Capítulo 13: Un angel lleno de pecado

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En la oscuridad susurró su nombre, deseo probar sus labios, este pecado que cargo en mi ser, mi alma no lo para de querer, me pide a gritos tenerlo otra vez
El sabor de sus labios de mi mente no se va, mi cuerpo clama el suyo. Es mi droga, la medicina que necesito para que mi sed disminuya para que esté pecado caiga, porque él exige su esencia.

Caleb Garnol.

¿Cómo se le ocurre? Bebo de golpe el trago siento como quema mi garganta, gruñó con enojó lanzando el vaso al suelo, me siento en la silla llevando mis manos a mi cabello con frustración.

Cierro mis ojos soltando todo el aire recostando mi cabeza el la silla, aún siento sus labios justo a los míos, solo fue un toque, algo mínimo, pero a causado que todo mi organismo se altere, si de por si con solo verla su imagen desnuda volvía a mi mente y su olor hace es mí un calvario, ahora su toque y la imágen de ella dándose placer está haciendo estragos en mi cuerpo.

Solo han pasado unas horas, unas largas horas dónde no pude pegar el ojo al saber que tengo a la causante de mis desvelos en la otra habitación.

Llevo mi mano a mis labios liberando una risa ronca aún siento sus labios juntos a los míos, aún siento como mis manos picaban por enterrarlas en su cabello y profundizar ese beso.

Gruñó al escuchar sus palabras en mi cabeza como un taladro.

¿Cómo voy a fingir? Si siento sus labios aún vivos sobre los míos, ya mucho me he controlado con solo evitarla.

Evite ir a la casa, evite cualquier contacto posible con ella, no podía verla y hacer como si nada de lo que he visto jamás hubiera pasado y ahora esto, ¿Ella quiere acabar con mi cordura?

Miro la hora en el reloj de la oficina son las seis y media de la mañana y no he pegado un ojo, cuando cerraba mis ojos ella venía a mi mente y está volaba tanto.

¿Ella siente lo mismo que yo? Si debe ser así, con solo decirme eso y en la forma en que su cuerpo vibraba junto al mío es de esa forma ¿O tal vez ella se está imaginando a otra persona? No imposible.

Mi teléfono suena, miro el remitente y gruño con enojo.

Maldición, ¿Por qué fui a buscarla? No debí hacerlo ni mucho menos besarla, pero tenía que saber si era diferente.

Flashback.

Salgo de la casa sin mirar atrás, Bia me da una mirada al pasar por su lado, pero solo la ignoró.

—Caleb ¿Puedo tomar un cepillo de tu baño? Aurora no tiene el suyo .—Freno mi huída.

—Claro .—Me meto en el auto encendiéndolo, no espero su respuesta, salgo cuando él señor Pedro abre la reja saliendo de allí a toda velocidad.

Mi respiración es un caos, su imagen dándose placer no abandona mi mente. Debí haber esperado otro poco, pero no tenía que ir a hablar con ella, al escucharla gemir la sangre me círculo con rapidez, pensé lo peor, pero al llegar a su cuarto fue como si un balde de agua fría cayera sobre mi cuerpo, verla allí con sus piernas abierta en esa silla, con su cabeza echada hacia atrás, sus pies en punta, su respiración acelerada, y esas manos en su sexo me hizo salivar.

Fue como si algo abriera más mi mente, verla allí gimiendo, entregandose al placer, como abría sus piernas para darles acceso a sus manos en su sexo, debe ser una delicia estar dentro suyo, verla allí poseída por la tentación, me hizo darme cuenta que jamás la volvería a ver cómo mi hermana, no más.

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