8- Ven por nosotros

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Lía bajó del árbol al que se había subido sin saberlo su pareja.
Leth la esperaba abajo molesto. Un grupo de hombres lobo les rodeaba esperando tambien.

-y bien? - preguntó molesto él.

-ya casi salen todos de la pequeña ciudad. Si sigue igual su estilo, Mikael se quedará al final y nosotros llegaremos para atraparlo. Sólo hay un puñado de Hijos de la sangre, así que no tendremos problemas.-dijo ella haciéndose la que no se daba cuenta que Leth reprobaba su locura de subir arboles.

-debes cuidarte- dijo y ella lo miró

-Leth, soy una mujer lobo, no una mujer humana mortal, no me confundas...

-pero puedes salir herida también y en tu estado no me lo perdonaría!- dijo él agarrándole las manos.

Lía sonrió con inocencia.

-no me va a pasar nada.

-cuándo terminemos aquí, quiero que vayas a la aldea, sólo una temporada, está bien?

Lía notó el tono preocupado de su pareja y tuvo que estar de acuerdo.

Aunque dudaba que fuera a llegar a la aldea antes de que naciera su hijo...es más, no se lo dijo a Leth, pero sabía que quizá era tan sólo un par de días los que faltaban para que naciera y estarían ahí aún, en la ciudad de Mikael.

                                  🗡

Solayra dormía plácidamente a la sombra de un árbol, las tardes le resultaban bastante pesadas con el cambio de estaciones, salía a cazar de noche o madrugada.
Estaba en las montañas del sur, en tierras de los suyos y de los Cruzados. Ambas razas se llevaban bien, por decirlo de alguna forma.

Al menos nadie intentaba hacerle daño a la otra. Intentó llevarse con sus congéneres, pero ellos no la veían con buenos ojos, ya que se tenía por amigo a un hechicero y también le agradaban los humanos y otras razas. Los elfos no, con ellos nunca se metían y éstos  a su vez evitaban pasar cerca de sus territorios.

Los demás dragones le tenían respeto pero no les gustaba cazar juntos o que los vieran juntos, ya que ella era una dragona dorada, cotizada en el mundo del mercado negro y muy valiosa para los piratas; además no era fácil para ella pasar desapercibida por el color...así que casi siempre estaba sola. No le importaba...sólo una vez habia visto al líder de los dragones, un animal rojo de aspecto imponente, lo vio de lejos y estuvo segura que éste la habia ignorado gigantescamente por lo mismo.

Esa tarde, tras ocho años de no haber hablado con los humanos escuchó una voz. De momento le sobresaltó...

"Solayra..."

Pensó que era Dael el que la llamaba, pero imposible que pudiera hablarle estando tan lejos, a menos que no estuviera lejos, pero lo sabría si estuviera más cerca. Entonces no era su amigo.

"Mikael?"

Casi sintiendo su respuesta afirmativa sin que tuviera que decir algo. Cómo éra posible que pudiera hablarle...

"Dime, que pasa? ¿Dael está bien?" preguntó ella.

"Está bien, pero yo necesito pedirte un favor."

"Dime"

"Likans nos van a atacar de nuevo. No te pido que traigas a más dragones para un enfrentamiento, sólo quiero que vengas por nosotros. Estaremos al otro lado de la montaña y seguramente seremos no más de cinco. Por favor, ven por nosotros pués no vamos a poder escapar sólos."

Solayra se quedó pensativa, sólo ir por ellos? Y si había más enemigos? Ella necesitaría ayuda, es decir, porque no le pedía ir con más dragones para pelear?...pero luego lo pensó bien, nadie querría ayudarla.

"Está bien, iré"

El príncipe Mikael no le respondió, pero sabía que había recibido la respuesta a su pedido.

Salió de su escondite entre las hojas y la sombra y extendió las alas para alejarse.
Cerca dos dragones la vieron y volaron hacia ella curiosos, uno era verde claro y el otro café mostaza. Éste una vez quiso invitarla a ser su pareja...pero Solayra lo rechazó. Eran de su mismo tamaño, aunque de mayor edad.

"¿Solayra, a dónde vas?"

Preguntó el verde.

"No debes alejarte, sabes que nuestro lider no está presente ahora"

Le regaño el otro.

"Lo sé, pero al contrario de ustedes yo no le tengo miedo, además si no se encuentra cómo pediré permiso? Tampoco lo voy a esperar, así que me voy" dijo ella segura

"Pero a dónde?" insistió en saber el verde

"Voy a rescatar a un amigo..."

"Iré contigo!" dijo emocionado el verde dejándose llevar por la valentía de ella.

El mostaza no estaba de acuerdo y movía la cola molesto volando a su lado, sin embargo trás un momento de vacilación sé emparejo con ella y el verde.

"Yo soy el segundo al mando, así que creo es mi deber acompañarte"

Solayra hizo un ruidito raro.

"Crees que ganarás puntos a favor del líder? Espero que no me estorben..."

Dijo no muy segura de que la fueran a acompañar, pero cómo terminamos que hubiera quizá demaciados enemigos para ella sola, estuvo de acuerdo que la acompañaran.
Total, ella no les estaba pidiendo nada, ellos se ofrecieron; y cómo dijo antes, si él líder se llegaba a enterar que se alejó de las montañas por salvar a unos cuantos humanos y se enfadaba, que más podía hacerle? Ella no le debia nada y ella nunca dijo que lo reconocía como Su líder...así que no tenía porque obedecer sus reglas contra los humanos.

                                 🗡

Axia escoltó al Principe a la entrada del túnel, Orlen y dos hombres más llegaban de ahí, ya habían pasado lo civiles y sólo quedaban ellos y otros
cuatro guardias humanos bajo las ordenes de la mujer aceitunada. 

Mikael dejó que lo condujeran ya cuándo escuchaban las voces y ruidos que denotaban la entrada de varias docenas de lobos grises por los jardines.
No quedaba nadie que les hiciera frente así que avanzaron por la ciudad causando algunos destrozos y saqueando.

Axia tenso un arco ligero que portaba quedándose ella al final del grupo. Sí había algo de lo que se sentía orgullosa era de su puntería, por lo cual fue su decisión  quedarse atrás para defender al grupo.

Orlen condujo al príncipe por las escaleras descendiendo, unas escaleras de piedra por las que se bajaba en semicirculo, debían bajar al menos 10 metros y encontrarían la entrada al túnel por la que sé fueron los demás, una vez ahí la destruirían para que no nos siguieran.

Los ocho bajaron con cierta lentitud y en silencio, no había a dónde sostenerse más que de la lisa pared. Y si daban un paso en falso caerían hacia el centro y no sabía que tan hondo estaría, sólo que había agua abajo, éra como un gigantesco pozo por dónde descendían.

Así cuándo Axia percibió que llegaban enemigos desde la parte de arriba, se escuchaban correteos de los lobos y voces, ella se detuvo a medio camino para soltar las flechas que tenía para ellos.

Dos lobos se asomaron para empezar a bajar por las escaleras, Axia soltó la cuerda del arco y los mató a ambos que soltaron un gañito de dolor. Otro se asomó rugiendo con furia y ella tensó el arco, sin embargo antes que pudiera lanzar la flecha escuchó una palabra extraña que venía de arriba y con sorpresa del parte de los ocho las escaleras de piedra por las que bajaba se cuartiaron, Axia miró al príncipe y por un segundo éste la observó también, casi como diciéndole que no se preocupara.

Sin embargo momentos después con un chillido de parte de ella las escaleras terminaron de ceder, sin darles tiempo a entrar por el túnel para huir y cayeron al vacío.

El Principe  2-  DaevalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora