"I crashed my car into the bridge, i watched let it burn".
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30 de Mayo de 2023
A decir verdad había sido un viaje extremadamente lujoso, a diferencia del viaje que habíamos tenido Anthony y yo para poder llegar hasta Mónaco. Volamos en el jet que parecía ser solo para los pilotos y para el jefe de su famosa escudería, me la pasé en una orilla sin hablar con nadie. Fueron horas muy incómodas, sentía que me observaban pero traté de no prestar atención, Anthony se supo adaptar, platicó con Max casi todo el vuelo y no sabía sobre que si se suponía que a mi hermano no le gustaba la Fórmula 1. Hasta que aterrizamos y dijeron que iríamos directo al hotel.
—¿Qué hotel es? —le pregunté a Alice en voz baja.
—Es el Marriott —respondió.
—Más tarde llegó.
—Pero quedamos en llegar juntos, Miranda.
—No quiero llegar con ustedes —respondí seca recibiendo una mirada de desaprobación por parte de Alice.
—Creí que estaba todo bien entre ustedes —la miré mal.
—Obviamente sabes que nada está bien —terminé de hablar y di media vuelta.
—¿No le dirás a Anthony?
—Eso no es asunto tuyo.
Me alejé rápidamente de ellos, tratando de pasar desapercibida. Así que comencé a caminar por las calles de españa, envolviéndome en esta cultura.
El ambiente se sentía tan vibrante, tan encantador, había una mezcla de tradición y modernidad. En los alrededores los edificios con balcones estaban adornados con muchas flores de colores, lo que le daba un toque muy bonito a todo el paisaje urbano. Caminé por las estrechas calles, contando cada una, una historia diferente.
Tomé muchas fotos y videos que no dejaba de postear en instagram, me estaba divirtiendo unos minutos, tratando de escapar del mundo real que me esperaba en el Marriott.
Caminando me encontré con un festival, donde había una tarima y mucha gente dando espectáculo de baile en ese lugar, los espectadores aplaudían al ritmo de la música y algunos otros bailaban a los costados de las sillas. Sonreí y no dudé en grabar un poco y postearlo. Algunos minutos después de ver el show tan animado que tenía frente a mi, decidí que era hora de volver, había pasado un rato pero sabía que si regresaba caminando se me haría de noche.
Tomé mi celular y abrí la aplicación de viajes y observé los precios, evidentemente estaba en Euros pero no traía ese tipo de cambio conmigo y no creía que me aceptarían que el que traía. Comencé a caminar mientras se me ocurría que hacer. Cuando se me acercó un carro al costado, comencé a caminar más rápido pero al igual el auto aceleró. Suspiré.
