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Maybe we're not perfect strangers.

Maybe we're not perfect strangers

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—Pero, ¿qué te pasa con George? —insistía Anthony una y otra vez

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—Pero, ¿qué te pasa con George? —insistía Anthony una y otra vez.

—Como por quinta vez en los últimos minutos, no me pasa nada —rodó los ojos—. Es guapo, sí. Pero comprende que también es una manera de molestar a Sergio.

—¿Por?

—¿Recuerdas el día que los encontramos en su cena? —Anthony asintió—. Acuérdate que ese día Sergio le dijo a Russell que no y entonces yo dije que sí.

—¿Qué necesidad hay? —cuestionó.

—Ninguna —sonreí.

La mañana había pasado y honestamente no sabía a que hora eran sus comidas y si eran comidas para todos los equipos o solo unos cuantos. Así que me recosté en el sillón pensando que hacer, lo que menos quería era estar aquí y quedarme sin hacer nada.

Afortunadamente nadie más había venido a reclamarme hasta la puerta de la habitación y agradecí internamente por eso. Lo que sí había pasado es que las redes sociales habían estallado en noticias y publicaciones, cientos de fotos y videos dónde se hablaba de la rebeldía de la hija de Sergio Perez, o sea, yo.

Se cuestionaban como era posible que número uno, otra hija existiera; numero dos, que fuera una chica tan desastrosa y número tres, no entendían lo que sucedía ya que en los últimos días había sido fotografiada saliendo del auto de George y de Leclerc.

Había bajado al primer piso y me encaminé hacía el restaurante.

—Noelle me dijo que si alcanzaba a llegar —escuché que se quejaron a unos centímetros de mi.

Pedí lo más caro del menú sin saber que esperar y mientras llegaba la comida, escuché voces que reconocí de inmediato.

—¿Qué vamos a hacer entonces, Christian? —la voz de Geraldine era desesperada.

—No sé, Geri. No podemos cancelar esta comida.

—Necesitamos conseguir una niñera en menos de hora y media —observé de reojo, Horner y su esposa discutían. Observé el teléfono, no tenía planes y Russell no me avisaba nada aún.

M ó naco | ᴄʜᴀʀʟᴇꜱ ʟᴇᴄʟᴇʀᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora