14- Un lugar seguro

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Conforme se acercaba la noche los chicos se inquietaban pues, ya que la pegaso se los había llevado lejos, al pie de una cueva, no tenían idea de como les alcanzaría Dael o qué harían ellos si éste no llegaba.

El hechicero pensaba lo mismo. Se había alejado del centro de magia, pero se sentía confundido, cansado y le dolía respirar, no lograba ubicar dónde estaba. El calor de la tarde lo empeoraba.
Se sentó bajo un árbol tratando de calmarse. Reviso su brazo dónde lo habían picado una de la serpientes.
Ni siquiera podía entender, no recordaba que hacía allí.

Habían pasado unas tres horas del encuentro con la vampira en la hacienda.
Un ruidito le llamó la atención y vio a la yegua negra, ésta se le acercó y le dio un tope con la nariz.

-Nalda...-susurró, se puso de pie con dificultad para montar en ella.

No tenía que pedirle que vuele a dónde los niños estaban.
Sabía que abría elegido un lugar seguro para descansar y pasar la noche.

                                 🗡

Kalya se vistió con su capa larga  oscura y ropas de batalla. Se amarró el cabello en una larga trensa francesa, guardando la corona en un cajón. Elven, su hijo, la miraba mientras jugaba con un par de joyas.

-a dónde vas mami?- preguntó él.

-voy a buscar a tu papá, debe estar perdido... A veces es un tonto.-dijo ella con una sonrisa. -te quedas a cargo bebé.

-vas a tardar?

Kalya lo miró y le peinó el cabello desgreñado con diligencia. De nada sirvió pues el niño de inmediato lo revolvió.

-no, hay una fiesta por delante, te acuerdas? Volveremos para la fiesta. Mikael se quedara contigo.

Lo abrazó un momento y salió de sus habitaciones.
Al llegar al patio ya había cinco caballos esperándola, Redom, Jeremiah y otros dos hombres. El príncipe Mikael estaba ahí también.

-Reina Kalya, debo pedirle un favor.

-por supuesto, digame. - respondió ella ajustando el cinturón con su espada

-hay algo en la ciudad de Arwassa, no puedo ir personalmente a buscarlo...

-yo lo haré, con Dael. Dónde lo encuentro y qué es?- consintió ella con seguridad.

Mikael podía pedirle el favor que quisiera, ellos como raza le debían la vida, prácticamente.

                                🗡

Durante la noche Axia volaba en el lomo de la dragona dorada. Sólo habían descansado al mediodia que el sol estaba muy fuerte.
Pero continuaron, tenían volando un par de días. Habían pasado por la Hacienda Vanell y la vieron abandonada. Así que Solayra empezó a a volar e círculos cada mes más grandes buscando a Dael.

Al caer la noche del quinto día que habían dejado el reino del éste, de Kalya, vieron a la pegaso.
Axia se asustó al pensar que era un murcielago gigante. "Es Nalda, la pegaso de Dael"

Le dijo la dragona y fue tras ella siguiéndola.
Encontraron el claro en la montaña y la entrada de la cueva.

Un par de niños aterrorizados se escondieron dentro, pero Nalda se quedó fuera esperando a que Solayra encontrara un modo de posarse en ese lugar pequeño, había muchos árboles, así que al descender derribo dos por accidente.

La dragona olisqueó la cueva, pero ella no podía entrar. ( no cabía)
Axia fue hacia allí y la niña le cerró el paso con una espada demaciado grande para ellos y un arco que apenas podía doblar el niño.

El Principe  2-  DaevalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora