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Madrugada del 26 de Mayo de 2023
―¿Era necesario llegar de noche? ―pregunté cansada tras casi 14 horas de vuelo. Tomé mis maletas de la vía transportadora mientras mi hermano contestaba.
―En mi defensa yo no sabía eso ―Se excusó.
―¿No pudiste hacer cuentas de a qué hora llegaríamos? ―lo miré mal. ―Se supone que tú eres el adulto.
―¡Ey! Soy el adulto, según. Pero hay cosas que se me pasan todavía. Que no se te olvide.
―Y todavía falta el trayecto a la ciudad ―Habíamos aterrizado en el aeropuerto de Niza. Y la ciudad quedaba a unos 20 minutos. No era mucho tiempo pero un vuelo así de largo a todo el mundo le podía cansar.
―Pero podemos ir por la mañana, con más tiempo, relajados y ya descansados.
―¿A dónde vamos? ―Interrumpió el taxista.
―Al hotel más cercano o un lugar donde pasar la noche ―respondió Anthony.
―Perdón que me meta ―continuó el taxista observando por el retrovisor―, ¿por la mañana a dónde pretenden ir?
―A Mónaco ―respondí.
―Si me permiten opinar ―dijo respetuoso―, les recomendaría que mejor lleguen esta noche.
―¿Por qué? ―Anthony arqueó una ceja.
―El gran premio ―dije inaudible, solo para mí.
―Por el Gran Premio de Mónaco ―contestó con un brillo particular en sus ojos ―En la tarde son las pruebas y para en la mañana la ciudad estará repleta de gente. Muchos turistas, celebridades, los medios. Las calles estarán cerradas y será muy difícil de transitar.
―¿El gran premio? ―preguntó desconcertado mi hermano.
―Sí, ¿acaso no vienen a eso? ―le respondió el taxista igual de desconcertado ―¿A ver la carrera?
Me limité a negar con la cabeza.
―Es más algo personal ―sonreí―. Pero sí será mejor que nos lleve en este momento, por favor.
Anthony seguía tratando de procesar la información y reí al ver su cara.
―Se le llama Gran Premio a las carreras de Fórmula 1, Anthony.
―Bueno, sabes que soy más de futbol ―rió conmigo.
Los veinte minutos de trayecto hasta Mónaco, se convirtieron en 40 ya que era correcto lo que nos había dicho el taxista, debido a esto había muy pocos hoteles con disponibilidad y los que había eran extremadamente caros. Hasta que por fin mi hermano encontró uno en internet que se adaptaba al presupuesto.
