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Cuando ocurrió lo de Michael, la policía cometió el error de no allanar la vivienda de su padre y madrastra, por lo que dejó incertidumbre y desconocimiento hacia las razones de Mike para hacer lo que hizo.

No quiero imaginar lo que debe ser para esos padres irse a dormir sin saber si sus hijos se merecían morir o no. La respuesta para la mayoría es no; hayan sido lo que hayan sido eran chicos.

En vez de buscar la página, busqué sencillamente "Tiroteo en la escuela de South Park Michael Rogers" en Internet. Esa corta búsqueda me llevó a unos documentos de autopsia que estaban publicados, y me quedé fría.

Me parecía extraño que hayan revelado la autopsia de nueve adolescentes así como así, y mucho más extraño que la primera que apareció fue la de mi amigo. Entré; solo para chismosear, y hubieron detalles que me pasé de largo la primera vez. Como, por ejemplo, la sangre que salía de su nariz causada por el golpe de Wendy o los rasguños por parte de Craig en un intento de soltarse.

Y un detallito más.

El disparo en su pie, causado por Kyle y el que finalmente lo logró tumbar.

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Para los Broflovski, levantarse fue similar a tener una tonelada de ladrillos encima y no poder salir de allí.

En especial para Sheila, que un día como hoy se incapacitó totalmente y no salió de la cama en ningún momento. Gerald, normalmente más despreocupado que ella pero con el corazón más sensibilizado, se obligó a levantarse y también levantar a Ike.

Su hijo lleva faltando al colegio dos semanas y ninguno de los dos le ha dicho nada, porque en parte lo entienden. El chico, todavía, no se ha acostumbrado a su nueva escuela.

No fue muy difícil encontrar una escuela, lo difícil fue decidirse sobre si sacar al chico del colegio y debatir si era mejor un nuevo instituto o educarse en casa. Sheila era más partidaria de la segunda; Gerald, por su parte, consideraba que su hijo tenía derecho a socializar sin pensar en lo que le pasó a su hermano.

Pero es que lo ocurrido en la escuela de South Park resonó en todo el condado y a pesar de que la nueva escuela de Ike quedaba relativamente cerca de su casa y era descrito como un ambiente sano y controlado, para el chico no era así.

El autobús escolar tenía que ir a buscarlo todas las mañanas y con ello tenía que pasar al lado de la escuela. Para los chicos que estaban dentro del autobús y quiénes no vivían en el pueblo, les sorprendía la cantidad de detalles que ponían en las rejas y no podían evitar mirar por el morbo y la curiosidad. Cuando Ike llegó y apenas vieron su apellido, se acercaron a preguntarle y otros hicieron lo mismo para decirle que lo sentían. Ike no tardó en contarle a su padre de esto, pero Gerald pensó en que no lo hacían con maldad. Eran chicos de trece años, con la inocencia e idiotez de esa edad.

Posteriormente le contó que, cuando pasaban al lado del colegio, todos volteaban a mirarlo para ver la reacción que tenía al ver el colegio donde murió su hermano. Lo que Ike sentía era un nudo en la garganta pero le dolía más que la gente lo conociese como el "hermano del baleado".

Y por supuesto que Ike, de solo trece años, iba a pensar que el mundo era macabro y se iba a negar a ir al colegio. Le habían disparado a su hermano un total de seis veces, y había gente que lo juzgaba cuando él salvó muchas vidas. Todos quiénes conocieron a Kyle sabían perfectamente que no era una mala persona. Que cometió sus errores, sí. En ocasiones solía enojarse y nadie comprendía el porqué. Otras veces contestaba siendo brutalmente honesto, rasgo que compartía con Wendy y le gustaba a Stan.

Síndrome del sobreviviente ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora