4- Heno

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Shamir al frente de su grupo contaba con que la compañía de los hijos de la sangre llegará puntual, estaba seguro que la reina Kalya estaría entre ellos.

Los likans eran de ir en grupos grandes a cualquier lado, mientras que los hijos de la sangre no; como eran más fuertes y rápidos, solían moverse en grupos pequeños.
Shamir, vestido en café con capucha del mismo tono que las hojas secas, al igual que todos los demás se movían en el bosque para llegar a pueblo antes que ellos.

                                    🗡

La compañía de Kalya llegaba a las afueras del pueblo, cercas de madera bordeaban el lugar.
Entre matorrales de más de 70 cm, no era un pueblo que cultivara, ahí se practicaba más la alfarería y creación de utensilios para el hogar, era un pueblo comerciante pequeño; no más de 100 habitantes.
Las casas eran de piedra, por eso escogieron ese pueblo para hacer el intercambio, no había riesgos de fuego.

Conforme caminaban por el mismo notaron que no había gente. El sitio estaba muy silencioso, los caminos de tierra limpios, algunas gallinas vagaban sueltas y un par de caballos aún estaban amarrados a las entradas de dos casas. Estaba atardeciendo,  habían llegado día antes de lo que acordaron con los likans, para ver el lugar.

-ésto no está bien, mi señora...-dijo en tono bajo Redom.

En total ellos eran 38. Y que con el sonido de los caballos ya era para  su hubieran salido los curiosos de sus casas a ver quién estaba ahí.

Kalya intercambió una mirada con el hechicero.

-notas que hayan usado magia aquí?- preguntó

-nada, es cómo si todos se hubieran ido- respondió Dael, recordando un instante las dos veces que incendiaron aldeas y la gente simplemente desapareció. Pero aquí no había ese ambiente, además no había fuego.

Al aproximarse a la la plaza del pueblo vieron humo. Casi sintieron alivio, pues pensaron que habría alguna celebración y ahora estaban todos reunidos en la plaza...al llegar y salir de la callejuela al desembocar en la plaza lo vieron.

A los lados de la plaza había tres construcciones más grandes que las demás casas, un hostal un bar de dos pisos y otra tienda de ropa y sastrería.
Por un momento no entendieron lo que veían.

Al centro de la plaza había una pila de cuerpos, quemados, ennegrecidos por el fuego y aun  humeantes; eran los habitantes del pueblo.

De frente a ellos, en dos picas estaban las cabezas de ambos adolescentes por los que habían ido. Kalya observó en silencio, podía sentir que sus hombres a la espalda estaban furiosos, ella también, pero en cierta forma esperaba algo así, estaba impactada, pero no le sorprendía.

-Kalya, es una trampa...-susurró Dael a su lado.

Ella lo miró

-ahora vez porqué no les íbamos a dar nada..- replicó ella en voz baja sin escucharle.

Antes de que ellos saliesen ella le pidió algun símbolo o alguna forma de encerrar y matar a los likans una vez que les entregasen a los chicos y hubieran "cumplido el trato," los chicos por el ' libre acceso' pero, ella no les daría eso.
En su lugar envió a dos mensajeros al pueblo con los símbolos que Dael había hecho para ellos, para que no pudieran salir del pueblo y murieran ahí. El hechicero no había estado de acuerdo. Le parecía deshonroso fingir que iban a cumplir el trato para luego matarlos ahí...

Un silbido la sacó a de sus pensamientos y a los demás se inquietaron.

-Kalya! Debemos salir es una trampa- le llamó Dael.

Ella reaccionó, otro silbido y un relincho de uno de los caballos espantó a los demás.
De un momento a otro les disparaban flechas desde las tres construcciones altas de la plaza.
Los caballos se asustaron y se encabritaron, dos cayeron heridos y los demás dieron media vuelta, para salir corriendo, no podían pelear ni defenderse  estando  ellos abajo, tenían desventaja, por mucho que quisieran en ese momento pelear de cerca con los likans. Varios resultaron heridos por las flechas, se dieron cuenta que las flechas tenían punta de plata, otros seis murieron de camino a la salida, y sus caballos se  volvieron locos haciéndolos caer.

Al galope, furiosos por no poder pelear y porqué les ganaron en la emboscada salieron del pueblo. Al salir, en la cerca, Dael y un joven de nombre Jeremiah se bajaron para cerrar la cerca. Al galope se alejaban los demás, Kalya se detuvo de golpe para esperar a Dael. Al cerrar la cerca de madera, lo observó dibujar con la mano en el aire y la cerca pareció temblar un segundo, se escucharon algunos gritos de alarma y de dolor desde dentro del pueblo y cuándo Dael regresaba a su caballo una última  flecha llego disparada clavandose en su hombro.

Kalya chillo algo y fue a por él, pero Redom lo impidió.

- no se acerque mi señora, ya vienen.

Jeremiah lo ayudo a llegar hasta su caballo con rapidez, algunas flechas aun llegaban desde el pueblo, junto con exclamaciones de sorpresa.

Al acercarse ambos hombres, el grupo se movió hacia el bosque internándose en él.

-vayan! debo detenerme- pidió Dael, se había arrancado la flecha pero debía detener el sangrado.

Hizo que Nalda se detuviera a la sombra de un árbol y el joven de cabello oscuro a su lado lo ayudó. Era un hijo de la sangre recién convertido hacía poco, por Redom. Kalya no hizo caso y regresó junto a él.

-Dael! -Jeremiah le acercó unas hierbas de color verde oscuro con pelusilla en las hojas a Dael, bajo pedido de éste.

-estoy bien, Kalya- lo observó. 

Lamentó que él que los hubiera acompañado. El hechicero tomó las hojas que le dio el joven y tras estrujarlas un poco se las puso con un gesto de dolor. Levantó la mirada para encontrarse con la de Kalya. Leyó en su mirada, la pregunta, ¿por qué? Por que no había aceptado aun ser convertido?

-Dael...

- No Kalya, estoy bien. - dijo él de pronto molesto. Y agregó para cambiar el tema.

-los likans dentro del pueblo ya deben estar muertos.

-mataron a todo el pueblo! -Exclamó molesto otro de los soldados.

Kalya no dijo nada. Ella había pensado en ponerles una trampa, engañarlos y hacerles creer que cumpliría el trato...pero en su lugar cayeron en una trampa ellos mismos. Con un gesto de satisfacción miró hacia él pueblo.

Cuántos Likans estarían muertos?

Cuántos los habrían estado esperando para atacarlos mientras veían la hoguera de cuerpos?

El Principe  2-  DaevalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora