Capítulo 9: Todo debe seguir igual.

363 23 1
                                    

Aurora Garnol.

Miro el techo de mi cuarto con mis brazos extendidos hacia ambos lados, suelto un largo resoplido sin saber que rayos hacer.

—Aurora —

—Mmm .—Levantó un poco mi cuerpo observando a Caleb en el marco de la puerta con sus brazos cruzados flexionados.

Por los clavos de Cristo se ve tan bueno.

—Me estás escuchando .—Parpadeo varias veces negando, Caleb sonríe acercándose.

Muerdo mis labios y sus ojos por una milésima de segundo se van hacia allí, mi respiración se atasca cuando nuestros ojos hacen contacto y en ellos veo algo completamente diferente, un brillo que antes no tenía.

Se acerca a mí, nuestros rostros quedan justos que si alguno hace un movimiento podemos tocar nuestros labios.

Unirlos.

Mi respiración se vuelve irregular y cuando ambos reaccionamos nos alejamos, parpadeo varias veces colocándome recta en la cama un poco tensa.

—¿Qué necesitas, Caleb? —Mi voz sale en un susurro, aclaro mi garganta —Vamos habla rápido que tengo muchas cosas que hacer —

—¿Cómo cuáles? —Me sonrió socarronamente, achico mis ojos —Ya, ya, solo venía a decirte que hay una chica que te busca abajo .—Asiento levantándome.

Camino a paso rápido sintiendo su intensa mirada en mi nuca, paso por el pasillo bajando trotando las escaleras.

—¿Lania? —Sonrió un poco al verla.

—Eh…. Si, hola, disculpa por la molestia, pero el profesor Malcom me mandó a decirte que haremos equipo para un proyecto en clases—

Me muevo hasta el librero donde se encuentra el televisor.

—¿Qué buscas? —Pegó un brinco, miro mal a Caleb.

—Lania, él es Caleb mi hermano, Caleb ella es una compañera de clase que imparte el profesor Malcom .—Hablo mientras busco el cuaderno de ella, Caleb hace una mueca para luego acercarse a la ojos negros —Aqui está, Caleb ¿Podrías por favor? —Lo miro y él asiente, se acerca a mi hasta que nuestros pechos se rocen, contengo la respiración. Levanta su mano mirándome fijamente.

—Ten .—Lo tomo entre mis manos con mis mejillas sonrojadas, niego con la cabeza, salgo de su encierro para luego darle con el libro en su espalda, Lania nos mira con la boca ligeramente abierta y poco a poco una pequeña e imperceptible sonrisa se forma en sus labios que rápidamente se esfuma.

—Esto es tuyo, el otro día se te cayó en clase .—Lo estiró y ella lo tomó entre sus manos pálidas y delgadas.

—Danke .—Al percatarse de que lo dice en otro idioma sus mejillas blancas se tornan rojas—Gra —

—Gern geschehen .—Le sonrió ocasionando que todo su rostro se tiñe de rojo.

—Yo debo irme, ya es tarde .—Sus palabras salen atropelladas.

—¿Tienes quien te lleve hasta tu casa? —

—Si, tranquila, me trajo mi hermano —

Asiento acompañándola hasta la puerta de la casa, la chica sale despidiéndose, agito mi mano sonriendo un poco.

—¿Nous mangeons?—Asiento.

Caleb se encamina hacia su móvil mientras que yo solo me siento en el mueble mirando la parte detrás de su cuerpo, se ven tan apetecible, en estos momentos tengo ganas de comer, pero comer  otra cosa.

Deseos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora