Tensión Electoral | Bregman X Villarruel (+18)

Sorpresa.

A/N: Hola hermosas, acá otro capítulo. Va a ser muy tierno y soft <3

Disfruten.

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POV VICTORIA

Victoria había finalizado una reunión con el embajador de Corea del Sur, y por suerte todo había marchado bien.

Después de tanto trabajo en el día, cuando terminó, decidió conducir su auto por el centro de Buenos Aires.

La ciudad era hermosa, tenía todo.

A Victoria le encantaba contemplar la ciudad mientras manejaba y escuchaba baladas al mismo tiempo.

En un momento su mirada se dirigió a la ventana derecha. Había una perrera. Sonrió.

Y pensó en Myriam.

Ambas amaban a los animales, pero no tenían uno. Y Victoria tenía pensado hacía tiempo sorprender a Myriam con un perrito adoptado.

Quería sorprender a su amada con un gesto tierno.

Entonces Victoria estacionó en frente del lugar y salió del auto para dirigirse hacia el mismo.

Miraba fascinada a todos los perritos. Le encantaban.

—¡Hola señora vice! Un honor tenerla aca, soy Eva, dueña del lugar.— Estrecha la dueña del establecimiento.

Victoria giró y la saludó estrechando su mano.

—Muchas gracias a vos Eva, por cuidar a estos chiquitos.— Sonrió Victoria, mirando las jaulas.

Eva la miró, sonriendo.

—¿Está buscando alguno para Myriam?— Preguntó Eva riendo.

Victoria se sorprendió.

—Sí, ¿Cómo sabía?— Preguntó Victoria, mirando a un golden retriever maltratado.

—No sé, instinto femenino.— Respondió Eva riendo.

Victoria sonrió y siguió fijándose las jaulas, y vio un perrito marrón que cautivó su corazón.

—¿Le gusta ese? No le pusimos nombre. Su familia lo abandonó en la carretera, y nosotros lo rescatamos y trajimos hasta acá.

Victoria se sintió mal al escuchar eso.

Sintió la necesidad de protegerlo y creía que con Myriam tendría un hogar cariñoso y protector para él.

Así que decidió llevarlo.

—Me lo llevo.— Dijo Victoria determinada.

Eva la miró, sonriente.

—Muchas gracias señora Villarruel.— Dijo Eva, abrazándola.

Victoria le devolvió el abrazo, con gusto.

Eva sacó al perrito de la jaula, y se lo dió.

Victoria lo acarició, y sintió como le lamió su cara.

—Chau Eva.— Dijo Victoria saludándola con un abrazo.

Se dirigió hacia afuera hasta su auto, dejó al cachorrito en el asiento de adelante, y arrancó.

—Vas a tener un nuevo hogar, chiquito.— Dijo Victoria acariciando su cabeza.

20 minutos después...

Victoria llegó a casa, donde Myriam la esperaba con el almuerzo recién hecho.

Vió que la rusa la estaba esperando afuera, sonriendo.

Victoria estacionó en el garage, y salió.

Myriam la siguió.

—Hola mi amor, te extrañé.— Dijo Myriam rodeando el cuello de la alta.

Victoria la miró, con amor y la besó dulcemente.

—Yo también, mi vida.— Dijo Victoria. —Tengo una sorpresa para vos.— Agregó Villarruel con una sonrisa.

Myriam sonrió.

—¿En serio? ¿Qué es?— Preguntó emocionada.

Victoria había cerrado el garage y se dirigió a su auto, donde abrió la puerta y sacó al cachorrito.

Myriam quedó boquiabierta.

—¡AY ME MUERO, ES HERMOSO!— Gritó Myriam de felicidad agachándose para agarrarlo.

El perrito movía la colita muy feliz mientras Myriam lo acariciaba.

Victoria sintió como su corazón se estrujó al ver la escena.

—Gracias mi amor, que sorpresa tan linda. Lo vamos a criar juntas.— Respondió Myriam agarrandolo y dándole besitos.

Victoria se emocionó al escuchar "lo vamos a criar juntas". Se había sentido feliz.

—Obvio que si, pero primero deberíamos ponerle un nombre, ¿no?— Dijo Villarruel riendo.

Myriam pensó.

—¿Le podemos poner Trotsky?— Preguntó Myriam, intentando provocar a Victoria.

Victoria refunfuñó.

—No.— Dijo seria. —Ningun nombre político, ya hablamos de eso.— Agregó.

Myriam se rió.

—Estaba jodiendo amor. Ya sé.— Respondió. —Mala.— Agregó Myriam haciendo puchero.

Victoria río y la agarró de la cintura.

—Nada, ni nadie nos va a separar. Tenelo por seguro, rusita.— Dijo Victoria besando su frente.

Myriam se sonrojó.

—Obvio.— Respondió Myriam mordiendo su labio inferior.

Ambas miraron al cachorrito que las miraba contento.

—¿Cómo le ponemos?— Preguntó Victoria, acariciándolo.

—Chicho.— Dijo Myriam.

A Victoria le causó ternura, y asintió.

—Es perfecto.— Dijo sonriente.

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¡Hola bellas! Acá otro capítulo soft 🩷 espero que les guste. Las quiero.