Celos

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- ¿Se puede saber en qué pensabas?

El silencio es tenso mientras Luka aparta la mirada como un cachorro regañado. La ira aún corre por sus venas, aunque ahora lo canaliza con constantes e irritantes golpecitos con el pie en el suelo.

Debe tranquilizarse, porque su lobo por poco se escapa de su control con aquel idiota que sabe que quiere prácticamente robarle a su familia. El olor dulce y cercano de su pareja le tranquiliza un poco, pero ella está enfadada. Y mucho.

No duda en que si se acerca reciba una buena colleja, por lo que mantiene la distancia.

Sara está en medo del salón de pie, aun cruzada de brazos esperando una respuesta. Hace un par de minutos que se ha despedido de Harper con prisa, pidiéndole disculpas por todo, pero prácticamente empujándole fuera de casa.

Cuando llegó a su apartamento de la cafetería lo que menos esperaba era eso. En seguida temió que Luka lo matara. No es tonta. Si se pasaba un poco de fuerza, si su lobo conseguía el control, estaría ahora mismo fregando del suelo la sangre de su mejor amigo.

- En ti.- Es todo lo que murmura como respuesta el Beta aún sin mirarla.

Pero Sara lo mira incrédula, sin querer tomar en serio aquel comportamiento casi infantil de alguien tan adulto como él.

- No. Pensabas solo en ti. Podrías haber matado a un humano por tus malditos celos injustificados.- La rubia le contesta con verdadero enfado dando pequeños pasos por el salón tratando de tranquilizarse.- ¿Como habríamos arreglado eso? ¿Sabes en el problema en el que te habrías metido si desvelas sin querer el secreto? Sin contar que es mi amigo del que hablamos.

- No eran celos...- Luka mira a su mate tratando de convencerla de algo que, tal vez, no es completamente cierto.- Pensaba en ti, en Hope y en por que ese idiota me ha tenido que contar lo del embarazo y no tú.

La mujer no sabe que decir durante unos segundos. Se queda de pie con el pelo suelto como una cascada y aquellos ojos claros que por un segundo parecen perdidos. Aunque enseguida reacciona.

- Me sometí a un tratamiento y por suerte dio buen resultado. Hope nació cuando tenía que nacer y no hubo más que un parto complicado.- Las palabras salen tan rápido que parece que recita de memoria algún aburrido texto.- Ya no tenía caso y no te lo conté porque todo salió bien. Fue hace casi un año, Luka.

- Todo lo que te pase o haya pasado, pasado presente o futuro, es importante para mí.

- ¡Pero no lo era hace un año!- La sinceridad y exasperación en sus palabras hacen que llegue al hombre el reproche como una bofetada.- Harper ha estado ahí para mí como mi amigo y confidente y no tienes ningún derecho a tratarlo ahora de esa forma.

- No me da buena espina. Está obsesionado contigo, y yo...

Luka no puede terminar la frase porque ella lo interrumpe antes, cansada de toda esta discusión.

- Lo que te pasa a ti es que eres un celoso paranoico.

- ¿¡Y qué si lo soy!?

Luka se levanta del sofá para quedar frente a frente con su mate. Que Sara defienda a otro hombre le vuelve loco, aunque ella tenga razón y no tenga ningún derecho sobre ella.

Pero es suya.

- Eres mi mate. Mi todo.- Explica con prisa los sentimientos que han formado un nudo en su garganta, los celos que aprietan su pecho.- Ambos nos equivocamos. Fuimos la persona correcta en el momento equivocado del otro y ahora la Diosa nos da otra oportunidad. Perdona si no quiero malgastarla, si te celo, si te agobio a veces. Parece que ahora puedo recuperar todo el oxígeno que me ha faltado todo este tiempo. Yo solo...

Y de nuevo le interrumpe. Pero esta vez no tiene nada más que decir. Es ella la que se lanza contra su boca rompiendo aquel pacto de ir despacio. Necesitando dejar de oír aquellas palabras que remueven su corazón. Enfadada pero ansiosa porque ella se siente igual. Sin aire. El que solo él es capaz de darle.

La mala pero deliciosa costumbre de arreglar así los problemas.

El enfado en forma de deseo sabe delicioso en su boca. Luka acerca aún más su cuerpo rodeando su cintura con un solo brazo mientras acuna su rostro, frágil y suave, con la otra mano. Apreciando cada centímetro de su belleza aún con los ojos cerrados.

Sus aromas se mezclan al igual que sus lenguas. Explorando cada rincón del otro y deseando no separarse nunca. Sara se cuelga de su cuello con miedo a desvanecerse entre sus brazos. Solo él tiene ese efecto en él.

Aunque no lo quiera admitir, aquella posesión, aquella forma de protegerla a ella y a su hija, le gusta del mismo modo que le enfada. Le atrae, le quema en el pecho, porque ella siente lo mismo por él. Y, aunque no quiera admitirlo, estaría igual si las tornas cambiasen.

Debe admitir que Harper tampoco se portó bien.

- Eres mío, Luka. Y soy tuya.- Murmura contra sus labios, mirando hacia arriba para encontrar sus ojos.- Para bien y para mal.

Pero en aquel momento es para bien. Porque él consigue erizar su cuerpo al besarla de nuevo. Al tocar su piel como si fuese un santuario.

Porque para Luka lo es. Es un maldito templo al que adora a la vez que necesita, una necesidad casi primitiva, estar en él. Cerca de él. Besando su cuello solo para causar que ella se acerque más, agarrando las hebras de su cabello con fuerza.

Ninguno de los dos quiere parar. A Sara el plan de ir despacio ahora le parece una tontería, y a Luka nunca le pareció bien. Flashbacks de aquella noche en la concibieron a Hope vuelve a su memoria y tan solo quieren repetir. Volver a sentir aquel trocito de cielo que se ha convertido en sus mejores sueños.

Sara da pasos torpes hacia la habitación con claras intenciones, haciendo reír al Beta que la sigue sin rechistar y sin apartar sus manos de su cintura. Sus pieles calientes pican por juntarse y ambos están dispuestos a sucumbir ello.

Sin embargo, cuando llegan al pasillo y pasan por delante de la habitación de su hermosa niña, esta parece oírlos u olerlos. Por una razón u otra comienza a llorar, haciendo parar a los dos de golpe.

Luka murmura una maldición lanzando una mala mirada hacía su pequeña princesa a la que adora, pero no en ese justo momento en el que la calentura le abrasa el alma. Pero no pasará, no hoy, porque la rubia ya la acuna y consuela con manos expertas y el no tarda en dirigirse a su familia.

El berrinche no dura mucho más de diez minutos en los que ambos se mantienen al lado de su hija. La bola rubia pronto cae en un sueño profundo, con una bonita manta de color celeste rodeándola y ofreciéndole calor.

La Omega mira cómplice al castaño, sin necesidad de decir nada sobre lo que acaba de pasar entre ambos. Eso que marca un nuevo comienzo al fin.

Luka le devuelve una mirada ladina y peligrosa. Una que le promete que pronto, cuando no haya interrupciones, su pequeña mate no tendrá salida.

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Hola a todos ! FELIZ NAVIDAD

Espero que estéis disfrutando las fiestas desde donde quiera que estéis <3

Ya llevamos dieciséis capítulos y la trama no ha hecho nada más que empezar. No todo va a ser hermoso y aún quedan muchos problemas que resolver.

Volver a MoonWild no será fácil para ninguno de los dos. Seguramente reabra recuerdos y heridas que aún no han sanado del todo.

Quiero vuestras opiniones y críticas siempre y, aunque ya tengo pensado un nombre, ya sabéis que toca ponerle uno al nuevo futuro Alpha de MoonWild ;)

Os veo en el próximo capítulo y siempre muchas gracias por leer.

El Regalo Del BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora