Pequeña Casualidad || PEDRI|| Part III.

Parte 28- Dime que quieres

Recordad dejar estrellita

NARRA ALEX

Pedro comía relajado en su sillita y no podía dejar de mirarlo. Definitivamente era lo mejor que había hecho nunca, y si no fuera porque ahora crecían dos cositas más en mi barriga aceptaría todo el chantaje de mi padre.. y desapareciera del mapa con tal de que mi niño y Pedri estuvieran bien, pero ahora con dos vidas más en juego no podía hacer eso.

Interiormente aun estaba cabreada con Pedri y mucho, aunque me hubiera dejado llevar estas últimas semanas con el, al volver a pisar el suelo de nuestra casa recordé lo mal que lo había pasado este medio año sin entender porque Pedri nos había apartado así de su vida. Llegué incluso a pensar que se había cansado de mi.. Aunque ahora todo tenía sentido. La razón principal de la actitud de mi maridito tenía nombre.. mi Padre. No sabía con exactitud con que lo había chantajeado, pero sí sabía que tenía que ver conmigo, con Pedro y con Gavi, porque ahora mi padre me estaba chantajeando a mi de igual forma.

Y mi único aliado en esto.. era mi hermano. Vin me había prometido que me ayudaría, aunque no sabía hasta que punto podía confiar en el. No fue mi primera opción. Pensé en contarle todo a Pedri, pero lo descarté justo por la misma razón por la que el descartó contármelo a mi. Iba a protegerlos de una persona que yo misma había traído a sus vidas, por ellos.. y por los dos bebes que venían en camino.

-Mamaamama más plátano- Pedro dio unos mini golpecitos en la mesa cortando el hilo de mi pensamientos

-Mi vida ya te has comido uno..

-Pero hambre..mama- se quejó mi hijo poniéndome ojitos de chantaje.

-Ay cariño.. - cogí otro plátano y lo corté por la mitad- un trozo para ti y otro para mi ¿vale?

-No..-entrecerró los ojos como siempre hacia Pedri cuando algo no le parecía bien.

-¿No? ¿Cómo que no Pedro? hay que compartir..-lo regañé con cariño.

-Pa los hermanitos - ofreció sonriente y no me pude controlar, lo cogí en brazos para dejar muchos besitos en su cara, mientras Pedro no dejaba de reír.

-Te quiero mama

-Yo también cariño, te quiero mucho y vas a ser un hermano mayor super super bueno- acabé justo cuando Martín entraba en la cocina y ponía cara rara. Dejé a Pedro en la sillita de nuevo con su plátano y me acerqué a el-¿Qué haces aquí peque?

-Mar se fue, y no quiero estar solo en casa- admitió Martín- estoy nervioso por el partido de mañana.

Mañana era el día tan esperado para Martín, su primer "partido" de prueba oficial en La Masia. Si lo pasaba y jugaba bien, entraría a la misma edad que lo hizo Gavi cuando vino de Sevilla. Entendía que estuviera nervioso, pero ahora debía relajarse y pensar en otra cosa.

-¿Qué te parece si preparamos macarrones con tomate para comer?-ofrecí sabiendo que era su plato preferido.

-¿Con mucho queso?-preguntó escondiendo una media sonrisa.

-Con muchísimo queso- corregí complice.

-¿Rrones?- repitió Pedro confuso- yo quiero.

-Son macarrones Pedro- Martin se acercó a Pedro y besó su cabecita- es la mejor comida del mundo ya verás.

-Rones-repitió Pedro asintiendo.

-MA CA RRO NES- Repitió Martín super despacio para que Pedro lo siguiera- di conmigo Pedro

-MA