📍 8 de agosto de 2022 | Anaheim, California.
Abril P.O.V.:
Moví con pesadez mi cuchara el arroz blanco y pomposo que había hecho mi mamá antes de regresar a su casa mientras yo era cuidada como una muñequita de porcelana desde hace 3 días que salí del hospital.
Aunque podía aprovechar estos momentos para ver algunas series que tenía pendiente o volver a ver los capítulos de la serie de volleyball que me había recomendado Shohei.
Honestamente, le agarré cierto gustico, pero a lo que si le agarré gusto fue al capitán del equipo de Karasuno, a Daichi.
Tenía un no sé qué, que me gustaba y Shohei me veía feo.
Pero bueno, cada quien.
Además, eso es otro cuento. Eso es otro chisme que ya les voy a contar.
Bueno, ustedes sabían que yo estaba casi jugando dominó con San Pedro en el cielo, pero por cosas del destino no se dieron esos planes porque ¿quién se esperaba que Shohei me trajera flores y casi que me matara de la ternura por su preocupación?
Era lindo y estaba intentando no sonreír como una boba cada vez que acariciaba mi mano libre de intravenosa o me contaba lo que pasaba, en ese día completo (si se le puede decir casi 20 horas) que estuve en el hospital.
Ahora, ya habían pasado unos días y me encontraba un poco de mejor de algunos aspectos, pero de otros, mi mamá pasaba de vez en cuando a darme una vuelta o en estos casos, cuando Shohei terminaba de entrenar, se cambiaba a un par de pantalones chándal, una franela de algodón y se sentaba conmigo a ver la serie que nos propusimos ver que era Haikyuu.
El condenado ese se veía bello, y lo sabía y me daba rabia, porque no sé si había dado cuenta que en menos de lo que esperaba, inconscientemente me encontraba aferrada de él o al menos, con mi cabeza recostada en su hombro.
¡Ay ya, Abril! Deja tu mariquera. Tú eres la que manda aquí.
En realidad, es Shohei.
¿Y quién te está hablando a ti?
El timbre sonó, sacándome de mis pensamientos y solté el utensilio, para pararme con cuidado. Sin ver, abrí la puerta y mi expresión pasó de indiferente a confundida al reconocer quién estaba aquí.
—¿Qué haces tú aquí?
—Auch, en mi mente imaginé una mejor bienvenida—respondió Shohei a lo que suspiré cansada, abriendo mi puerta para que pasara.
Solté un "Uhm" en confusión—¿Hoy no tenías entrenamiento?—consulté y él negó, volviéndome a sentar dónde estaba mientras él miraba de reojo el plato medio lleno de comida que era mío.
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Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©
Cerita Pendek❝How am I supposed to ever be with him When he and I don't speak the same language? But we have conversations in my head How did I fall in love with someone I don't know?❞ El mundo está lleno de historias, curiosidades, lugares y personas que están...