Capítulo 18: Segundas oportunidades

68 8 1
                                    

Pov: Jimin


¿Domingo de depresión? Sin dudas. La noche anterior había quedado petrificado en el lugar, luego de que el dueño de mis pensamientos me llamase psicópata. Cuando pude reaccionar ya era tarde, él ya se había ido y a mi solo me quedaban los rastros de mis lágrimas como compañía. Hui de la exposición como me fue posible, evitando a los profesores y galeristas a toda costa, era un desastre lloroso y tenía rastros de chupones en mi cuello, no quería que nadie me viera así. Había perdido noción de tiempo y espacio mientras estaba con el dueño de mis pensamientos, la realidad era que yo debía cuidar mi imagen en un evento tan lleno de oportunidades para mi carrera, al menos logré escabullirme antes de ser visto. Habré quedado un poco seco al irme sin despedirme, pero nadie me vio con mi aspecto desaliñado y derrotado.

Al llegar a mi casa me dediqué a llorar y lamentarme por todo.

Por momentos entendía el punto de vista de Jungkook, se había enterado de la nada que un casi desconocido había ido a su casa en su ausencia, cuando tomé esas acciones no lo vi como algo creepy, pero ahora me lamentaba profundamente de no haberlo llamado por teléfono como una persona normal, y listo. Mis ideas románticas habían disparado a una situación incómoda para ambos.

Por momentos me enojaba, no me había dado ni un segundo para explicarme, no le había importado nada. Esa era una noche importante en mi vida, y me había dejado vulnerable ante el mundo, no creía merecer ese trato.

Pero rápidamente volvía a lloriquear y lamentarme, nunca nadie me había llamado "despreciable" antes, esa simple palabra hacía que cuestionara todas mis acciones, tal vez yo estaba errado...

Por otro lado aún estaba pendiente el tema de la chica que decía ser su prometida. Claro, él podía insultarme y llamarme despreciable, mientras que engañaba a su novia conmigo en algún rincón oscuro. Me sentía cada vez más tonto, era obvio que tan solo quería usarme y había encontrado una vía de escape en la primera oportunidad que tuvo...

Intenté llamar a Tae para que me hiciera compañía, pero su teléfono daba fuera de línea, tal vez él había tenido mayor suerte esa noche, al menos me podía aferrar a la posibilidad de felicidad de mi amigo. No quise hablar con Hobi, no estaba listo para recibir consejos optimistas o a que me obligaran a llamar a nadie, solo quería llorar un rato y luego llorar un poco más, hasta que se me secaran los ojos de ser posible.

Así pasé toda mi semana, falté a la uni alegando un resfrío altamente contagioso, con la voz afectada por el llanto constante todos me creyeron sin cuestionarme. Evité a todo el mundo, hecho una bolita entre mis sábanas me dediqué a sentirme miserable y comer helado, no había otra cosa que hacer.


Pov: Jungkook


Cuando llegué a mi hogar aún estaba furioso, no podía dejar de comparar la actitud del chico con la de mi ex. Una vocecita en mi consciencia, que sonaba muy parecida a la voz de Jin, me decía que comparar al actual con la ex nunca era una buena idea, pero vamos, ¡había estado en mi casa invadiendo mi privacidad!

Para colmo cada vez que lo vi en este último tiempo utilizaba mi pañuelo de seda negra, ¿No era eso raro? Nuevamente la voz de Jin irrumpía mis pensamientos haciéndome acordar que yo había hecho lo mismo, utilizando el pañuelo rosa solo porque me hacía acordar a él. Y también había intentado cruzarme con él en la calle numerosas veces, a decir verdad, estaba bastante obsesionado con la posibilidad de volver a verlo y sin darme cuenta había adquirido costumbres dignas de un acosador.

Poco a poco el enojo se fue desvaneciendo, dando paso a la incertidumbre y el arrepentimiento. Mi enojo surgía puramente de Lilly y la posibilidad de que Jimin fuera como ella. Pero solo era eso, una posibilidad.

Y yo había sido un insensible al dejarlo solo llorando en un rincón oscuro, recordar sus brillantes ojos de cachorro mirándome por última vez me estrujaba el corazón. Si esa no era una expresión genuina, el ángel merecía un óscar. Nunca me creí las lágrimas falsas de mi ex, mientras que la expresión de Jimin me partía el alma.

¿Me había equivocado? Pasé los siguientes días preguntándome esto, torturandome con mis pensamientos. En la oficina lo charle con Jin, quien meditó la situación un buen rato antes de darme respuesta.

-Deberías hablarlo con él Kook, dale una oportunidad. No puedes vivir con el peso del ¿Qué hubiera pasado? de aquí en más. Todos somos un poco locos cuando de amor se trata, llámalo, dense una oportunidad-

Si Jin, que era el que más había estado en contra de la situación con Lilly, me aconsejaba que caminara hacia Jimin, no había dudas sobre lo que debía hacer, solo estaba esperando un empujoncito para volver con esa bolita de energía colorida, todo mi ser deseaba estar con él nuevamente y me pesaba cada minuto que pasaba sin intentar enmendar las cosas.

-No tengo su número- Murmuré apesumbrado

-Yoongi lo puede conseguir, lo vi saliendo con el amigo de tu chico la noche del sábado, iban tan acaramelados que daban un poco de diabetes, supongo que eso fue bastante bien-

-Gracias Jinnie- una sonrisa se dibujó en mi rostro de inmediato, volvería a hablar con Jimin sin dudas, al menos intentaría tener un final más adulto en este malentendido que no paraba de crecer.

-Gracias hacen los monos, tráeme café y pasteles para estar a mano. Y un cuñado decente ya que estamos, si no es mucho pedir...-

Me reí mientras me alejaba de su oficina, intentando llamar a Yoongi. Su número daba desconectado, por lo que le dejé un mensaje explicando la situación.

5 días tardó Yoongi en responderme, 5 malditos días. El señorito se había pasado todo ese tiempo revolcándose con su ahora novio, el tal Taehuyng. Ojalá se le desgaste el pene y se le caiga, por hacerme esperar tanto.

Intenté llamar a Jimin, pero su número daba apagado constantemente, su amigo inicialmente no quiso brindarme su dirección, diciendo que no merecía a alguien tan precioso como su Jimin, pero al explicarle la situación que yo había vivido recientemente y como ese detalle del pañuelo rosado había despertado mis miedos, cedió.

"Todos merecemos segundas oportunidades, creo en el destino" decía el mensaje que contenía la locación del dueño de mis pensamientos. Sentí que ese mensaje era tanto para mi como para él, tomé mis cosas y partí inmediatamente a su encuentro, sin importarme que fuera el medio de mi jornada laboral, solo quería verlo una vez más...

Imantado a ti - Kookmin -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora