Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©

28 | Silence Noises

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📍 23 de Julio de 2022 | Anaheim, California.

Abril P.O.V.:

Tarareaba felizmente una melodía que acababa de aprenderme hace unos días, para mi guitarra acústica mientras colocaba los objetos en la superficie.

Desde que regresé de Los Ángeles, mi mamá me dió la guitarra de mi papá que sabía que le iba a dar un buen uso más otras cosas que eran bonitos recuerdos que pensaba colocar en mis vacíos estantes sin puertas.

A pesar de tener dos cuartos de invitados, uno lo utilizaba de sótano porque si y que nadie era digno de tener ese cuarto ya que no tiene ventanas, pero bueno, no es el punto.

Coloqué de último la foto de mis padres junto a mi al lado de la de Catalina, Evangelina, Daniela y yo en nuestros años universitarios a lo que di dos pasos hacía atrás, sonriéndo con alegría.

Que bonita se veía mi apartamento.

Y para que los que no piensan asi, que ardan los envidiosos.

Terminé mi tarea sacudiendo mis manos en mi pantalón, a lo que dirigí a cambiarme porque hacía un calor del demonío.

La temporada del calor empezó hace unos días, y yo estaba era tentada de quedarme todo el santo día bajo la ducha, porque a veces era insorpotable al igual que mi ex.

Badabam tss.

Me quedé en un par de biker shorts más un crop top, que estaba debajo de la franela que usaba, que este se agarraba del cuello y la mitad de mi espalda de color caramelo, mientras me dirigía a tomar un pedazo de mi apreciado quesillo.

Podía hacer todo mal en mi vida, pero JAMÁS un quesillo o un pie de limón. Me quedaban exquisitos, mano.

Felizmente tomé el plato de lo que mi porción, con mi cuchara en manos degustando de a pocos el postre de los dioses y sentándome en mi mueble, para preparme a ver el juego de las semi-finales del campeonato de volleyball.

Aunque mi favorito era el equipo del novio de mi amiga Julia, es decir, el equipo japónes, Francia estaba jugando espectacularmente esta temporada y le estaba dando tres patadas a todo el mundo y aún más en el ataque, pero sé que Estados Unidos no se iba a dejar, por ello esta pelea esta ardua desde hace unos días.

El sonido del timbre, me sacó de mi concentración buscando algún canal previo para distraerme antes de la hora especial a lo que dejé el plato a un lado y me fui abrir la puerta.

Si no fuera porque tengo medio agilidad, Adriana me pega la puerta en la cara.

La miré con indignación, mientras cerraba la puerta a mis espaldas y teniendo cuidado con mi reciente tatuaje en las costillas.