20- Aullidos en la noche

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Durante la tarde, Annel y los otros elfos tomaron los ocho caballos de la aldea, podían ir de dos en dos los elfos más delgados y los demás tomarían un caballo cada uno.

Annel estuvo con el hechicero la mayoría del tiempo guiándolo, púes estaba todavía ido y hasta guió a su caballo de las bridas.
A caer la noche cruzaban un río, la luna iluminaba, faltaban unos 6 días para la luna llena. 

Al cruzar el río se tuvieron que bajar de los caballos, pués las piedras eran resbaladizas y de ésa forma protegerían a los animales.

Dael imitó a los demás, pero no sólo el caballo resbaló un poco en el agua, sino él tambien y se cayó en medio de un chapoteo. Y se quedó ahí, sentado en el río que era de muy poca altura.
Annel hizo una seña a los demás para que sé adelantaran un poco y regresó por él. Nalda estaba cerca, pero aún no estaba totalmente curada de su ala.

-Dael..- llamó el elfo.

-maté a mi amiga de la infancia y a su bebé...-dijo él. - sin darme cuenta...

-ellos tomaron un camino diferente al tuyo. Formaban parte del los enemigos-dijo el elfo.

-pero en esa aldea no! Ellos solo se acercaron!! Los ví , no estaba armados! Annel! Era un bebé!! Porqué? Qué hice!

Ocultó la cara entre las manos con desesperacion.

Annel le puso una mano en el hombro .

-no fue tu culpa..

-¡sí lo fue! Si no hubiera estado cegado por la sed jamás habría sucedido, pero no hice cómo me enseño Kalya! Y maté a dos personas!!

Annel lo empujó al agua, cayendo
completo de dónde estaba semi sentado.

-Dael! Fue un error, no lo hiciste a propósito! Reacciona! No puedes culparten por algo que no sabías que iba a pasar!! Qué puedes hacer ahora por ellos? Nada. Pero los likans van a ir por tu esposa y ella está viva!

A lo lejos se podía escuchar el aullido de los lobos, sin saber si eran likans o animales normales, con un estremecimiento Dael lo miró y recordó el porqué reaccionó matando al primer hombre lobo para empezar.

-dónde estamos?-preguntó Dael en tono apagado.

-hemos avanzado hacia tu tierra, pero estamos aún a 3 días.- respondió Annel y agregó- tu pegaso estará recuperada en día y medio, quisa puedas adelantarte y nosotros llegaremos medio dia después..

-vendrán conmigo? Pues no regresaban a sus propias tierras?

Annel asintió.

-así es. Pero ser mejor que vayamos contigo. Al menos podemos escoltarte hasta que Nalda esté bien y después nos iremos.

Dael se puso de pie, evitando pensar en la mujer de cabello naranja. 
Saliendo del río montaron en los caballos de nuevo para continuar.

                                  🗡

El grupo de likans de Leth y el del comandante Shamir se encontraron en el camino a la aldea Sila.  De ahí Leth quería pasar aún a la aldea de Heno, que quedaba de camino al las tierras del Éste.

El grupo teniía el camino trazado para llegar a la tierras de Kalya en la madrugada del día de luna llena, durante la celebración de la noche.
Tanto Shamir sabía que Leth era un hechicero, consorte de Lía, la preferida de la manada; como Leth sabía que Shamir era el jefe que fue a Heno a realizar el intercambio.

De camino a las tierras del Este se unirían a un Arcángel que se encargaría de eliminar las defensas para que los demás pudieran entrar.
Sabían que de igual forma podrían encontrarse con Daeval, el Hechicero de los Ardael.

                                  🗡

Así que cuando el grupo de elfos dejó la aldea, a unas horas de diferencia llegó el grupo de likans.
Shamir iba delante del grupo y con ver que no había nadie se pusieron en alerta. Los caballos no estaban...podían escuchar algunos llantos y se adentraron a la pequeña aldea.

No veían cuerpos, pero sí señales de lucha.
Al llegar a la placita vieron que ya estaban los cuerpos en orden ahí, aliniados y tapados con telas. Los habían hechos las pocas personas que se habían salvado, que habían huído cuándo empezó la trifulca. Cuándo los enemigos se fueron ellos volvieron y en su luto los recogieron y lavaron.

Los cerca de 150 hombres que acababan de llegar del grupo de Shamir y del grupo de Leth rodearon la plaza y con muda desolación empezaron a buscar a sus seres queridos entre los muertos. Los que tuvieron suerte de no morir lloraban en brazos de sus parejas recién llegadas.

Leth había estado viendo entre los sobrevivientes y la angustia aumentaba por momentos al no ver a Lía.

Una de las señoras mayores se le acercó.

-Joven Leth...-llamó con voz débil.

Leth la miró angustiado y ésta señaló uno de los cuerpos que yacía tapado junto con un bultito a su lado, tapado de la misma forma.

Se separó de la señora y fue hasta ésa figura.Al arrodillarse ya sabía lo que encontraría, pero se rehusó a creerlo y levantó las telas.

Ahogó un grito de dolor, casi a punto de desmayarse, los ojos le escocieron al tratar de aguantar las lágrimas. Desesperación y culpa, él les pidió que fueran a la aldea para que estuvieran seguros.

No podía hacer nada, Lia y su hija recién nacida. Ya no estaban. Se ahogó en su dolor un momento, forzandoze a respirar.

Ya estaba casi oscuro y una pira enorme estaba lista al centro de la plaza. Hecha con maderas, telas y todo lo que denotaba que ahí hubo una aldea. Todos los fallecidos

estaban ahí. Cuándo la luna se asomó entre los árboles, guerreros y sobrevivientes en completo silencio, fueron acercándose para encenderla.
La pira ardió en naranja con fuerza en poco minutos.

-quien lo hizo?- escuchó Leth que él comandante preguntaba a uno de los sobrevivientes.

-un grupo de elfos..había un vampiro recién convertido entre ellos.-respondió el aludido y agregó en tono bajo- creemos que el vampiro era el consorte de Kalya. El hechicero, Dael...

Leth trató de no hiperventilar ahí, se concentró en las llamas.

Algunos se transformaron y con fuerza aullaron elevando sus voces junto con al  fuego que se alzaba en remolinos.

El Principe  2-  DaevalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora