XXXI

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La banda se encontraba en el autobús de gira, rumbo a su próximo destino. El viaje transcurría en silencio y comodidad para todos, excepto para dos miembros: Swiss y Sodo. Era la primera vez durante toda la gira que estaban separados, y se podía sentir cierta tensión en el ambiente entre ellos.

Para Sodo, la situación era evidente. Swiss no le dirigía la mirada, específicamente desde el incidente en el baño que había ocurrido dos días atrás. Sodo no entendía por qué seguía así, pero admitía que no sabía cómo actuar ante Swiss después de lo sucedido.

Además, el guitarrista se sentía mal físicamente. Sus síntomas empeoraban: su piel estaba pálida, el insomnio se agravaba y se veía visiblemente afectado. Esa mañana había vuelto a vomitar su desayuno, y para su desgracia, Rain lo había presenciado. Aunque Rain había evitado el tema, ahora, encerrados en el mismo espacio, Sodo no podía evitar a su amigo por mucho más tiempo.

Como era de esperar, Rain se acercó a su asiento, donde Sodo miraba por la ventana. Al cruzar miradas, Sodo la desvió, y continuó mirando hacia la carretera.

— Sodo, deja de actuar como si nada pasara.

— No estoy actuando, simplemente no me interesa hablar contigo.

— Eso es cruel.

— Lo siento, no es verdad — corrigió arrepentido —. Es solo que me siento un poco sensible últimamente.

— ¿Vas a hablar conmigo sobre lo que está pasando?

— No está pasando nada.

— ¿En serio? — preguntó Rain, levantando una ceja con una mirada molesta —. He tolerado tus mentiras, pero ahora estás muy mal.

— No estoy mal.

— Sodo, por favor — insistió Rain —. Estás pálido y con esas ojeras, parece que no has dormido en días. Si no fuera por las máscaras en el escenario, hasta los fans lo notarían.

— Solo estoy cansado.

— ¿Cansado de él? — cuestionó, señalando discretamente a Swiss con la mirada.

Sodo miró hacia Swiss, encontrándolo de espaldas. Estaba recargado en Cirrus, aparentemente intentando dormir o acurrucarse, pero no se podía ver bien. Sodo no podía mentir, extrañaba ver su rostro: sus ojos cafés, su corta barba que rodeaba su mandíbula perfectamente, su mirada juguetona y esa hermosa sonrisa blanca.

— No tiene nada que ver con Swiss — aclaró Sodo, volviendo su mirada hacia sus manos, donde empezó a jugar con sus dedos.

— Tienes razón, no es Swiss, eres tú — acusó Rain. Sodo lo miró confundido —. Sí, tú eres el que no está entendiendo nada.

— Lo siento — dijo Sodo, sus ojos comenzaron a cristalizarse y su voz se volvió un poco quebrada. Por suerte, nadie más en el autobús podía verlos.

— No te pongas así, lo siento. Solo estoy muy preocupado por ti — Rain se acercó más —. Además, hay otro asunto que me tiene algo estresado.

— ¿Qué cosa? — preguntó Sodo, algo preocupado.

— No importa por ahora, solo quiero saber qué está pasando contigo — dijo Rain, algo nervioso —. Cuéntame, solo para entender un poco más.

Sodo suspiró rendido, pensándolo un poco más. Realmente no sabía qué decir, ni él entendía lo que estaba pasando. Pero no quería seguir reprimiendo las cosas, menos ante su mejor amigo.

— Creo que Swiss y yo tuvimos una especie de discusión.

— ¿En serio?

— Sí, no sé. No estoy seguro de considerarlo una discusión. — dijo algo indeciso

Primera de muchas (Swissxsodo Omergaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora