VII

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Swiss miró la pastilla en su lengua y luego a Sodo. Aunque todavía había cierta tensión y confusión en el aire después de lo que había sucedido la noche anterior, también había un sentimiento compartido de deseo y necesidad.

— Acepto — murmuró Swiss, y Sodo sonrió mientras acercaba el vaso de agua a los labios de Swiss para que tragara la pastilla.

Después de eso, los dos hombres se quedaron en silencio por un momento, procesando lo que estaban a punto de hacer. Sabían que estaban entrando en un territorio desconocido.

Swiss se dejó llevar por el deseo que había estado suprimiendo durante tanto tiempo. Sus labios se unieron en un apasionado beso mientras exploraban el nuevo deseo mutuo. Lo que había comenzado como un error se había transformando en algo completamente diferente, y ninguno de los dos tenía claro a dónde los llevaría esta nueva fase de su relación.

El mayor solo tomó a su compañero de la cintura, agarrando bruscamente su cuello para acercarlo a él y besarlo.

— Pero sin compromisos, ¿eh? — Sodo se alejó de él un momento, moviendo el dedo.

— Mis nuevas palabras favoritas: Sexo, libertad y Sodo — el último sonrió de lado juguetón.

El momento fue interrumpido por unos golpes en la puerta y luego esta se abrió, revelando a Aether, lo que provocó que ambos se alejaran rápidamente.

— Swiss, no me digas que la cagaste con él — pidió con decepción

— Sí, así es Aeth, se paso de listo, pero yo ya arreglé las cosas con este idiota.— otorgó un golpe bajo a su ahora amante, quien se dobló por el dolor. Le guiñó un ojo coqueto y tomo camino para salir de la habitación.

— Claro, gracias por perdonarlo — habló sonriente, y sodo respondió dándole palmadas en su hombro antes de salir de la habitación. Aether solo vio a su amigo tirado en el suelo y soltó una risa diciéndole que se lo merecía

Papá dio la orden de empacar todo, pues su siguiente concierto era mañana y tenían que ir en avión para llegar más rápido.

Los ghouls tomaron el camino hacia el aeropuerto y esperaron su avión. El moreno solo observaba de reojo a su amante, quien sostenía una conversación con su amigo pelinegro.

Le parecía excitante tener una aventura secreta con el guitarrista principal del grupo.

— Y bueno, ¿cómo te fue? Parecía enojado cuando salió de la habitación esta mañana — se sentó Cirrus a su lado.

— Sí, da miedo la verdad. Arreglamos y solo me golpeó una vez, así que creo que estamos bien — sonrió.

— Si tú lo dices — la tecladista lo miró incrédula.

El avión estaba listo, y los ghouls, como siempre, corrieron a elegir su asiento. Era bueno tener su propio avión; para ellos, fue su mejor inversión.

Sodo, como siempre, se sentó al lado de Swiss, y este solo se acomodó para dormir, pues quería aprovechar las 4 horas de viaje.

Era de noche, así que estaba siendo un vuelo tranquilo, todos estaban dormidos, pues sabían que no podrían hacerlo hasta después del concierto

El querido corista, estaba con sus brazos detrás de su cabeza, traía puesto un antifaz para dormir, tratando de conciliar el sueño, cuando una mano en su entrepierna lo termino de despertar. El sabía quién era, así que solo levanto un poco su antifaz para observar la mano que hacía presión y círculos, después miro al culpable, quien solo ladeó su cabeza y sonrió

— voy al baño Swiss — aviso y se levantó con una sonrisa traviesa en su rostro

El mayor asintió y volvió a ponerse el antifaz, pero se lo quito rápidamente después de oler las feromonas que empezó a desprender intencionalmente el Omega

— ok, ya entendí — se levantó y siguió al menor sosteniendo le su cintura, haciendo presión en esta

Se metieron al baño, antes revisando que nadie los haya visto, entonces Swiss cerró la puerta con seguro, y no tardo nada en tomar al menor de los muslos y subirlo al pequeño lavabo, pero era perfecto para el delgado cuerpo de Sodo

— ¿Quieres hacerlo? — sonrío travieso, con esa sonrisa característica suya, el menor solo rodo los ojos con sonrojo interno, nunca lo ha dicho pero el es fan de esa sonrisa

— ¿Traes condones? — cuestiono con una ceja, recibiendo de respuesta un puchero molesto

— no planeo salir embarazado de ti — expresó con risa incrédula 

Empezó a besar al mayor, rodeándolo con sus brazos desde el cuello y el contrario hacia lo mismo pero con su cintura

Profundizaban el beso cada vez más, y se volvía igual más desesperado. Empezaron a juntar sus lenguas, moviéndose al mismo ritmo, en un beso tan excitante que no tardaron en terminar de ponerse duros

— ¿puedo? — pregunto Swiss señalando con sus ojos el miembro de Sodo

— La pregunta ofende — bromeo para soltar un suspiro al final

El mayor saco el pene y lo empezó a masturbar, con lentos vaivenes, mientras mordía el cuello del castaño, quien solo lo abrazaba, dejándole su cuerpo a control del moreno

Este fue bajando los besos por el abdomen hasta llegar a su miembro, dónde lo masturbo más rápido mientras lamía la punta de la cabeza. Sodo solo se dedicaba a jadear lo mas bajo posible.

— te devolveré el favor — murmuró para poder terminar de meter el miembro en su boca

El menor se sostuvo de el lavabo y su otra mano fue a su boca, reprimiendo los gemidos, se sentía tan bien. Lamía de arriba a abajo el tronco, y después succionaba, lento y después rápido.

La vista era linda, ver a ese moreno de espalda ancha, de rodillas ante el, era algo que agradeció internamente

Termino viniéndose en la boca del alto, este solo saco la lengua mostrando lo blanco mientras sonreía. Sodo solo se tapo la cara, ocultando el sonrojo, el otro se levantó y le quitó las manos de ahí para ponerlas en su guardada erección

La saco de su pantalón y empezó a restregarlo con la erección de el menor, acercándolo más a él para hacerlo mejor y mientras lo besaba apasionadamente, metía la lengua en su boca, apretando con sus manos la pequeña cintura del castaño. Con esto ambos se vinieron, jadeando en la boca del otro

— buen chico — hablo Sodo, tomándolo de las mejillas y dándole pequeñas palmadas

— pero yo...— dejo de hablar 

— ¿Que? — preguntó, recibiendo de respuesta una seña para que lo olvidara.

El menor encogió sus hombros bajando de su apoyo, para acomodar su ropa; el mayor hizo igual.

El moreno aún se sentía caliente, pero sabía que para saciarse completamente todo iba a ser más...ruidoso

.

.

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Necesito sexo 

—eyes

Primera de muchas (Swissxsodo Omergaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora