Pequeña Casualidad || PEDRI|| Part III.

Parte 4- Se nos da muy bien

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NARRA ALEX

Pedro era un bebé muy bueno. A penas daba trabajo, solo lloraba cuando tenía hambre y luego se volvía a dormir. Tenía enamorados a todos los miembros de la familia González, que se peleaban por conseguir un poquito de tiempo con el, pero mi hijo tenía preferencias.Su único problema era la "mamitis", o el chantajismo como bien lo apodaba Pedri.

Pedro solo comía conmigo, o si yo estaba cerca de la persona que le estuviera dandole de comer, pero si no me notaba cerca, mi hijo se negaba a comer nada y no había quien lo sacara de ahí.

Habían pasado dos días desde que me subieron a planta y estaba un poco mejor, aunque me agotaba muy rápido. Esa era la peor parte y Pedri se daba cuenta. Por eso no había permitido las visitas hasta hoy. A los únicos a los que dejó acercarse a mi eran a nuestra familia. Rosi especialmente que había estado super pendiente de mi y explicándome cosas de como tratar a un bebe recién nacido. Pero el nivel de cuarentena impuesto por mi chico en cuanto a las visitas hoy a cambiar, porque iba a venir a verme personita muy especial para mi.

Mi peligro.

A las 12.00 en punto, justo después de su sesión de recuperación apareció Gavi por la puerta con muletas y un ramo enorme de rosas rojas. La verdad fue una sensación un poco rara, nos habíamos pasado literalmente los 3 últimos meses viéndonos todos los días juntos, y ahora casi 4 días sin saber nada el uno del otro había sido raro.

Estaba un poco serio y me miraba con precaución como si no se atreviera del todo a acercarse. Pero cuando sonreí y moví mi mano, lo hizo y me abrazó súper fuerte dejándose caer en la cama conmigo bajo la mirada de desaprobación de Pepi.

-Joder Al .. no sabes el susto - balbuceó con ojos llorosos, y ahí me di cuenta de lo mucho que yo también lo había echado de menos.

-No me digas que vas a llorar- le sequé una lagrima de la mejilla burlona.

-Pues sí, y no me importa admitirlo joder, te he echado mucho de menos.. pensar que algo malo te podría pasar..- no acabó la frase porque Pedro empezó a llorar acaparando toda la atención, y Pedri solo chasqueó la lengua. Se sentó en el sillón con nuestro hijo en brazos y empezó a meterle el biberón en la boca. Pero por mucho que lo intentara, Pedro se movía y no aceptaba su comida.

-Venga campeón..- le suplicó Pedri. Se había metido en la cabeza conseguir que Pedro comiera al menos con el sin molestarme a mi, porque era cierto que cada día Pedro estaba más hambriento y no me dejaba dormir de un tirón, pero por mucho que lo intentara Pedri, de momento aun no había suerte.

-Pedri...- le pedí al ver que Pedro se iba exaltando cada vez más y me rompía por dentro. Era un de las cosas que más pena me daba, ver a nuestro bebe llorar y no poder hacer nada para que se calmara.

-No, déjame intentarlo una última vez- insistió Pedri y solo suspiré intentando evadirme con mi mejor amigo al que tenía al lado y me miraba como si fuera lo más importante de mundo.

-¿No quiere comer aun?- preguntó Gavi dejando un beso en mi mejilla.

Negué con suavidad viendo como Pedri conseguía meterle el biberón un poco a la fuerza en su boquita, pero Pedro lloraba incluso aun más.

-¿Cómo estas?¿ La recuperación? ¿Te duele?- cambie de tema y señalé su pierna- ¿Y Martín? ¿Cómo esta el? ¿Todo bien?

Demasiadas preguntas pero necesitaba saberlo. Estar cuatro días incomunicada del mundo era horrible.

-Respira Al- se burlón Gavi- Hoy pienso quedarme aquí toda la mañana.. tenemos tiempo- dejó otro beso en mi mejilla y se acomodó un poco más en la cama conmigo justo cuando Pedri se ponía en pie con Pedro.