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Estaba descansando afuera del restaurante, usualmente en mi hora de almorzar comía rápido e iba a tomar aire en frente, donde había un parque.

Tenía mis ojos cerrados sintiendo la brisa del aire golpearme suavemente, sonreí.

Entonces, sentí unas manos en mis ojos, me mostré confundida... Y escuché su voz.

—Adivina quien soy.

—Mmm... ¿Mi Dead?

El quitó sus manos de mi rostro y se sentó a mi lado tomando delicadamente mi mano, yo en cambio me acerque bastante a él besando sus labios castamente, el sonrió y se acercó más a mi.

En ese momento ambos nos dimos paso a un beso lento y cariñoso, abrace su nuca mientras el abrazaba mi cintura, al separarnos sonreí suavemente.

—¿Que haces aquí? —Pregunte suavemente, el me sonrió.

—Queria verte...

Quite algunos mechones de su cabello rubio de su hermoso rostro, acune sus mejillas después.

—Ya casi salgo del trabajo, ¿Por qué no vienes a mi casa y te hago algo rico de comer? ¿Te gustaría?

Este asintió suavemente y me sonrió.

—Si, me gustaría mucho...

Yo sonreí y lo acerque más a mi, bese castamente sus labios y después dejé un pequeño besito en su frente.

—Por el momento, ¿Te gustaría ir al restaurante y te invito a una cerveza?

El asintió, tome su mano levantándome y caminamos juntos.

...

Me encontraba terminando de servir la comida, el me abrazaba por atrás mirando con atención el plato.

—¿Que es eso? —Pregunto.

—Es puré de papa, amor. —Dije divertida, lo escuché susurrar un "Oh..."— E hice algo de pollo.

Termine de servir la comida y le entregué su plato con su respectivo tenedor. El empezó a comer, sonrió levemente mirándome y hablo con la boca algo llena.

—Esta rico...

Sonreí suavemente y bese su mejilla varias veces y empecé a comer también.

...

No podía dejar de mirar a Astrid, por alguna razón, se veía más bonita esta noche.

Tenía los ojos cerrados y yo acariciaba su cabello, miraba con atención su rostro, sentía como algo caliente inundaba mi pecho y yo me sonrojaba.

Astrid era tan hermosa.

Ella abrió los ojos cuando noto que había dejado de acariciar su cabello, yo solo me acerque y bese su frente muy suavemente.

—Dead...

—¿Si?

—Me gustas... Mucho...

Sonreí suavemente y tome su mano.

—Y tu a mi, Astrid.

Ella me sonrió delicadamente y se acurrucó sobre mi pecho, quedando prácticamente encima mío, yo la abrace y la acerque más a mi, deseaba que su cuerpo se fusionara con el mio y nos volviéramos uno solo.

Sentí como dejaba algunos besos en mi mandíbula, sonreí suavemente cerrando mis ojos y apoyo mi sien en su cabeza.

Mis dedos viajaron suavemente por toda su espalda, de arriba abajo, sin pasarme a la parte de sus glúteos por respeto.

Ella se veía tan contenta, abrazándome, y yo me sentía bien al hacerla sonreír.

Me sentía vivo.

Me miró y yo a ella, fueron minutos en silencio, solo mirándonos, sin nada que decir, en silencio.

Fue el mejor silencio que pude haber tenido en toda mi vida.

Entonces tome la iniciativa de darle un suave beso, un suave y lindo beso.

Ella lo tomo bastante bien, besándome de vuelta y abrazándome más.

Los besos que dejaba en sus labios eran suaves, delicados, cariñosos, no deseaba lastimarla y ella se veía muy entretenida besándome, como si le gustará mucho hacerlo.

Abrace su cintura con mis brazos y ella se dedicaba a besarme lentamente, acarició mis hombros y nuca.

Al separarnos, me miró con una sonrisa suave, yo no podía evitar sonreír como un tonto, tan feliz estaba.

—Te quiero mucho, Dead.

—Yo te quiero aún más, Astrid.

Ella me sonrió levemente.

Era tan hermosa...

...

Øystein me miraba fijamente, yo estaba comiendo uno de los tantos platos que me dejaba Astrid en la cabaña, está vez, era una lasaña, la cual le había quedado bastante bien.

—Dead.

Lo mire para que me hablará.

Al parecer se trago sus palabras, dejo de mirarme y tomo su cerveza.

Pasaron unos minutos en silencio hasta que hablo.

—Tienes que dejar a Astrid.

—No es mi novia.

—Lo será pronto, debes dejarla. Después de todo, morirás pronto, ¿No? Eso hablas todo el tiempo cuando estás solo, que te vas a matar.

Mire el plato, callado, ya no quería.

Astrid era mi motivo de vida ahora, no quería dejarla sola.

El me miró, tan atentamente que me daba miedo, me encogí en mi sitio terminando de comer.

—N-no...

Me levanté, lave lo que había usado escuchándolo.

—Tienes que dejarla, Dead.

—No...

Entonces escuché un golpe en la mesa y después su grito.

—¡Que la dejes!

Yo me di la vuelta y le grite.

—¡Que no, con un carajo!

Grite y al parecer eso lo sorprendió, por qué se quedó callado mirándome, yo salí de la cabaña cerrando la puerta fuertemente, afuera estaba Necrobutcher fumando.

—Jørn...

—Ah, hola, Dead.

Lo mire unos segundos, me senté a su lado, el me sonrió amablemente.

—¿Que pasa, amigo? —Me pregunto.

Entonces, me rompí a llorar, Necro parecía ser el único que me entendía a veces.

El me abrazo y yo solo me deje, sollozando levemente.

—No le hagas caso a Øystein, está mal... Si tú quieres estar con Astrid, ser su novio, está bien, te noto más feliz cuando la ves... Y si eso impide que mi amigo se mate, entonces por mi, quédate toda la vida con ella.

Yo solloce fuertemente y asentí, el dió palmadas en mi espalda.

—Ven, vamos al centro comercial, ví algo hace unos días que seguro le gustará mucho a Astrid, podrías pensarlo como regalo de navidad.

Asentí limpiando mis lágrimas, la navidad estaba cerca, tal vez debería de pensar en un regalo para ella y darle esa importancia que ella merecía, en vez de estar llorando por como me trató Euronymous.

El se levantó y boto su cigarrillo a un lado, camine con el hasta el auto.

Behind a twisted mind. [Dead/Per Yngve Ohlin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora