Capítulo 22

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Siwon estaba en su habitación desayunando tranquilamente cuando oyó unos golpes suaves en la puerta. Creyendo que se trataba de una enfermera, él dio el permiso para que ingresen. Su  sorpresa fue enorme al ver a Lee Donghae abriendo la puerta, tanto así que se atragantó con el té que estaba tomando y tosió fuertemente. Donghae ingresó a la habitación con una ceja arqueada mientras Siwon trataba de recuperarse. 


—¿Te asusté, Choi Siwon? —preguntó el visitante con una mirada altiva.

—Ya quisieras, Lee Donghae —respondió Siwon a la defensiva.


Y todo lo que pudo hacer fue fulminarlo con la mirada, observarlo y recordar aquella última vez que ellos habían hablado. Porque en aquel encuentro se dijeron cosas muy hirientes, Siwon lo recordaba a la perfección, y por esa misma razón no lo quería ni ver. Él lo despreciaba profundamente y era tal su aversión que seguramente se le notaba en la cara.


—Está horrible, ¿verdad? Tienes toda la cara arrugada como si hubieras comido algo tan desagradable —comentó Donghae mirando con desaprobación el desayuno— . Y te comprendo. Yo estuve internado por aquí hasta ayer. Me atropelló un auto, pero nada de gravedad. En realidad, sufrí más por la vajilla de este lugar, toda barata y descartable. Para colmo, ni siquiera sirven café. Y ni hablar de la comida. Tuve que pedir varias veces en un restaurante cercano porque la de aquí era... 

—¿A qué viniste? —preguntó Siwon directamente, sin ánimos de soportarlo por más tiempo—. No recuerdo haberte avisado que me encontraba internado aquí y mucho menos haberte pedido que vinieras de visita. 

—Te dije que estuve internado aquí hasta ayer —repitió Donghae con algo de irritación—. Te vi llegar inconsciente. Te atendió el médico Eunhyuk. Ya sabes... El que se parece a Hyukjae. 


Y la sola mención de aquel nombre derribó todas las defensas que mantenía Siwon, dejándolo  totalmente vulnerable. Con pesar, se esforzó en mantener una fachada fuerte e imperturbable, pero falló miserablemente. No pudo guardar para sí mismo la mezcla de dolor y anhelo que lo embargó al pensar en aquel médico. 

Siwon no quería seguir hablando otro minuto con Donghae, pero la necesidad de saber de Hyukjae era más fuerte que cualquier cosa. Con resignación, se tragó el disgusto que Donghae le generaba y le preguntó aquello que le inquietaba.


—Tú también lo conociste —murmuró Siwon—. ¿También notaste su parecido con él? 

—Sí —respondió Donghae restándole importancia, como si no se tratara de algo importante. Éste tomó asiento en una de las sillas que estaba cerca a la cama y tomó una revista que se encontraba en la mesita de luz—. Pero no es Hyukjae, si es eso lo que te estás preguntando —agregó casualmente mientras hojeaba la revista con aparente interés—. ¿Quién te trajo esto? A mí no me ofrecieron nada para distraerme.

—¿Por qué dices que no es él? Si es tan parecido... —contrarió Siwon recordando al pequeño Hyukjae, al niño que jugaba con él mientras sonreía de aquella forma tan bonita—. Sus ojos, su nariz, sus labios, incluso la contextura de su cuerpo es como la de Hyukjae. Yo lo abracé —dijo recordando la sensación—. Y sentí lo mismo que sentía cuando nos abrazábamos de niños. Fue como retroceder en el tiempo y estar con Hyukjae finalmente.   

—Pero no es él —refutó Donghae cerrando de golpe la revista. A Siwon le pareció verle turbado, pero Donghae recuperó su calma tan rápidamente que pensó que se lo había imaginado—. Es decir, es parecido, pero a la vez es tan distinto. Créeme, no es él. Físicamente tiene algunos rasgos que te hacen recordar a Hyukjae, pero cuando notas los aspectos no físicos, notas cuan diferente es en realidad.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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El hijo de la empresariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora