24- A la orilla del jardín.

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Daeval subió por una pasadizo hasta las murallas. Los guardias que estaban ahí los acababan de tirar por la borda por un dragón color miel, así que no tuvo problema en llegar.

La mayoría de guardias y otros estaban abajo, concentrados en las puertas del castillo o ayudando a otros a evacuar.
Aun así no tendrían tiempo suficiente.
Al llegar a unos diez metros del dragón vio a Leth que sé asomaba por la muralla hacia abajo y afuera.

-Leth! Qué haces? -le llamó.

Leth se giró hacia él.

No se conocían, había escuchado hablar del otro hechicero, pero nunca se habían visto.

-éres Daeval?-preguntó Leth

Desconcertado al ver su parecido con Dael. Sabía que estaría ahí, que pondría una trampa para que no escapara Mikael como las veces anteriores.

-dame un arma..-pidió Daeval y Leth le lanzó un daga, que él otro hechicero atrapó al vuelo y lo miró molesto.

Leth sonrió.

-ya has puesto la trampa?- preguntó.

Daeval volteo hacia sus dos acompañantes que acababan de llegar, la vampira Zella y su amigo. Los observó un instante y camino hasta el hombre de rastas, tras lo cual y sin aviso le clavo la daga, matándolo de una sola vez.

La vampira chilló y retrocedió resbalando y cayendo al suelo.

-qué hiciste??! Porqué??-exclamó desde el suelo.

Daeval retiro la daga del cuerpo del otro y éste se derrumbo. Con la daga en la mano dibujo en el aire un sólo símbolo, algo que daba la impresión de osco y burdo; él símbolo hecho en el aire, se eleva un poco y luego se disolvió enviando particulas a todas partes, como si fuera polvo.

-ya está hecho, Leth. Mikael si sigue dentro de las murallas del castillo no podrá huir.-declaró Daeval y miró a la vampira que lloraba a su amigo.

-porqué lo mataste? No estábamos contigo y te ayudamos?- preguntó ella en tono enojado ahora.

Daeval la miró con frialdad.

-sólo dejé que me acompañaran porque uno de ustedes iba a servir de sacrificio. Agradece no haber sido tú.-dijo con dureza-vete!- ordenó.

La vampira dudó, primero Dael mató a su amigo ahora su hermano...estaba furiosa, pero podía ver que no era momento de enfrentarse a éste, era humano pero era más fuerte de Dael. Se levantó y se fue corriendo.

-dónde está Dael?- susurró Leth impaciente.

Daeval fijó su atención en él.

-porqué preguntas? El no está aquí..-replicó.

-lo sé, pero le hablé a través del agua y le dije que estaba yo aquí, que íbamos a invadir. Creí que estaba más cerca y llegaron más pronto...- explicó Leth inquieto.

-que le dijiste qué?!- preguntó molesto de nuevo Daeval.

Leth lo volteó a mirar sorprendido por su tono de indignación.

-le dije que yo estaba acá, para que viniera. Le haré pagar por la muerte de mi mujer y mi hija.

-fue un accidente...-dijo Daeval y agregó-Dael no es un asesino como tú y como yo. Estoy seguro que él no quiso matar a tu familia..

-qué sabes tú? Y qué te importa? ...-chilló Leth.

Daeval se inquietó. Había pensado que Dael no estaría presente durante la invasión, por lo que no tendría que enfrentarse a él, no sin antes conocerlo al menos. Pero ahora...

El Principe  2-  DaevalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora