13- Por la ventana

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Zella observó al hombre joven de cabello oscuro con recelo. Sabía que era un hechicero, pero no sabía el alcance que pudiera tener.

No era vampiro...por qué estaba sólo?

-Tu eres Dael? Consorte de Kalya?- preguntó en tono suave.

Sus compañeros estaban uno a cada lado de ella.

-depende, eres una hija de la sangre, porqué no le llamas con el debido respeto a tu reina?- preguntó a su vez el joven.

Zella sonrió con desdén.

-ella no es mi reina.- dijo.

Se acercó un poco.

-quién los envía? Qué hacen aquí? Tienen algo que ver con el hombre llamado Daeval?- preguntó Dael con curiosidad pero manteniendo la expresión neutral.

-Daeval no tiene nada que ver con nosotros. Y en nuestro  contrato estipula que no podemos decir quien nos envía...sólo debemos matarte.

Dael retrocedió al ver que ella se acercaba. Lo mejor sería uír, porqué no lograba saber qué cosas eran los otros dos hombres.
El movimiento de unas aves asustadas al salir volando los distrajo a los cuatro por un momento.

Dael vio partir a Nalda volando, se imaginó la cara de los chiquitos aterrorizados, pero confiaba en que Nalda no los dejaría caer.

Justo esa distracción esperaba la mujer para acercarse rápidamente, Dael no tuvo tiempo de retroceder, la vampira le tomó la muñeca y lo jaló hacia ella mordiéndole en la misma.

Dael tardó un segundo en reaccionar debido al dolor que lo paralizó, cuando Kalya se alimentaba de él no le dolía de esa forma.  Sin embargo la mujer lo soltó con un grito, como si le hubiera quemado.
Dael se sotuvo la muñeca lastimada y la miró sorprendido al igual que sus compañeros.

-Vaya, le perteneces a ella. Ahora veo porqué estás aquí sólo...-farfulló.

Dael se dio cuenta que era debido a la marca de pertenencia que Kalya le había puesto que ella no había podido hacerle más daño.

Retrocedió hacia las puertas.

-yo no puedo hacerte pero ellos sí- dijo Zella limpiándose la boca y haciéndoles una seña a sus compañeros de rastas.

Dael no quería enfrentarse a ellos sin saber lo que eran , por lo que eligió correr, entró al salón y cerró las puertas con un sello de magia.

Se quedó un momento agitado ahí, si no podían pasar de ese lado irían a las puertas traseras. Recordó que en el segundo piso, había un salón de clases que daba a un jardín lateral, ahí un árbol crecía cerca de la ventana y podría salir primero ahí e irse al bosque.

Fue hacia allí y al pasar por el pasillo que daba a las puertas traseras vio que estaban entrando los dos compañeros de la mujer vampiro. Los ignoró tratando de repasar, no podían ser humanos...a menos que le pertenecieran a ella, no eran vampiros y no eran hombres lobo tampoco...elfos menos.

Llegó al salón y entró sin ver cerrando la puerta detrás de si.
Al girarse vio a la vampira sentada en el marco de la ventana, esperándolo.

-buscabas soledad?

Sus compañeros entraron bruscamente cortando toda vía de escape. Dael se acercó un poco a la ventana, al menos ella no le podía hacer daño.

Ambos hombres se acercaron con sus espadas cortas para atacarlo y Dael se defendió con la suya, eran bastante mas fuertes que el y lo hicieron retroceder con varios golpes de espada. Estaba cerca de la mujer así que se arriesgo y fue hacia ella tomándola por sorpresa.
La mujer chilló con sobresalto cuándo él se lanzó con ella por la ventana.

                                  🗡

Dael abrió los ojos, había esperado una fuerte caída del segundo piso, pero cayeron sobre unos arbustos resecos. Se movió y vio a la mujer a un lado. Sólo que ella estaba herida, parte de las ramas se le habia clavado en los brazos y piernas y no se podía mover. Cuándo se puso de pie ella se empezó a reír.

-sería mejor que esperaras a que llegaran mis compañeros a matarte, si te mueves te van a atacar esas bestias en el suelo...-advirtió ella.

Dael bajo la mirada y las vio, varias serpientes anaranjadas con rayas oscuras. El veneno de éstas variaba según su edad, podían ser letales en segundos o tardar más, pero su veneno era mortal.

-me arriesgaré..- dijo Dael.

-espera!..

El la miró sorprendido.

Lo que fuera a decir se vio interrumpido por la llegada de sus compañeros, Dael se puso en movimiento, el ruido de las hojas de los otros hombres asustó a las serpientes y Dael que trató de correr, éstas lo atacaron y también a la mujer que trató de levantarse. Con un cuchillo Dael mató a dos de ellas, pero ya lo habían mordido.
Los compañeros de Zella llegaron junto a ella y le quitaron de encima a otras tres y las ramas, la alejaron cargándola Dael huyó por el bosque evitando sentir el ardor que esos animales le estaban provocando.
Uno de los compañeros de la mujer quiso ir tras él.

-Al! Déjalo, lo picaron las serpientes. Es cuestión de tiempo para que muera.

-pero necesitamos asegurarnos! - replicó su amigo.

-y lo haremos, pero denle unas horas..y denme un momento a mí, necesito recuperarme...-pidió ella en tono dulce.

Ambos la miraron con ceño, si, estaba herida y tambien la picaron las serpientes.
De todas maneras, como ella decía, no debía de haber problema, ya que sí a él lo habían picado en unas horas estaría muerto.

El Principe  2-  DaevalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora