CAPITULO 113: UN ANGEL BAJO DEL CIELO PARA MI

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KIM TAEHYUNG 🥃

La vida siempre es un sin fin de planes rotos, sueños frustrados y deseos imposibles.

La vida te hace maldecir los días malos, te hace agredecer un nuevo día.

Esta es la versión de la vida de una persona que ha perdido todo, su familia, una que nunca tuve en realidad...

Cree para ella un castillo que derrumbe al crearlo sin simientos, yo mismo la destruí y me destruí a mi mismo... Lo único que me queda... Es una urna pequeña de color rosa, que me hace caminar sin rumbo fijó, con mis ojos enpañados en lágrimas, con el corazón desangrándose con cada segundo que me alejo del único amor de mi vida...

Tome un taxi y le pedí me llevará a cualquier lugar lejos, muy lejos de mi gran amor, lejos de la vida que alguna vez soñé...

El conductor me observa por el retrovisor, no dice nada, pero noto la lástima en sus orbes, vuelvo mi visita al paisaje que esté recorrido de espinas me brinda, entre mis brazos y como si fuera el pequeño cuerpo de mi hija, la urna fría y falta de alma, está comprimida entre mi pecho.

Si por mi fuera, diera mi vida y mi corazón para volverla a la vida, para darle el cariño y el amor que se merecía.

¿A caso serías buen padre?

¿A caso sabrías cómo dar lo nunca tuviste?

Un ser humano como tú... No hubiera podido con un premio tan grande.

Me reprocha mi interior, taladrándome el pecho frenéticamente, cierro los ojos con pesar, al darme cuenta de la cruda realidad.

Dios me castigo por ser una mierda de persona, por ser desleal, un hijo de puta con la única mujer que me amo sabiendo todos mis putos defectos.

No soy digno de ella, no soy digno de mi hija, por esa maldita razón...

Trago con dureza y le pido al taxista que me baje justo ahora, justo aquí, no me importa donde estoy, solo quiero olvidar.

Al estar completamente solo a mi suerte, busco desesperado un bar o alguna tienda, necesito beber, necesito alcohol y olvidar este momento de mi vida.

Al caminar algunas cuadras, veo un bar y relamo mis labios anciosos de alcohol, anciosos de olvidó.

Sin soltar mi pequeña urna, me hundo en la miseria que el bar de mala muerte me ofrece, una botella de whisky y un vaso de vidrio son mis únicos acompañantes.

Sonrió nostálgico al recordar el pasado, cuando llegaba a los bares para conseguir alguna chica que quisiera pasar un buen rato, las veces que salía totalmente ebrio en los brazos de Jackson, eramos jóvenes y tontos, pero felices.

Recordé también las veces en que Maya me mandaba correos para saber cómo estaba, todos los días me mandaba algo, un saludo, un buenos días....

Le respondía con mucho gusto, la ame tanto en ese entonces, pero saber que era hija del enemigo de mi padre me ponía en un gran dilema, era un error amarla, y bueno todo se fue al carajo cuando conocí a Haneul.

Mi obsesión por esa mujer me hizo olvidar a Maya por algunos años, donde me quise convencer a mi mismo que ya no sentía nada por ella, odiaba tanto ver los correos que ella me seguía mandando, odiaba su insistencia.

Crei que al darse cuenta que no le contestaba, que la dejaba en visto sería suficiente para que desistiera, pero para mí sorpresa, solo dejo enviármelos todos los días para solo mandarme saludos una vez al mes.

Soy un idiota, pensé que la tenía entre mis manos, que jamás me dejaría, que siempre estaría para mí, que no importará cuánto la humillara o la menospreciara, ella siempre estaría a mis pies...

DE SANTA A DIABLA +18.... SEGUNDA PARTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora