Capítulo 2 - Un cambio en mi rutina

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Pov: Jungkook


Apenas amanecía cuando estiré mi brazo para ver la hora en el celular. 5:34 am, como siempre me desperté un minuto antes de que suene la alarma. No soy de sueño ligero, pero tengo tantas cosas por hacer que siento que mi cabeza nunca para, estoy pensando hasta mientras duermo.

 Me dispuse a hacer mi rutina mañanera, lavar mis dientes, ducharme, vestirme con el traje que ya tenía preparado desde la noche anterior en el perchero y luego desayunar algo ligero mientras reviso mis mails y chequeo mi agenda para el día. Me di cuenta en ese momento de que agregaron varias reuniones extra para alinear a mi equipo con el nuevo cliente, hoy va a ser un día intenso sin dudas, pero ¿Cuándo no lo es?

Trabajo desde hace unos años en el área de sistemas de una empresa, me dedico a programar, algo así como en Matrix, pero un poquito menos cool y sin el futuro distópico. Hoy en día soy el encargado de mi departamento, una suerte de jefe. Es un puesto que requiere ser organizado, pero creativo a la vez, sin la creatividad no hay innovación.

Terminé de arreglar mis cosas y me dispuse a salir hacia la empresa, no eran ni las 7 am, soy de los primeros que llegan y de los últimos que se van, al menos así evito siempre el tráfico.

Mientras me acomodaba en mi auto recibí un mensaje de texto de mi hermano Jin, quien trabaja en la misma empresa que yo, solo que en el área comercial "Pasa por la cafetería y trae todo lo que quepa en tus brazos, café, donas, muffins, lo que veas, cómpralo." Se ve que mi presentimiento de día complejo tenía sus fundamentos, solíamos lidiar con el estrés tapándolo con harinas, era una suerte de tradición familiar.

De camino paré en nuestra cafetería predilecta, solo me retrasaría unos diez minutos como mucho, pero mientras estaba dirigiéndome hacia allá una pequeña bala de energía impactó contra mi costado y voló por los aires. Literalmente dio unas cuantas volteretas extrañas para terminar aterrizando de la peor manera posible, pero el rubio parecía feliz por su actuación. 

Enfadado le pedí que tenga cuidado. Recién ahí levantó la mirada y me observó afligido, con unos bonitos ojos color miel enmarcados en profundas ojeras – Perdooon – Realmente la imagen del chico con sus rodillas y manos a carne viva daba pena, parecía un cachorro abandonado.

-No pasa nada- Dije mientras le ayudaba a incorporarse y le tendía un pañuelo – Limpia tus heridas, no se ven agradables- Era más fácil perdonar y avanzar que quedarme resentido con el pobre chico por un tonto accidente.

-Graciaslosientochaunosvemos- me respondió sin respirar ni parpadear, mientras continuaba deslizándose en sus patines por las calles de Seúl. Me quedé pasmado unos minutos allí, sin saber cómo reaccionar ante tan extraño encuentro.

Los diez minutos que pretendía demorarme en el desvío hacia la cafetería ya habían pasado, intenté ser optimista y relajarme un poco con los tiempos, ya estaba a escasos pasos de la tienda y no me serviría de nada irme sin haber realizado mis compras. 

Dentro del lugar me encontré con mi ex, justo lo que necesitaba en una mañana caótica, sumar caos. Mis encuentros con Lilly solían ser intensos y esta no tenía pinta de ser la excepción. Ella se paró a mi lado con una encantadora y falsa sonrisa, las apariencias lo eran todo en su entorno. 

-Oh Jungkook, qué bonita casualidad encontrarnos-

Si no hubiera utilizado la palabra "casualidad" en su saludo, no le habría dado muchas vueltas al asunto, pero esa expresión desató una ola de desconfianza en mi.

-¿Casualidad? Si me estabas esperando, desde hace rato que te veo espiar por la ventana- Pescarle las mentiras solía ser mi especialidad, si en verdad el destino nos había jugado la mala pasada de agriarnos el desayuno a ambos poniendonos en la misma cafetería en el mismo instante, Lilly debía negar todo o reirse un rato de mi sospecha

-Jungkook, es que ya no atiendes mis llamadas, no sabía como hablar contigo así-

Ok, ni trató de negarlo, eso me descolocó un poco. Mientras realizabamos este intercambio entre susurros, avanzábamos lentamente en la fila para ordenar nuestros pedidos, yo solo quería café y ahora solo quería llorar de la desesperación

-Lilly, si no te atiendo las llamadas es porque no quiero hablar contigo, ¿No te parece obvio?-

-Pero yo si quiero- Su tono caprichoso me hizo perder la poca paciencia que me quedaba, ella siempre tenía ese efecto en mi.

-Esto no es sobre lo que tu quieras, ya no tengo porque seguirte el juego ni estar a tu merced, entiendelo de una vez.

Antes de que pudiera responderme llegamos al mostrador, realicé mi pedido de la manera más ágil posible

-Dos cafés en el vaso más grande que tengan, media docena de donas glaseadas, media de croissants, y unas cuatro bolsas de galletas de vainila y chocolate. Todo para llevar- El encargado dirigió su mirada a Lilly para ver si ella quería agregar algo más, pero nuevamente fui rápido -No estamos juntos- entregué mi tarjeta y me fui a esperar a un costado, al menos tendría dos minutos de paz hasta que su ex hiciera su pedido y volviera a atosigarlo.

La breve espera fue una tortura, la mujer a la cual en algún momento creí poder llegar a querer no paraba de hacerme breves reclamos, intentando que le dieramos otra oportunidad a la relación, que por cierto ya habíamos terminado hace unos 6 meses. Si, 6 meses de tortura constante de mi ex martillandome la cabeza para quitarse el título de "ex", harto era decir poco.

Todo esto desestabilizó mi rutina y mi equilibrio mental, terminé llegando un buen rato más tarde de lo usual a la empresa, yendo directamente a mi área de trabajo a continuar con mis programas, sin cruzar palabras con nadie para no perder más tiempo aún. ¿Los cafés? Los dejé de manera atolondrada sobre el escritorio de Jin, bajo su mirada de reproche que solo puede significar "vamos a charlar y te voy a sacar el chisme cueste lo que cueste". Mi día no paraba de mejorar...

Imantado a ti - Kookmin -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora