📍 18 de Junio de 2022 | Anaheim, Estados Unidos.
Abril P.O.V.:
Entré haciéndo alboroto, ya que abrí y cerré la puerta que tenía la famosa campanita, a lo que me acerqué a la caja y miré a la cajera con súplica silenciosa.
—Usted es...
—¿Me puede dar un caramel latte para llevar, por favor? Gracias—la interrumpí antes de que terminara de decir mi nombre, y ella asintió apurada. Al regresar, le agregué, dejando el puñado de efectivo enfrente de ella—Y coloquelo a nombre de Adriana, gracias.
Me alejé cabizbaja y casi que hundida entre mis hombros; mis uñas se clavaban en mis palmas mientras me sentaba en una mesa lejana de la ventana y dejaba mi bolso al lado. Saqué un par de lentes y una gorra de mi hermano que siempre la dejaba mal parada allí en caso de emergencia; me puse los lentes, mientras soltaba mi cabello de la cola que tenía, arreglándolo con rápidez. Asustada de como mis brazos parecían gelatina, miré mis manos con terror bajo los lentes para luego pasarlas por encima de mis shorts largos.
Mi teléfono vibró en la chaqueta, a lo que tragué grueso al ver como reflejaba mi pantalla el número de Catalina con insistencia. No era buen momento de hablar y menos, de decirle: "¡Oh, hola amiga! ¿Cómo estás?. ¿Sabías que, ahora todo Anaheim, Los Ángeles, California, Estados Unidos y quizás el mundo sepa que regresé a este país luego más de 5 años de estar desaparecida del mundo de las redes sociales y la sociedad? Si vale, son cositas que pasan".
Desvié la llamada, sabiendo que me llamaría más atrás por el teléfono de Adrián para hablar, pero solo empezaba a tener migraña de estar pensando en todas las formas en que podía terminar esto y no eran muy lindas.
Quizás estaba dramatizando un poco, pero era esto o ser tragada por la aglomeración de gente o de omitir la gran preocupación que me traía que supieran que estaba en este país.
Agradecía que no tenía mis redes sociales a mano, y se encargaba mi hermana menor, a lo que probablemente estuviera apunto de tomar un vuelo desde donde sea que estuviera solo para venir a gritarme que era una patosa. Estuviera feliz que lo hiciera y borrara mi vida en un solo click.
—¡Adriana!—volteé al llamado de la cajera, a lo que tomé mis cosas nuevamente y la gorra en manos.
Caminaba pensando y usando mi mentalidad de libero para encontrar una solución a los huecos que se hacían en mi cancha llamada vida, mientras tomaba el café si antes darle una sonrisa sin mostrar los dientes a la chica, que me pidió un autógrafo. Firmé un garabato ahi y me di media vuelta, para salir corriendo de allí.
Pero como uno es una vaina seria, choqué con alguien y casi se botaba mi café.
—Lo siento, señor. Discúlpeme—vomité las palabras de inmediato, aturdida y quizás, cagada de que casi le boto el café en la ropa. Por "suerte", no pasó aquello, pero me llevé la grata sorpresa de la vida.
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Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©
Short Story❝How am I supposed to ever be with him When he and I don't speak the same language? But we have conversations in my head How did I fall in love with someone I don't know?❞ El mundo está lleno de historias, curiosidades, lugares y personas que están...