con suavidad extendieron sus manos hacia el cabello de Tweek y lo acariciaron. Tweek fue alterándose más a medida que se percataba de que su sensibilidad no volvía, y paró de tener tics de repente.

— ¿Craig? — consultó Tweek. Richard y Helen mantuvieron silencio para evitar alterarlo más — ¡¿Dónde está Craig?! ¡Díganme, necesito saberlo!

No habían palabras para describirle al confundido Tweek lo que había ocurrido con su amado. Y tampoco había palabras para describir toda la masacre en general.

El daño que Michael causó en ocho familias. Si de por sí una muerte por cualquier tipo de homicidio suele arruinar la vida de setenta y dos personas en promedio, imagínense ocho veces esa cifra. Las otras ocho familias que tuvieron hijos heridos también, el trauma fuerte que dejaron en sus hijos y también las otras familias que lo amamos y aún así nos arruinó.

Michael es agridulce. Porque lo sigo queriendo con locura, porque significó mucho para mí como las víctimas significaron mucho para los otros. Quieren asesinarme cuando digo que los muertos de la masacre fueron nueve; pero es que no puedo odiarlo y más suponiendo las razones por lo que hizo lo que hizo.

Michael mató indiscriminadamente. No tenía una lista fija. Quiero explicarle a esos padres dolidos que mi Michael en sus cabales no hubiera hecho eso, pero se torna casi tan imposible como volver al pasado y salvar la vida de todos esos chicos. Como me dijo la madrastra de Michael, "le recé a Dios para que quién estuviese haciéndole daño a esos niños dejase de hacerlo y mi hijastro murió."

Timmy: Y Craig, y Wendy, y Kenneth, y Nichole, y Tolkien, y Shelley, y Kyle. Y todos los que seguirían después; porque se llevó también a gente que continúa viva.

Michael.

Eres agridulce.

Pero te quiero.

Nota de Akemi:

cuenta en decadenciaaa