Donghae se lanzó hacia él. Cortó la distancia echándole los brazos al cuello y envolvió a Eunhyuk en un fuerte abrazo. Y no le importó que éste se pusiera tenso o las pobres palabras que balbuceó para separarse del contacto, Donghae se puso de puntitas con la pierna buena y le apretujó más fuerte, frotando su mejilla con la de él innumerables veces como tanto lo anheló, como tanto lo soñó. Pero éste no era un sueño, era la realidad. Hyukjae había regresado a su vida. La felicidad que Donghae sentía era inmensa.
—Te busqué tanto —susurró con la garganta repentinamente apretada—. Al fin te encontré, Hyukjae.
Las lágrimas de emoción no tardaron en llegar. Es que no podía creer que tuviera a Hyukjae envuelto en sus brazos.
Su querido Hyukjae.
¡Lo había extrañado tanto! Se apartó un poco, lo apenas suficiente para enmarcarle el rostro y observarle de cerca. Hyukjae tenía una expresión incómoda, confundida y algo asombrada, pero más allá de eso ahí estaba el chico que robó su corazón desde pequeño.
—¡Mírate! ¡Te convertiste en todo un hombre!
Donghae contuvo sus lágrimas, tratando de calmar su corazón agitado. Quería admirar cada detalle del rostro de Eunhyuk, pero dos ojos no le alcanzaban para apreciar tanta belleza.
El rostro de Hyukjae era pequeño, delgado y de rasgos delicados. Su piel era suave bajo su tacto, y era tan pálida que parecía de porcelana. Sus ojos eran de color café y estaban redondos por la sorpresa, dejando vislumbrar una inocencia que se le hacía demasiada tierna a Donghae. La nariz de Hyukjae era larga y finalizaba con una punta redondeada, simplemente linda, demasiada adorable. Y sus labios... Donghae bajó la mirada a esos labios gruesos que estaban entre abiertos y lucían aterciopelados, entonces ya no pudo resistir la tentación.
Había esperado tanto por este momento.
—Se-señor Lee... ¿Q-qué...? —balbuceó Eunhyuk, inclinándose ligeramente hacia atrás.
Un intento de pregunta que quedó atascada en su garganta cuando Donghae pasó el pulgar por su turgente labio inferior. El estremecimiento recorrió el cuerpo de Eunhyuk por un breve instante y luego se puso sumamente rígido. Donghae se inclinó para besarlo, pero Eunhyuk esquivó el rostro bruscamente, rechazando el contacto. El reencuentro soñado con su Hyukjae se desvaneció en el aire cuando sintió un duro empujón en el pecho. Donghae tuvo que soltar a Eunhyuk de inmediato tras un quejido de dolor.
—¡¿Qué intentas hacer?! —exclamó Eunhyuk escandalizado, cubriéndose la boca con la mano y retrocediendo hasta chocar contra el escritorio. Y como si la poca distancia no fuera suficiente, él rodeó el escritorio hasta situarse del otro lado.
—Besarte obviamente —respondió Donghae con expresión adolorida mientras se frotaba el sitio donde había sido empujado. Sin embargo, segundos después sonrió como un bobo cojeando un paso hacia él—. Ven aquí, Hyukjae —lo llamó con dulzura.
Eunhyuk se estremeció de repulsión, perdiendo la compostura.
—¡Quédate donde estás! ¡No te me acerques! —le ordenó levantando las manos para frenarlo. Donghae se detuvo en el acto, pero esbozó un puchero, disconforme—. ¿Qué te hizo creer que puedes besarme, eh? —le reprochó indignado—. ¡Y la ligereza con la que lo dices! ¿No te da vergüenza? ¡Apenas te conozco!
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El hijo de la empresaria
FanfictionPasaron más de veinte años y el tiempo aun no ha borrado su dolor. Donghae todavía lleva en su corazón el recuerdo de aquellos días que vivió con Hyukjae. ********************** ********************** Secuela de "El hijo de la criada"