❝How am I supposed to ever be with him
When he and I don't speak the same language?
But we have conversations in my head
How did I fall in love with someone I don't know?❞
El mundo está lleno de historias, curiosidades, lugares y personas que están...
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📍 5 de Agosto de 2022 | Anaheim, California.
Narrador Omnipresente:
Tic, tac. Tic, tac. Se movía la aguja del reloj en la muñeca de Adriana.
Sus uñas pasaban con cierto frenesí suave y ligero en en su mano, creando unas pequeñas rayas rojas mientras su mirada estaba pegada al suelo.
Adriana podía sentir su cara pegostosa y sudada por todo lo que sentía su cuerpo, pero no podía parar de pensar todo lo que hizo y no hizo para llegar hasta aquí.
Los hermanos Gutiérrez llevaban al menos 3 horas en el hospital, sin recibir respuetas completas de Abril. La madre de ellos, Alicia, se encaminaba desde hacía unos minutos al hospital solo con la esperanza de que su hija estuviera bien.
Adrián áun se encontraba viendo al suelo, desde que terminó su llamada con una persona que desconocía su hermana y la última, se mantenía apoyada al lado de la puerta de la suite en la que habia sido trasladada la mujer.
La puerta se abrió a unos metros de los dos hermanos, subiendo automáticamente la mirada y el doctor les regaló una sonrisa tranquila.
—Ella está estable—el suspiro de tranquilidad se escuchó en los dos hermanos—Hay ciertos exámenes que tiene que repetirlos en unas horas, pero en lo que cabe, la señorita está bien.
Ambos agradecieron al doctor con una sonrisa suave y una voz ansiosa, a lo que el hombre les dió paso para que entraran a la habitación de Abril.
—Deberías ir tu primero—dijo Adriana, enterrándo las uñas en sus palmas detrás de su espalda, a lo que él la vió con confusión—Yo daré una vuelta. Esperaré a mami en la recepción.
Adrián le regaló un beso en la sien y un abrazo, dejándola escapar del pasillo pálido blanco mientras él se dirigía a ver a su hermana mayor.
A él tampoco le causaba mucha gracia estar en estos lugares. Le traía cierto tipo de repelús y mal humor, que no se detenía hasta salir de ahí.
Abrió la puerta, encontrándose a una Abril distante con su mirada puesta en la sábana blanca que enroscaba una y otra vez en sus dedos mientras se mantenía sentada en la cama.
Adrián pudo respirar tranquilamente al verla allí, aunque con su preocupación latente al verla sin algún reflejo de emoción en el rostro.
Abril subió su mirada al ruido que provenía cerca de ella y enterró sus uñas en la tela de sus manos mientras Adrián se acercaba a ella.
—Yo, lo sie...—las palabras de culpa se esfumaron y solo llegó el dolor de arrepentimiento de haber preocupado a su hermano, que la abrazaba por los hombros con los brazos temblorosos.
—Está bien—acarició su espalda con suavidas mientras la tensión se iba de mujer lentamente—Solo no vuelvas a darme ese susto, ¿bien?
