Primera de muchas (Swissxsodo Omergaverse)

XXIX

Último día antes de irse de aquel estado, después de una semana de presentaciones, así que se preparaban para su último ritual.

Sodo se encontraba ajustando su guitarra ya que, con su experiencia como técnico, es algo que disfruta hacer por sí mismo. En un momento, alguien lo abrazó desde atrás, otorgándole un pequeño beso en su mejilla. Sodo volteó con vergüenza, ya que la idea de que alguien los pudiera ver lo ponía nervioso. Al intentar detener al mayor, este solo lo jaló hacia los telones, donde lo acorraló contra la pared detrás de esta, para empezar a besarlo.

Sodo correspondió con torpeza, ya que estaba siendo muy rápido, para después tomar el ritmo. El beso se llenó de lujuria con rapidez, dejando que Sodo tomara a Swiss del cuello. Este último lo tomó de la cintura, acariciando todo el cuerpo del menor con desesperación. Empezaba a respirar con dificultad por esto, los toques estaban tan perfectos como siempre, dejando que su cuerpo empezara a calentarse.

Sodo se detuvo cuando sintió cómo Swiss empezaba a bajarle el pantalón.

— Alto ahí, vaquero — dijo — ¿Por qué tanta prisa?

— Porque a este vaquero no lo ha montado su vaquero — respondió, fingiendo dolor — Pero como ya pasó una semana de tu accidente y no te he notado mal...

— Está bien, pero aquí no podemos — interrumpió al mayor, presionando la mano que este tenía sobre su cintura — Nos pueden escuchar.

— Cierto, tú no eres muy silencioso — acusó Swiss. Sodo le dio un golpe en la frente — Perdón, sé que es inevitable — dio una sonrisa ladina.

Sodo volteó los ojos, sonriente, para volver a besar a Swiss unos segundos más. Tomando con sus manos el miembro de Swiss, sobre sus pantalones, empezando a masturbar. Swiss solo se dejó, acariciándole la cintura, mientras jugaba con la lengua de Sodo en su boca. Cuando sintió que el miembro del moreno se puso duro, lo soltó.

— Hay que prepararnos — advirtió Sodo, para soltarse del agarre del mayor.

— Sodo... — llamó, cuando intentó sostener al aludido, este empezó a correr — ¡cabrón!

Sodo volvió al ensayo junto a los demás, mientras seguían con su prueba de sonido. A los minutos vio a Swiss regresar algo serio. Sodo se preguntó si de verdad se había enojado por lo anterior. Después, detrás de él llegó Phantom. Empezó a sentirse molesto nuevamente porque para él empezaba a ser insoportable que Phantom, desde lo del teléfono, no soltaba a Swiss. Otra razón por la que Swiss y Sodo no habían podido estar juntos.

No entendía por qué, pero cada vez que veía a Phantom, ahora, le daba un claro sentimiento de enojo. Lo más probable es que era por aquello que Phantom reveló saber de Sodo. Esa parte de su vida que había tratado de olvidar ahora regresaba a su mente gracias a ese hombre. Pero Sodo lo ignoraba, ya que estaba más ocupado en enterrar sus uñas en su piel cada vez que veía, siempre frente a él, como Phantom era extremadamente cariñoso con Swiss.

— Cariño, ¿podrías abrochar mi máscara? — se acercó Swiss. El concierto estaba a punto de comenzar.

— ¿Por qué no se lo pides a tu noviecito? — dijo repentinamente, con molestia.

— ¿Qué te pasa? — preguntó con sorpresa, volteando hacia Sodo, quien abrió sus ojos avergonzado.

— No, no, nada — tartamudeó un poco — es que estoy algo nervioso.

— ¿En serio? — preguntó con seriedad.

— Sí — dijo firmemente — Ahora, voltéate para abrochar eso — pidió. Swiss obedeció algo dudoso.