📍 5 de Agosto de 2022 | Anaheim, California
Narrador Omnipresente:
La venezolana abrió sus ojos, dejándo que su pecho se desinflara un poco con el suspiro que soltó. Tenía que seguir o al menos, terminar todo esto.
Con algunos objetos en mano, fue hacía a la sala a lo que Abril sonrió satisfecha al ver como la iluminación que había colocado estaba dándole el ambiente perfecto. Unos detalles más, y todo estaría listo.
Escuchó unas patitas tras de ella a lo que volteó a Dekopin que admiraba todo con sus ojos brillosos.
-No te emociones, eso que ves en la mesa no es para romper y menos, para morder, mi vida-le comentó, mientras colocaba el par de copas de vino en la mesa.
Acomodó las tazas que había escogido con sumo cuidado, con un fin específico mientras rezaba a todo Dios que le escuchara que esta noche saliera como quería.
Hermosa, más que todo.
Trotó a la cocina para buscar los cubiertos de la vajilla predilecta, los cuáles tenía puestos en una pequeña caja que nadie notaría y a los minutos, los platos estrellas que estaban más que hechos con amor y adoración que recodaba de ese momento.
De ese hermoso momento en Japón.
Sonrió con victoria, cuando justo a tiempo las llantas del auto sonaron a lo lejano, advirtiendo la llegada de alguien especial. Abril llamó a Dekopin en un silbido, dirigiéndose a la habitación de invitados con su plan apenas empezando a dar resultados.
Aguántando su risa y terminando de colocarse su ropa, hizo el esfuerzo sobrehumano de no lanzarse a los brazos de su novio y saludarlo, pero tenía que esperar un poco más
Al sentirse lo sufiencientemente confiada, se sentó en la otra alfombra que tenía guardada en el ático, la cuál era la indicada para la ocasión mientras distraía en sus brazos a Dekopin para que dejara de olfatear los platos que estaban en la mesa.
-Oe, ¿Abril, dónde estás?-cuestionó por cuarta vez Shohei, que la buscaba por los pasillos de la espaciosa casa, pero sabía que por algún lado estaba ella.
Esos ruidos de puertas cerrándose y síseos debían venir de algún lado.
Las pisadas de Dekopin se escucharon hasta llegar a dónde estaba su dueño, quien lo cargó con unos de sus brazos y le dió cariño, caminando junto a él y el ramo de jazmínes blancos en la otra mano.
A Shohei siempre le gustaba el olor que dejaban, ya que le recordaba a Abril.
-¿Dónde está ella, hm? ¿Dónde está mami?
A duras penas, el canino salió de los brazos de su padre hasta correr entre el pasillo y llegar al regazo de Abril, que se rió por su acción. La morena le rascó la panza, para luego subir su mirada desde la dirección en que venía.
Shohei pudo sentir que la emoción le recorrió en su cuerpo, mientras se quedaba sin palabras al ver a la morena que estaba sentada en un cojín en el piso de la sala y la familiaridad de la vista, lo hacía sentir afortunado.
Cuando ella lo vió, él pudo confirmarlo una vez más.
No podía pasar otro día de su vida sin ella.
No sin Abril Gutiérrez, la mujer que se había lanzado a sus brazos y había robado su corazón con una personalidad sin igual.
Abril se levantó con cuidado, dándole un vistazo a su perrihijo para que no hiciera alguna maldad. Aunque no fue necesario, porque se quedó viéndo a sus padres que se abrazaron y se rieron complicemente mientras se veían el uno al otro con una adoración inefable.
El japónes aduló a su novia que la hizo sonrojar mientras farfullaba de que no era justo que dijera eso, mientras la venezolana solo estaba feliz de tener a este hombre en su vida.
-¿Te acuerdas de esto?-preguntó Abril, luego de haber visto las bonitas rosas y señalar la mesa decorada de un par de velas, junto las combinaciones de las lámparas de pie de bombilla amarilla de la sala.
Él negó con una sonrisa que le delataba su mentira, pero no se negaba a que Abril le recordara un pedazo de ese día en especial.
Se sentaron uno al lado otro mientras Abril dejaba a un lado su bonito detalle y tomaba la taza con el humeante té de Jamaica, cuál había servido hacía unos minutos.
Voltearon su cuerpo hacía la dirección del otro, quedándose frente a frente a lo que ella se enderezó en el sitio con una sonrisa cálida en sus labios pintados de marrón.
-Esta es una forma de decirte, respetándo tu cultura y también a ese recuerdo, que yo también me di cuenta en ese momento que no quiero crear recuerdos sola sino junto a ti, Shohei-ella sonrió apenada, gracias a la mirada del hombre-Bueno, junto a ustedes dos.
Dekopin dejó caer su hocico encima del muslo cubierto de la morena, a lo que ella miró a Shohei con decisión y él asintió con una sonrisa calmada.
Abril bajó su mirada a la taza y la tomó por el borde con la izquierda, haciéndo algo de un tal día en Japón de Febrero de 2023.
Detuvo sus acciones, ya que la alarma empezó a sonar a lo que abrió sus ojos somnolientos mientras se ubicaba en espacio y tiempo.
Restrujó sus ojos con cuidado y luego, frunció su ceño intentando entender ese sueño confuso que había tenido.
-Que sueño más rarote-murmuró, intentando reconocer el rostro del hombre que le había regalado las flores blancas y de aquel canino, que le parecía tan familiar de algún lugar.
Abril se levantó de su cama, para comenzar su día.
✒️ Nota del Autor:
HOLO, dijo mi señor Megamente.
Vengo para avisarles, que se viene maratón (EN LO QUE PUEDA) esta semana y que este "sueño" es un spoilersazo de lo que va a pasar en 2023 💘.
Por cierto, felíz día del libro y de Sant Jordi. Les regalo una rosita 🌹
👁 ¿Adivinan qué es ese evento futuro que estoy comentando?
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All the love
-La Chama universitaria a punto a acabar con su estabilidad mental.
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Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©
Kısa Hikaye❝How am I supposed to ever be with him When he and I don't speak the same language? But we have conversations in my head How did I fall in love with someone I don't know?❞ El mundo está lleno de historias, curiosidades, lugares y personas que están...