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NARRA PEDRIUno nunca se imagina un momento como el que estaba viviendo, o al menos yo nunca lo hice. Cuando jugaba en el colegio con mis amigas, y querían ser mis "Novias" salía corriendo, y se las dejaba todas a Fer.
Luego en mi época adolescente me pasó justamente lo contrario. Todas mis amigas querían con mi hermano.. y ninguna conmigo... hasta que me hice futbolista, y conseguí una atención femenina que nunca imaginé, pero que no me llenaba para nada.
Y al final contra todo pronóstico había acabado con una mujer preciosa a mi lado. Mi Alex. Estaba deslumbrante con ese vestido y con la sonrisa de oreja a oreja que no era capaz de quitar en toda la noche mientras atendía a cada uno de los invitados. Aun con todos los contratiempos para organizar la dichosa boda y que permaneciera en secreto, lo había logrado y no podía sentirme más satisfecho.
Pero desde que el cura nos declaró Marido y Mujer, yo lo que deseaba realmente era nuestra luna de miel. Estaba cansado de compartir a mi mujer con todos, incluidos los dos renacuajos que se habían alineado en mi contra para acaparar su atención todo la noche.
Martín y mi Pedro miraban a Alex como si fuera una princesa, y es que lo parecía. Estaba preciosa y no me cansaba de mirarla una y otra vez.
Mis padres con Fer se encargaron de preparar el restaurante, que aunque no era muy grande, fue perfecto para un convite pequeño y entre amigos, lo que Alex y yo siempre quisimos.
-No te la van a quitar eh- me vaciló Gavi sentándose a mi lado. El pobre había hecho algún avance desde la operación de rodilla, pero seguía quedando bastante tiempo para que pudiera volver al campo. Además, estaba llevándolo todo con un perfil público bastante bajo por lo que su asistencia a la boda era un gran sacrificio.
-Lo se.. pero siempre he dicho que a todos les gusta demasiado mi mujercita - sonreí inconsciente al ver como Pedro cogía con sus manitas la cara de Alex y Martín dejaba un beso en su mejilla algo celoso.
-¿Y a quien no le gusta? Es perfecta- admitió el sevillano mirándola con nostalgia.
Siempre supe que sentía algo por ella, y de ahí mis celos e inseguridades, pero en todo este tiempo, aun con lo que pudiera sentir por Alex, Gavi se preocupó por nosotros y ciertamente hoy no estaríamos aquí de no ser por el. Era el mejor amigo que uno pudiera tener.
-Gracias por estar aquí- empecé. No había sido nada fácil para el coger un avión y estar acompañándome a recoger cada complemento y cada cosa especial para que Alex tuviera su día perfecto.
-Como si me lo fuera a perder, ya vale de darme las gracias- se señaló la pierna molesto y la levantó un poco hacia arriba - que aunque esté cojo aun me queda mucha guerra por dar.
-Lo se, hermanito, lo se, pero te quería agradecer también por todo- miré a Alex y luego lo miré a el- sin ti.. puede que ni si quiera la hubiera recuperado después de cagarla tantas veces..
Sonrió satisfecho.
-Es que mira que fueron muchas eh- se burló el sevillano- menudo carácter tiene el canario.. y eso que parece traquilito desde fuera...lo que ha tenido que aguantar la pobre Alex.. y lo que le queda por aguantar cuando te hagas viejo.
Ambos soltamos una amplia carcajada recordando mi caótico tiempo con Alex. Y como Pedro nos ayudó a madurar.
-No me des las gracias- pasó el brazo por mis hombros- somos una familia y para eso estamos. Se acercó a darme un beso en la cabeza como siempre hacia cuando yo me había lesionado.
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Pequeña Casualidad || PEDRI|| Part III.
Fanfiction||Tercera Parte de Pequeña Casualidad || El sueño de Alex es simple, llegar a ser una reputada abogada de derecho deportivo, llegando incluso a trabajar para los mejores clubs deportivos del mundo. Tras meses centrada en su carrera, por fin parece h...