Pequeña Casualidad || PEDRI|| Part III.

Extra I- Ale y Martín Parte.I

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Recordad dejar estrellita y comentad si quereis que retome un poco esta historia <33

NARRA PEDRI

10 años después....

Estaba nervioso. ¿Por qué estaba nervioso? ni yo mismo lo sabía, pero es que mi hijo se estrenaba hoy por primera con el segundo equipo filial del Barça y sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.

Desde que Pedro nació siempre mostró aptitudes para el futbol. Jugaba como yo, tenía mi técnica y control del balón, pero también era igual de listo que Alex, y eso lo demostró en el campo a temprana edad.

Con 4 añitos entró en La Masía a empezar sus entrenamientos de futbol, y en a penas dos años, ya jugaba con los infantiles de 3 años mayores que el.Pero es que era un espectáculo verlo jugar, y ahora mismo.. bueno, no me podía aguantar los nervios.

-Mama yo quiero chocolate- escuché la vocecita de mi nena a lo lejos, y cuando me giré que encontré con Alex y mis dos niños, que tampoco eran tan niños ya. Ale y Pablo acababan de cumplir 10 añitos.

-Cariño, no puedes comer tanto chocolate que luego te duele la barriga, y recuerda que esta noche habrá pastel- le recordó Alex mientas la conducía hacia el pequeño palco en los que yo me encontraba.

-Ya lo se mami, pero el pastel de Martín no tiene chocolate.. es de fresa- le rebatió Ale con superioridad y Alex solo rodó los ojos. Otra faceta más de mi hija, su capacidad para.. chantajear. Eso lo había heredado completamente de su madre, porque al igual que Pedro era una mini copia mía, Ale lo era de su madre, y luego estaba Pablo. El era una mezcla curiosa entre Alex y yo.

-Eres una chantajista Ale- acabó Alex mientras se acercaba a dejar un beso corto en mis labios.

-¿De quien lo habrá sacado amor?- ironicé pasando mi mano por su cuello para robarle otro beso más.

-Puaj que asco..-se quejó Pablo mirando hacia otro lado.

-Pero si tu haces lo mismo con tus novias Pablo-lo delató Ale sin vergüenza.

-¿Qué novias?-preguntó Alex casi en un grito ahogado.

-¡Oye pero cállate!-se quejó Pablo dándole un manotazo a su hermana.

-Haya paz- cogí a Ale por el brazo y la senté sobre mis piernas, aunque interiormente me moría por saber que era eso de "las novias" de mi hijo con las que se daba besitos, ahora no era el mejor momento.

-Mira papi, ¡es Pedro! Pedro, estoy aquí, Pedro- Ale no dejó de llamar a su hermano, que nos dedicó una sonrisa de oreja a oreja mientras salía al campo junto a sus compañeros.

-Que guapo está con el uniforme, que bien le queda- dijo Alex con orgullo.

-Por supuesto , por algo se parece a mi.

-Con la edad te has vuelto más creído de la cuenta mi amor- se burló Alex mientras se recostaba en mi pecho.

Y esta era mi familia, así eran mis días con ellos y no podía estar más orgulloso y satisfecho porque lo tenía todo. Cuando empecé a jugar al fútbol de forma profesional jamás imaginé que acabaría así, padre de familia con tres hijos maravillosos y una mujer de película, a la que atropellé sin querer al salir de un partido, y de la que estaba más enamorado cada día que pasaba.